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111 Más recientemente, se ha dado un paso más creando FarmaHelp, una plataforma tecnológica que permite al farmacéutico comunitario contactar con las farmacias de su entorno cuando un paciente necesita un medicamento y, por urgencia o incidencias de suministro, no dispone del mismo. Muchas de las personas a las que hemos consultado han aludido precisamente a FarmaHelp. En estos momentos, cerca de 9.000 farmacias están conectadas a esta herramienta, “que es gratuita y respeta la privacidad de la farmacia y los pacientes, y está localizando más de 5.000 medicamentos cada mes”. Por otro lado, Aguilar apunta que la prescripción por principio activo y la elección por el farmacéutico del medicamento resuelven, en gran medida, el problema. “En nueve de cada diez casos, el farmacéutico puede elegir un medicamento ajustado a la prescripción del médico con el mismo principio activo, posología y vía de administración”, expone. Añade que, además, los farmacéuticos pueden hacer mucho más para minimizar el impacto de las incidencias en el suministro de medicamentos con actuaciones como el cambio de forma farmacéutica, como se habilitó excepcionalmente en el caso de las amoxicilinas pediátricas. A diferentes niveles A juicio de Luis de Palacio, presidente de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), hay soluciones a nivel profesional, estrictamente con el ejercicio profesional de los farmacéuticos. “Tenemos soluciones a nivel tecnológico, logístico y de gestión. Las profesionales son evidentes, dándole una mayor capacidad profesional al farmacéutico para que resuelva mediante formulación magistral la escasez de determinadas formas farmacéuticas, o con la sustitución de esas fórmulas por otras que sean aptas para ese paciente”, reflexiona. Por ejemplo, presentaciones de dosis distintas cuando hay escasez de una concreta dosis, poderlas partir, poderlas preparar, etcétera. “Cuando tuvimos el problema de la penicilina pediátrica, tuvo que ser la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) la que nos autorizó a hacer las disgregaciones en vasos de precipitados, que lo podríamos haber hecho sin esta autorización porque era bastante sencillo realmente”, comenta. Pide no tener que estar tan reglamentados en ese sentido. “A nivel digital; ya están desarrolladas, funcionando, implantadas y creciendo, las famosas soluciones de puesta en común de la disponibilidad de nuestros stocks”, completa. Argumenta que esto sólo ayuda para una escasez muy puntual. Se comprueba a través de una aplicación o de otra de las que haya el stock de las farmacias o que los farmacéuticos lo cotejen, dando una respuesta a tiempo prácticamente real, y se entrega una solución muy buena a ese paciente, si el medicamento está disponible en otro lugar. A nivel logístico, en la gestión de la escasez,“los mayoristas son los que están afinando algoritmos para distribuir esa escasez de los medicamentos por determinadas zonas”. No obstante,“hace falta mucha inteligencia artificial o mucha capacidad de proceso para afinar esos algoritmos”. Por su parte, Cristóbal López de la Manzanara, presidente de la Asociación de Empresarios de Farmacia de Madrid (ADEFARMA), puntualiza que las causas que provocan este problema también son complejas y son ajenas a lo que compete a la oficina de farmacia. “Entre los culpables de tal situación, la oficina de farmacia se encuentra totalmente al margen. Sin embargo, sí que somos los que sufrimos más directamente las consecuencias, cuando el paciente viene a por su medicamento y le tenemos que decir que no lo tenemos. No es la Administración ni es la industria, ni tan siquiera la distribución, que como nosotros poco puede hacer. Somos nosotros el último eslabón de la cadena, los que tenemos que dar la cara, y eso no debería suceder así, porque es una carencia más de un sistema que no nos da ningún instrumento para evitarlas”, lamenta. Sugiere que el panorama es el que es: “Precios por debajo del nivel de producción, precios europeos comparativamente fuera de cualquier horquilla española, dificultad de reacción ante cambios significativos en la demanda”. Piensa que hay que hacérselo mirar un poco, “porque no somos el ombligo del mundo, la actitud del Estado con la industria tal vez no haya sido la más adecuada y hemos sido los demás los que hemos pagado las consecuencias”. López de la Manzanara critica que los farmacéuticos no pueden sustituir, que el suministro directo del laboratorio es “casi imposible”, que la prescripción abierta es“utópica”y que todo lo demás está“en manos de otros”. Para Antoni Torres, presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (FEFAC); “la farmacia tiene un gran papel a jugar”. Por una parte, “utilizando la aplicación FarmaHelp” y, por otra, “insistiendo al Ministerio en que se simplifiquen las condiciones de sustitución de medicamentos, ya que con la rigidez actual lo único que se logra es pacientes ´agobiados´ por no encontrar lo que buscan y tener que volver a su médico para cambiar la receta, cambio que, en lo que se refiere al LAS CAUSAS QUE PROVOCAN ESTE PROBLEMA TAMBIÉN SON COMPLEJAS Y SON AJENAS A LO QUE COMPETE A LA OFICINA DE FARMACIA medicamento o su presentación, el farmacéutico comunitario puede hacer sin duda alguna”. De acuerdo con sus palabras, esto evitaría, además, incrementar la carga de trabajo del sistema de Atención Primaria, “ya saturado y sobrepasado en muchas ocasiones”. Establece que, “con los medios telemáticos que hay en el presente, la receta electrónica y dando mayores facultades a la farmacia comunitaria, como ya se hace en muchos países, el desabastecimiento no desaparecerá, pero buena parte de sus consecuencias sí”. Defiende que el sistema debe ser capaz de aportar soluciones al ciudadano. Ahora, en muchas ocasiones, éste soporta “incomodidades o directamente problemas, que unas veces son irresolubles, pero otras no deberían serlo”. Más escéptico se muestra Jaime Espolita, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR). “Por desgracia, este asunto excede de lo que podamos hacer los farmacéuticos y, menos aún, los rurales. En este momento, nuestra única opción es hacer todo lo posible por encontrar aquellos medicamentos desabastecidos a través de las distintas herramientas de las que disponemos y tranquilizar y orientar al paciente que sufre esta situación. Mientras los gobiernos no sean conscientes de que la salud es una inversión y no un gasto y se decidan a apostar por garantizar la fabricación del medicamento desde su inicio dentro de nuestras fronteras y no dejarlo en manos de terceros países, la solución se me antoja lejana”, razona. Denuncia que, hasta ahora, sólo se han visto políticas “cortoplacistas y basadas, únicamente, en el control de los precios”.

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