¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico? ¿Hacia dónde se dirige la farmacia como espacio de salud? A pie de calle, en contacto directo con los profesionales del sector, buscamos respuestas a éstas y otras preguntas clave.
Rosario Bergua lleva más de 35 años trabajando como farmacéutica y actualmente regenta la oficina de farmacia de la pequeña localidad de Boltaña. Se trata de un municipio de menos de mil habitantes situado en el Pirineo de Huesca. Por su singularidad, la oficina rural disfruta de un trato muy ...
Rosario Bergua lleva más de 35 años trabajando como farmacéutica y actualmente regenta la oficina de farmacia de la pequeña localidad de Boltaña. Se trata de un municipio de menos de mil habitantes situado en el Pirineo de Huesca. Por su singularidad, la oficina rural disfruta de un trato muy cercano con los clientes. “Eso es precisamente lo que más me satisface de mi trabajo, la confianza que se establece entre profesional-paciente, hasta tal punto que a veces actuamos como confesores. No cambiaría el medio rural por nada del mundo”.
La farmacia rural tiene múltiples ventajas, pero también inconvenientes. “Uno de los problemas que nos afecta es la distribución por parte de los almacenes; aunque en la actualidad es buena, hay periodos de tiempo que existe una falta de suministro de medicamentos esenciales. Otros aspectos que juegan en contra nuestra es la distancia de los grandes núcleos urbanos, que dificulta nuestra accesibilidad a cursos y otras actividades formativas”.
La transformación del modelo de farmacia es una realidad, y, frente a la dependencia de los medicamentos, urge la búsqueda de alternativas que sean capaces de dar sostenibilidad a la oficina de farmacia. “Necesitamos reorientar nuestra profesión porque cada día es más difícil salir adelante únicamente con los ingresos que nos proporcionan los fármacos. Es necesario que nos abramos a otros campos como la homeopatía, que está creciendo de forma exponencial en la población joven, o la dermocosmética, que ya supone aproximadamente el 35% de las ventas. Es la única manera de ser competitivos, pero para ello debemos formarnos”.
Otra de las oportunidades de futuro está en establecer una mayor colaboración del farmacéutico con el resto de profesionales sanitarios, sólo así se logrará “una mayor valoración de nuestra labor, una mejora en la salud del paciente y una reducción del gasto”. Entre los servicios que deben estar remunerados, Rosario considera que las guardias forman parte del gasto, ya que “este servicio se considera inherente a la farmacia rural”, pero que, sin embargo, “obtiene una nula rentabilidad”.
Entre las claves de futuro, señala la necesidad de continuar con la labor de educación sanitaria de la población y de ejercer mayor presión sobre la administración para que cumpla con los compromisos económicos establecidos. “La farmacia es la gran pagadora de los recortes en materia sanitaria; aunque últimamente se controla el gasto en otras áreas, los farmacéuticos hemos sido los más castigados en esta crisis”.
Especial incidencia han tenido medidas como el copago, o la bajada de precios del medicamento. Y de manera perjudicial, los impagos promovidos por la administración. “Es un problema importante. En este último año se han ido sucediendo desde el mes de Septiembre y en la actualidad está pendiente el cobro del mes de Noviembre. Esto nos genera gastos añadidos puesto que tenemos compromisos de pago en fechas concretas”.
Nos despedimos de Rosario con un mensaje positivo. “Creo en el futuro de la farmacia. Estoy convencida de que podemos desempeñar una gran labor asistencial. Pero para ello debemos ser capaces de adaptarnos a la nueva situación, y detectar los servicios que la sociedad demanda. En este sentido será clave nuestra integración en equipos multidisciplinares con el resto de profesionales sanitarios”.
