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37 El servicio de reacondicionamiento de medicamentos, utilizando los sistemas personalizados de dosificación (SPD), se encuentra dentro de los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales (SPFA). Virginia Dorta Martín, titular de farmacia en Tenerife, insiste en que es un servicio que permite a los farmacéuticos ayudar al paciente organizando las tomas de su medicación. Además, “mejora su calidad de vida, puesto que minimiza los errores y despistes en las tomas de los medicamentos, especialmente en pacientes polimedicados y/o de edad avanzada”. Rosa María Matos Lastra, farmacéutica adjunta en la Farmacia Lastra (Madrid), con rma que“es un servicio de reacondicionamiento de los medicamentos de forma personalizada para el paciente”. Adela Martín Oliveros, vocal de Apoyo a la Investigación de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), recuerda que, cuando en lenguaje coloquial hablamos de los SPD, hay que enmarcarlo como un SPFA en el que el farmacéutico comunitario, utilizando sus competencias profesionales, previa autorización del paciente o su representante legal en un acto posdispensación, revisa de forma sistemática la medicación para poder reacondicionar parte o todo el tratamiento en un dispositivo de dosi cación personalizada (DDP), tipo multidosis (blíster con alveolos), multicompartimental para un período determinado de tiempo, con el objetivo de facilitar la correcta utilización de la medicación del paciente, y una vez que se entrega al destinatario correspondiente, aparte de veri car su utilización posterior. Los SPD son un servicio profesional que ofrecen cada vez más farmacias. Ignacio José Romeo Granados, titular de farmacia en Madrid, indica que consiste en responsabilizarse de toda la medicación del paciente, comprobando que en el tratamiento pautado no existen problemas relacionados con los medicamentos como pueden ser duplicidades, interacciones, posologías erróneas, etcétera. Y, una vez revisado el tratamiento, se organiza la medicación en dosis unitarias y personalizadas, facilitando así la administración y toma adecuada de los fármacos. Dice que “estos sistemas buscan simpli car y mejorar la adherencia del paciente al tratamiento, especialmente indicado en pacientes mayores, polimedicados, con dificultades cognitivas, que viven solos o están al cargo de cuidadores, aunque cada paciente es un mundo y en otros per les también puede encajar este servicio”. Es importante no confundir el servicio profesional SPD con la preparación nal del blíster. El servicio incluye “un compromiso del farmacéutico que se responsabiliza del tratamiento integral del paciente”. También son necesarias varias tomas de contacto presenciales con el paciente y/o con el familiar o cuidador. Es imprescindible el estudio de la medicación y hacer un seguimiento mes a mes para ir resolviendo las múltiples dudas, gestionando los cambios de medicación o solucionar las incidencias que van surgiendo. Anastasio Delgado Casas, titular de farmacia en Torre de Juan Abad (Ciudad Real), de ne que es un servicio más que se puede ofrecer “con la nalidad de contribuir a una mejor adherencia al tratamiento de los pacientes”. ¿Es un servicio de consejo profesional y reacondicionamiento de los medicamentos en dosis unitarias? Aquí, desde su punto de vista, introduciría algún matiz. “Como tal consejo profesional no lo veo, el resultado nal no re eja la indicación de cada medicamento y es un tema que habría que ir mejorando. Respecto a dosis unitarias, es el principal escollo. Al nal, toda la medicación va en un solo pocillo, bolsita, y considero que hay que trabajar en individualizar realmente cada tratamiento con su pauta posológica, de manera que se tome en el momento adecuado, no todos a la vez”, argumenta. Queda claro que es un servicio de consejo profesional y de seguimiento de la pauta terapéutica de los pacientes desde cualquier estamento del Sistema Sanitario (Atención Primaria, Atención Hospitalaria, medicina privada/aseguradoras, indicación farmacéutica en productos en los que no es necesaria prescripción, toterapia, complementos nutricionales, etcétera). Martín Oliveros comenta que “ni siquiera la obtención del plan terapéutico a través de receta electrónica permite ese nivel de conocimiento”. Por ejemplo, en Andalucía, donde ella trabaja, el Sistema Andaluz de Salud (SAS) no está conectado entre plan terapéutico de Atención Primaria con Atención Hospitalaria, ni por supuesto con la medicina privada. Advierte de que“sacar conclusiones sobre la adherencia terapéutica a través de la receta electrónica en relación con lo que se le dispensa al paciente, y se lleva a su casa, no es una buena medida de su adherencia, que se puede comprobar con las devoluciones de medicamentos caducados a través del SIGRE”. ¿Hay que generalizarlo? En estos momentos, Delgado Casas ve útil este servicio para todos aquellos pacientes que lo necesiten y tengan algún tipo de cuidador. Respecto a aquellos pacientes con capacidad de conocer correctamente su medicación, sostiene que son más indicados otros procedimientos incluidos en muchas farmacias para un correcto seguimiento farmacoterapéutico. Razona que, “lógicamente, no hay un sistema perfecto, pero, en muchos casos, con los actuales, se ocasiona mucha confusión y, por la experiencia personal, incluso se han producido errores en la toma de la medicación”. Por el contrario, Romeo Granados opina que “es un servicio que lleva muchos años de rodaje en bastantes farmacias y, sin duda, extenderlo a toda la red de o cinas de farmacia sería más que bene cioso, no sólo para los pacientes, sino también para el Sistema Nacional de Salud (SNS)”. El medicamento es el recurso sanitario más empleado en nuestro país y en un porcentaje muy elevado (los datos que se barajan hablan del 50%) no se emplea adecuadamente.“Esto genera muchos problemas al paciente, a su entorno y al sistema de salud. Si un tratamiento no es efectivo, no se obtienen los resultados en salud esperados, el paciente seguiría utilizando los recursos disponibles; médico de Atención Primaria, urgencias e ingresos hospitalarios indeseados”, expone. Todo ello, al nal, se traduce en un fracaso del tratamiento y unos costes asociados que cada vez irán mermando más la sostenibilidad del SNS. Dorta Martín está de acuerdo con que“todas las farmacias deberían poder ofrecer este servicio a los pacientes que puedan necesitarlo”. No todos los pacientes son adherentes a sus tratamientos y en las o cinas de farmacia se detectan esos casos a diario. Igualmente, Matos Lastra añade: “Sin duda, sería magní co, pues es un servicio adicional para los pacientes. Les facilita la toma de medicamentos y, por tanto, el consumo correcto de los mismos. Por consiguiente, se obtiene un mayor éxito terapéutico al cumplir correctamente con la pauta mandada por el médico. Son todo ventajas para el paciente”. Lo mismo sucede con Beatriz García, farmacéutica de la Farmacia Josep Maria Selva Martí, actualmente cursando el Grado de Química en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Sopesa que“el servicio de SPD debería ofrecerlo cualquier farmacia española”, que, “en función de la ubicación, el tipo de cliente puede variar de una farmacia a otra, pero en todas hay alguna persona que se podría bene ciar de este servicio”, a la que se mejoraría su salud reacondicionándole los medicamentos y haciéndole un seguimiento constante.

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