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EL FARMACÉUTICO 16 a la industria farmacéutica. Al cabo de los años, y tras varios puestos, el gusanillo de la farmacia volvió con más fuerza, y aquí estoy, aplicando todo lo aprendido en mi vida laboral”, empieza a relatarnos. Conocedora de la profesión desde distintas vertientes, asegura que en estos años han cambiado “muchas cosas: empezando por la receta electrónica y terminando por nuevos productos de nutrición o la regulación de la microbiota”. Maika desempeña su labor sanitaria en el municipio de Ansoáin, al norte de la Cuenca de Pamplona y a 10km, aproximadamente, del centro de la capital. En su botica, “la media de edad está en los cincuenta años, así que no son polimedicados, pero sí demandan consejo de patologías estacionales y de dermocosmética e higiene”. El valor añadido de su farmacia es que procura hablar con cada paciente y dedicarle el tiempo que necesita. Para hacerles sentir cómodos, ha habilitado sillas de espera. “Estoy intentando promover el uso de probióticos, el consejo dermocosmético y hacer partícipe al paciente del resultado de su tratamiento, haciéndole responsable del buen uso de los medicamentos y de la importancia del cumplimiento terapéutico”, explica. En esta línea, considera que “hay muchos campos por explorar dentro de la farmacia en los que podemos especializarnos. Junto a ello, creo que deberíamos valorar nuestro servicio como se merece, como por ejemplo cobrar por los SPDs, ya que entrañan horas de trabajo”. Sin olvidar la necesidad de “mantener una comunicación diaria con el médico, sin intermediarios, para favorecer que el tratamiento del paciente se acelere lo antes posible si existe algún problema que lo impida, como faltas en los tratamientos”. Además, por supuesto, “del tiempo que ahorraríamos en segundas y terceras consultas para cambiar una forma farmacéutica”. Sobre la farmacia online, Maika nos confiesa que “da miedo”. “La compra puede realizarse a cualquier hora del día y no requiere ni vestirse ni salir de casa, ¡pero el contacto humano, el poder hablar, pedir consejo y que te lo ofrezca una persona especializada no tiene precio!”, exclama. Se despide con una reflexión: “Confío en que nuestros clientes-pacientes sigan necesitando de nosotros, y nosotros podamos darles lo que demandan, subidos todos en el progreso y en un futuro cambiante pero motivador”. de mi profesión: el trato con el cliente y los números, así que todo lo relacionado con la gestión me apasiona”, asegura el farmacéutico, que también desarrolla su labor como vocal en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Navarra y es interventor en Nafarco. Su farmacia, situada en Pamplona, es una botica de barrio donde todos se conocen y cuya amplia mayoría de pacientes son personas de avanzada edad. Consciente de ello, “con el problema actual de desabastecimientos, lo que tengo es un gran stock de medicamentos para evitar que los pacientes tengan que hacer dos visitas. Otro punto fuerte de mi botica es la variedad de productos de ortopedia y ayuda a la vida diaria”. Y, aunque hace todo lo que puede, “hay cuestiones que deberíamos poderles dar solución en la misma farmacia, como cambios de forma farmacéutica (sobre todo en el contexto de desabastecimientos), resolución de patologías menores (orzuelos, uñeros, etc.) o reactivación de recetas cuando se cumple el año”, se lamenta. Navarra es la tercera CC. AA. con más boticas en Viabilidad Económica Comprometida (VEC), la mayoría en el medio rural: “Desde la ‘Ley Cervera’, en la que se redujeron muchísimo los ratios de habitante/farmacia y distancias, Navarra es tierra de farmacias pequeñas y, gran parte de ellas, tiene serios problemas de viabilidad”. Una situación que repercute, sin duda, en el paciente, “porque tiene una mayor dificultad para encontrar sus tratamientos y, en las farmacias, resulta complicado ofrecer servicios farmacéuticos”. De hecho, según nos cuenta, “en muchas de ellas únicamente trabaja el titular”. En concreto, se calcula que en Navarra hay un total de 57 boticas VEC, tres de cada cuatro de las cuales se encuentran fuera de Pamplona. “Siempre he pensado que el pasado, presente y futuro de la farmacia pasa por el medicamento. Es nuestra razón de ser y lo que tenemos que defender a capa y espada”, reflexiona Eduardo antes de añadir que “todo lo demás lo veo fenomenal, pero no estrictamente necesario”. Para él, para que el modelo sea sostenible a largo plazo, es necesaria “una ordenación farmacéutica que asegure la viabilidad. Si no tienes pacientes da igual lo que hagas. Toda medida que afecte a nivel nacional, para la farmacia navarra es doblemente dañina”. Con todo, “creo que tenemos que dar mucha guerra todavía. Somos un colectivo fortalecido que contribuye de una manera decidida a preservar la salud de la población, de ahí nuestra esencialidad”, concluye Arteche. Eduardo Arteche (Navarra) Eduardo creció en la botica familiar y aprendió la profesión de los mejores: sus padres. “Una vez terminé mis estudios de Farmacia y Óptica, comencé a trabajar con ellos codo con codo, aprendiendo todos los entresijos de la farmacia”, empieza a explicarnos. Posteriormente emprendió su propio negocio, y de eso hace ya seis años. “Hay dos cosas que me encantan Maika Beltrán (Navarra) Maika Beltrán se convirtió en titular en junio de este año, pero lleva en el sector de la salud más de 30 años. “Comencé en el mejor sitio: de becaria en el CIM del COF de Navarra, trabajé como adjunta de farmacia y, buscando una mejora de mis condiciones económicas, pasé

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