El coaching nutricional en la Farmacia: qué es y cuáles son las habilidades del coach nutricional

Por Lidia Barrajón Farmacéuticaortopeda Coach personal y nutricional

La farmacia actual cada vez tiende a ser más asistencial. Apostar por la implementación de nuevos servicios que promocionen la Salud y, en este caso, a través de la Nutrición, le aporta un gran valor. El coaching nutricional, el mindful eating, ahondar en las posibles interacciones fármaco-alimento o aportar herramientas para llevar a cabo una adecuada planificación de la compra y el diseño de un menú semanal, son algunos ejemplos de cómo desarrollarlo. Además, en la farmacia podemos crear un espacio donde abordar la Nutrición desde diferentes niveles. En primer lugar, en el mostrador, con el diseño de folletos que dispongan de un código QR con el que el paciente acceda a una recomendación nutricional. Si estamos en redes sociales, podemos publicar infografías o hacer video recetas. O bien, optar por la creación de un servicio de atención personalizada, en el que al paciente interesado se le haga una evaluación bioquímica, antropométrica y dietética y en el que se fomente la creación de hábitos alimenticios saludables, a través del coaching.

¿Qué es el coaching nutricional?

Es la aplicación de la metodología del coaching al campo específico de la Nutrición. Su esencia es la creación de hábitos alimenticios saludables. Aunque el coaching nos parezca una metodología novedosa, la Mayéutica de Sócrates es su primer antecedente.

Actualmente, su creciente interés en el área de la Salud, y más concretamente, de la Nutrición, se debe a que las intervenciones basadas únicamente en dar información nutricional son muy limitadas a la hora de conseguir un cambio en la conducta alimentaria . Sin embargo, el coaching nutricional, al incidir a nivel conductual, mejora la adherencia a un determinado plan nutricional, produciendo cambios en el estilo de vida. En todo proceso de coaching nutricional, el coachée-paciente plantea un objetivo nutricional, que ha de formular en positivo, ser realista, personal, medible y específico. Una vez tenga claro lo que quiere conseguir, diseña el plan de acción, es decir, la hoja de ruta en la que describe las acciones que va a llevar a cabo para lograrlo.

Mediante esta metodología, el paciente valora las opciones que tiene para alcanzar ese objetivo, identifi ca y vence sus obstáculos, crea el entorno adecuado y adopta la actitud de compromiso necesaria para conseguir cambios en su alimentación, logrando, a su vez, mejorar otros aspectos de su persona y de su estilo de vida .

No podemos olvidar que, además de la alimentación saludable, la práctica de actividad física, una adecuada rutina del sueño y la gestión emocional, constituyen los pilares básicos del bienestar de las personas, estando todos ellos interconectados.

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