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57 tema del cáncer hay y habrá siempre muchos bulos que tratan de confundir a los pacientes. Prácticamente, todas las personas que trabajan en esta farmacia han pasado por una formación importante, desde los inicios con los de la Fundación Ricardo Fissas, con laboratorios que han apostado por estos tratamientos, hasta los actuales, que han culminado con la Certificación en Oncología por parte de la Fundación ECO, Fundación para la Excelencia y la Calidad en la Oncología, y Oncology Academy, líderes en el desarrollo de farmacias comunitarias en oncología”, expone. La psicooncología, una piedra angular de la atención A este respecto, el boticario señala que “desarrollamos por aquel entonces un servicio con psicooncólogos, esteticistas especializadas en tratamientos oncológicos, complementos nutricionales adecuados, productos exclusivos, complementos de alta calidad, empresas asociadas de peluquería especializadas, ropa, bañadores, prótesis, etc.”. “La verdad es que fue un duro trabajo, pero tremendamente gratificante, sobre todo por la receptividad de los pacientes”, se sincera. Actualmente, constituyen una Farmacia Unidad Hydroskin Oncology, lo que les permite ofrecer una gama completa de productos especializados para el cuidado integral del paciente, como cuidado de la piel, nutrición, higiene personal, sequedad vaginal, cuidado de las uñas, cuidado del cuero cabelludo y otros aspectos que se ven afectados durante el tratamiento oncológico. Pero también brindan servicios gratuitos de apoyo a través del proyecto Hydroskin Oncology, tales como acompañamiento y apoyo emocional para pacientes y familiares con psicooncólogos especializados (psicooncología, asesoramiento laboral, resolución de dudas), aportándoles información clara y personalizada sobre el tratamiento, medicamentos y efectos secundarios; talleres de capacitación en temas relacionados con el cáncer, cuidado personal y manejo de emociones, así como campañas de prevención, de promoción de la salud y detección temprana del cáncer. “Los pacientes y sus cuidadores reciben un acompañamiento durante todo el proceso que, en muchos casos, puede marcar la diferencia. Ya hay otras farmacias certificadas en nuestra isla y la verdad es que sería muy bueno que en el futuro todas las farmacias tuvieran la Certificación en Oncología. Esto es una garantía para los pacientes y para los profesionales médicos y sanitarios”, comenta Manuel Marrero. Bajo su experiencia, lo primero que tiene que hacer una farmacia que quiera “especializarse” en la atención al paciente oncológico es tener sesiones con un psicooncólogo. “Que el equipo entienda las necesidades de las personas. La atención correcta es muy, muy, importante, y representa un porcentaje altísimo de la evolución positiva posterior”. De hecho, el experto considera que los beneficios son a todos los niveles. “La atención especializada en la farmacia comunitaria mejora, sin duda, la calidad de vida de los pacientes oncológicos”, remarca. Así, la farmacia los ayuda a “generar hábitos de prevención y autocuidado durante el tratamiento para poder anticiparnos a algunos efectos secundarios y poder minimizarlos; a detectar y prevenir posibles complicaciones, interacciones medicamentosas o no, detectables muchas veces en las farmacias; a ofrecer apoyo emocional y acompañamiento durante el proceso; favorecer la adherencia al tratamiento; mejorar la comunicación entre el paciente, el médico y el equipo de salud; prevenir y detectar precozmente el linfedema, y también, desde la ortopedia podemos ayudar en muchos casos, no solo en el linfedema, sino con ayudas técnicas y adaptaciones específicas”. En cuanto al punto de vista de los farmacéuticos, Manuel Marrero los anima a formarse en oncología argumentando que “permite a brindar una atención más completa y personalizada a los pacientes, mejorando su calidad de vida”. “Esta especialización abre nuevas oportunidades profesionales y permite a la farmacia comunitaria jugar un rol más activo en la lucha contra el cáncer”. “Es uno de los retos sanitarios más importantes para la sociedad y, desde la farmacia, no podemos ser ajenos a ello. Nuestra profesión puede y debe hacer mucho por los pacientes, en el día a día, y con el aumento de casos de los próximos años es necesario sumar esfuerzos para la mejor atención farmacéutica y la promoción de la salud en general”, subraya. Retos y desafíos del farmacéutico a la hora de ayudar al paciente oncológico En este sentido, al hablar de los aspectos que considera que la farmacia comunitaria puede mejorar en la atención a los pacientes oncológicos, el boticario enumera “la formación continua del personal en oncología, la ampliación de la oferta de productos y servicios especializados, la colaboración con otros profesionales de la salud o la participación en programas de prevención y educación”. “MUY ESPECIALMENTE EN ONCOLOGÍA, LA LUCHA ACTIVA CONTRA LOS BULOS SALVA VIDAS” Además, hace hincapié en “la lucha activa contra los bulos que circulan por las redes y que aprovechan en la desesperación de los pacientes, la difusión de una gran desinformación”. El estar en primera línea, señala, “nos supone una ventaja para controlar y desmentir estas creencias en los bulos y pseudociencias”. “Muy especialmente en oncología, la lucha activa contra los bulos salva vidas”, insiste. Asimismo, los principales retos incluyen, en opinión del especialista, “entender la dimensión del problema del cáncer, teniendo en cuenta que no es solo un tema hospitalario, sino que hay que trabajar juntos y alineados con los hospitales”. Por otro lado, apunta a “la falta de tiempo y recursos para ofrecer una atención personalizada, la necesidad de actualizar constantemente los conocimientos en oncología y la coordinación con el resto del equipo de salud”. Por contra, pone en valor el ‘Mapa de Farmacias Oncológicas’, pues en él “los pacientes y los profesionales pueden localizar a las farmacias especializadas en oncología, un gran avance que está ayudando a los oncólogos a dar un mensaje más a los pacientes cuando salen de su consulta”. “El usuario podrá localizar aquí la farmacia especializada en oncología más cercana a él, donde podrá resolver las dudas que puedan surgirle en su día a día”, recalca. Para que el paciente pueda hacerse una idea de todo lo que le puede aportar el farmacéutico en ese duro camino, Marrero comparte un caso muy cercano. “Recuerdo siempre el comentario de un familiar con cáncer de mama que, en sus inicios de tratamiento postquirúrgico, nos decía que lo que peor llevaba no eran los efectos secundarios del tratamiento hormonal, ni los dolores, náuseas u otros síntomas desagradables, sino que manifestaba que apenas dormía. Vivía en una zona muy calurosa y húmeda, y el sudor de la cabeza, sin pelo, le era muy molesto desde el punto de vista físico y psicológico”. Hasta que un buen pañuelo, de calidad, mejoró mucho su descanso y, por ende, su día a día. “Este es un buen ejemplo de cómo, desde la oficina de farmacia, podemos mejorar la salud del paciente si los acompañamos desde un punto de vista integral”, remacha.

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