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el farmacéutico | 28 Marta Selma (Zaragoza) Marta nos recibe en pleno casco histórico de Zaragoza. Su botica perteneció a su madre y está llena de recuerdos. “Mi infancia pasa por esta rebotica, podemos decir que me crie aquí”. Hace ya 11 años que se convirtió en titular de la o cina de farmacia de su madre. Especialista en ortopedia yMáster enGestión e caz de la O cina de Farmacia, tiene claro la importancia de la formación. “Consideromuy importante la atención personalizada y espe- cializada, por esohay que estar continuamente formándose. Trato de potenciar determinadas secciones de mi farmacia como son la ortope- dia, la dermofarmacia o la toterapia”. Con la perspectiva y la experiencia de 15 años dedicándose a lo que más le gusta, esta zaragozana ve la situación actual cam- biante. “Si por algo se de ne el momento que estamos viviendo es por los avances que estamos experimentandodíaadía. Laampliacióndehorarios ennuestraciudad, casi generalizada, ya supone una diferencia, tanto en lo que se re ere a la gestión de nuestro negocio como a los hábitos de los pacientes”. Pero estos cambios influyen también en el modelo de farmacia, que se adapta a las nuevas exigencias del paciente y a las necesidades del sector. “Nuestra labor cada vez estámás orientada a la oferta de servicios. Las di cultades de los últimos años nos han traído de igual modo aspectos positivos. Han hecho que nos pongamos las pilas y estemos mentalizados y dispuestos a asumir nuevos retos que repercutirán en una mejor atención a nuestros pacientes”. Otra cuestión que mejoraría la e ciencia del sistema sanitario sería, según Marta, una mayor cohesión entre los diferentes niveles asistenciales. “Echo en faltamás coor- dinación entre los distintos profesio- nales de la salud, lo cual conlleva- ría una atención más eficaz y un tratamiento más personalizado”. Un aspecto de vi- tal importancia es la guerra de precios. Marta lo tiene claro: “No creo que el precio sea su ciente para delizar al cliente, por lo menos no a largo plazo. Lo importante es el valor intangible que le ofrecemos a través de servicios profesionales e individualizados” , a rma, y continúa: “La competencia es cada vez más fuerte, y en general nos perjudica a todos, especialmente a las farmacias pequeñas que no pueden competir y ven comprometida su sostenibilidad”. Por tanto, el futuro pasa por la implantación de servicios profesionales, pero, cómo y cuán- do. Marta tiene la respuesta: “Es evidente que son el futuro y ya empiezan a ser el presente. Considero que deben ser remunerados para ser viables porque implican un coste para la farmacia en cuanto a material, formación, personal, tiempo invertido, etc”. Sin embargo esta inversión debe de contar con respaldo de la Administración. “Es fundamental que los poderes públicos apuesten por la farma- cia asistencial. Al mismo tiempo, se debería hacer mayor hincapié en la prevención, que a medio-largo plazo supone una reducción del gasto sanitario”. Ejemplos de esta labor de prevención son servicios como la atención farmacéutica en la cesación tabáquica, ase- soramiento nutricional en obesidad, control de factores de riesgo cardiovascular, SPD para evitar problemas relacionados con los medicamentos, etc. En de nitiva, la receta para los próximos años es el desarrollo de los servicios profesionales farmacéuticos,más formaciónymejor gestión. “Ésta sería la única solución si queremos tener unaboticasaneadaque sigacumpliendoconsu labor como servicio público y como garante de la saludde los ciudadanos” , sentencia, y añade en relación a la crisis: “Con medidas como los recortes en el gasto farmacéutico, las bajadas depreciode losmedicamentos y los impagos, lo único que conseguimos es que la sostenibilidad de la farmacia se veamuy comprometida”. “Los servicios profesionales son el futuro y ya están siendo el presente de la profesión” económicas, laborales, depersonal contratado, etc., son cada vez más importantes, nosotros seguimos al pie del cañón sacri cándolo todo por la profesión”. La botica rural vive, aún más si cabe, las con- secuencias de una crisis que no ha pasado desapercibida para nadie. “Después de tantos años inmerso en la farmacia rural o mejor di- cho, en la farmacia del pueblo, ya que solo hay unao cinaaquí enCella,me enorgullece saber que la gente confía en mí, cuenta conmigo y recurre a mí cada vez que lo necesita, a veces como paso previo, y a veces después de pasar por la consulta del médico, soy su boticario de siempre”. Estos son los aspectos positivos de su labor diaria, pero tambiénhay cuestiones por resol- ver en el sector. “Es necesario cambiar nuestra imagensocial. Aúnestámuyarraigada lavisión del farmacéutico como el señor con bata blan- caque se enriqueceacambiodenada. También pienso que desde la administración nos siguen viendo como un recurso fácil, quizá porque la factura farmacéutica es una de lasmás impor- tantes en los presupuestos de cada comunidad, y eso hay que atajarlo”. Ante esto, Nacho reclamamás unión entre los profesionales. “El sector apenas ha respondido a las medidas administrativas de control de gasto, los retrasos en los pagos, las diferencias entre las normativas de unas y otras comuni- dades, etc., y esto hay que evitarlo”. Uno de los aspectos más discutidos es el precio de los medicamentos, cuestión que en la farmacia rural es clave para la sosteni- bilidad. “El precio debe de ser el justo, con el margen adecuado, las farmacias son negocios pequeños de ventaal pormenor quenopueden competir con grandes supermercados sin ir directamente a la ruina. Creo que la profesio- nalidad, la calidad del servicio y sobre todo la cercanía del farmacéutico son las mejores vías para delizar a los clientes, la imagen y calidad de los productos debe ser nuestro objetivo”. Por último, un consejo de este farmacéutico de Cella, hijo y nieto de boticarios: “Debemos ofrecer una atención integral centrada en el bienestar y en la salud del paciente, y para ello, es necesario multiplicar los servicios, y adquirir mayor formación. A lo largo de todos estos años los farmacéuticos han idoperdiendo competencias que eranexclusivas –veterinaria, cosmética, ortopedia, etc.– y, al menos de for- mageneral, nohemosbuscadonuevosámbitos para el desarrollo. Haymuchas oportunidades de futuro como son el deporte, la perfumería, la óptica o la nutrición”.

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