La curiosidad le llevó a dedicarse a su gran pasión: la farmacocinética y la farmacodinámica. "Me fascinaba pensar cómo un fármaco resuelve un problema de salud, el porqué de las dosis, de la duración del tratamiento. Para mí era todo un misterio por resolver". Se llama Laura Gandía y es ...
La curiosidad le llevó a dedicarse a su gran pasión: la farmacocinética y la farmacodinámica. "Me fascinaba pensar cómo un fármaco resuelve un problema de salud, el porqué de las dosis, de la duración del tratamiento. Para mí era todo un misterio por resolver". Se llama Laura Gandía y es farmacéutica adjunta en Ontinyent desde donde nos recibe con una gran sonrisa. "Farmacia Jordà está situada en un municipio de no más de 38.000 habitantes con una población muy envejecida y deprimida económicamente, por lo que el perfil del paciente es el pensionista".
Un paciente polimedicado con importantes necesidades de salud que requiere una atención personalizada. "El RUM, el SPD, y el estudio diario, son indispensables en mi día a día. Trato con pacientes con muchos fármacos, que visitan varios especialistas y que pueden tener problemas de duplicidad, de interacciones, de cascadas de reacciones adversas que son abordadas con la prescripción de un nuevo fármaco. Y esto requiere profesionalidad y estar al día".
Le gusta hablar de pacientes, no de clientes. "No nos confundamos, nuestra función es atender a pacientes, y para mí un paciente no solo es una persona que padece una enfermedad, sino dicha enfermedad y las circunstancias que les rodea", advierte, y continúa: "Si queremos fidelizar al paciente es necesario un aumento de la formación, así como una aceptación de las competencias de nuestra profesión y la correspondiente derivación cuando las necesidades de ésta estén fuera de nuestro alcance". En definitiva, conocer al paciente de manera longitudinal, esto es, a través de una visión global que permita la adecuada actuación farmacéutica. "Se trata de indagar en su día a día: si trabaja, si sus padres están enfermos, si tiene niños, etc., esto nos ayuda a personalizar las indicaciones y a mejorar la adherencia más allá del cumplimiento".
Laura es optimista ante el futuro, pero también advierte de la necesidad de resolver ciertos aspectos. "Echo en falta la especialidad de Farmacia Comunitaria así como un continuo reciclaje con evaluación por parte de un órgano competente. El paciente es el mismo, pero las enfermedades cambian, las agudas pasan a crónicas y el arsenal terapéutico no sólo aumenta, sino que puede variar en indicaciones". Junto a ello, otro de los problemas es la ausencia de equipos multidisciplinares. "Desde mi punto de vista, el paciente ni es de ninguna especialidad médica, ni de enfermería, ni del nutricionista, ni del farmacéutico…El paciente tiene una autonomía y un historial clínico, y deberíamos tener acceso todos para poder realizar con el mejor rigor y profesionalidad nuestro trabajo".
Miembro del Comité Técnico de Prevención y Tratamiento de Tabaquismo de la Comunidad Valenciana, es una de las promotoras de la campaña #Stoptabaco31demayo que consiste en ayudar a fumadores que no acuden a las consultas. "Se trata de usar las redes sociales como plataformas formativas para ayudar a compañeros que desconocen cómo abordar la enfermedad, sensibilizar de la necesidad del abordaje de esta patología y de apoyar a los pacientes a través de vídeos y demás recursos".
Es de la opinión de que los servicios profesionales ocupan un lugar cada vez más importante dentro de la farmacia comunitaria e identifica tres factores clave para que su implantación sea efectiva: "Estudio, para que no se nos olvide qué patologías cambian y si hay brotes de algunas que no se veían desde hace años; comunicación con el resto de los miembros del equipo que atienden al paciente; y recursos, lo que se traduce en tiempo, personal motivado y paciencia". Elementos esenciales para la farmacia del futuro que evoluciona hacia un modelo asistencial. "La farmacia será un centro de salud, pero con unas competencias acordes al farmacéutico".
