La sección A pie de calle entrevista a la farmacéutica Maite Ibarra (Vitoria).
Farmacéutica de vocación, Maite comenzó la profesión muy joven, ya que con tan sólo 22 años, trabajaba en la oficina de farmacia. Su dilatada trayectoria le ha valido para conocer las diferentes facetas de la labor como farmacéutica. Primero como adjunta, luego como titular de una farmacia rural, hasta que ...
Farmacéutica de vocación, Maite comenzó la profesión muy joven, ya que con tan sólo 22 años, trabajaba en la oficina de farmacia. Su dilatada trayectoria le ha valido para conocer las diferentes facetas de la labor como farmacéutica. Primero como adjunta, luego como titular de una farmacia rural, hasta que finalmente hace cuatro años inauguró su propia farmacia en Vitoria. Ubicada en uno de los barrios más modernos de la ciudad, recibe una clientela muy heterogénea, desde población más anciana, hasta familias jóvenes que adquieren productos para el cuidado de sus hijos o simplemente quieren cuidarse y buscan productos de dermoestética o nutrición.
Se muestra apasionada de su profesión, comenta que lo que más le satisface es el trato con las personas, esto ha sido así desde siempre. No obstante reconoce que hay cosas que han cambiado. “El modelo se ha transformado muchísimo. Antes, todas las oficinas eran similares, mientras que ahora, cada farmacia se especializa en un campo. Vivimos en un mundo cambiante y eso también nos afecta. Por eso la farmacia actual es una farmacia muy activa”. También el perfil del cliente ha cambiado. La llegada de las nuevas tecnologías ha traído consigo la aparición de otras fuentes de información, como internet, por eso es necesario que el farmacéutico ofrezca una información precisa y adaptada a cada caso concreto. “El paciente se encuentra perdido en este maremágnum de informaciones, por eso, hoy más que nunca, debemos ser profesionales y ofrecer una atención personalizada y un consejo profesional”.
Por este motivo y por la necesidad de diferenciarse del resto de oficinas, la farmacia Ibarra ha decidido especializarse en dietética y nutrición. “Pensamos que hacia estos ámbitos va a dirigirse el futuro de la farmacia. Nuestros clientes cada vez están más preocupados por lo que comen y deciden seguir una dieta sana. Nosotros le ayudamos a adoptar una alimentación saludable y para ello ofrecemos un completo servicio de asesoramiento nutricional”.
Defensora de la calidad de estos servicios con respecto a la oferta de otros establecimientos como los herbolarios, Maite se muestra proclive a que sean remunerados puesto que “ningún otro agente puede ofrecerlos con la misma cualificación que el farmacéutico. Nos formamos para ello y estamos continuamente actualizando nuestros conocimientos. Establecer un sistema de precios para estos servicios sería una excelente fuente de ingresos para la farmacia de hoy en día”. Además de estos servicios complementarios, también trabajan cosmética con análisis de la piel, fitoterapia, homeopatía, ortopedia, análisis de colesterol y triglicéridos, y SPDs. Maite está convencida de que el ciudadano confía en la profesionalidad del farmacéutico.
“Y eso motiva mucho a la hora de trabajar. Los servicios hacen que la farmacia sea sostenible, pero la mayor satisfacción es la respuesta del cliente que muestra una actitud proclive, lo cual hace aumentar la demanda”. En cuanto al futuro, manifiesta gran optimismo y satisfacción. “Considero que la profesión está en un punto muy interesante donde hay muchas posibilidades de ampliar el negocio. Soy muy optimista porque veo claramente que estamos avanzando hacia la dirección correcta”. (…)
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