Consejo farmacéutico para afrontar los efectos adversos de los fármacos en la piel

La curación o mejoría de una enfermedad es el objetivo fundamental de tomar fármacos. No obstante, en algunas ocasiones, el tratamiento puede acompañarse de efectos indeseables. La piel es el órgano donde más frecuentemente se observan efectos secundarios a medicamentos, lo cual lleva a frecuentes visitas al dermatólogo o consultas al respecto en la oficina de farmacia. Sin embargo, muchas veces se achaca una erupción a un medicamento, cuando en realidad este puede no ser el causante. No siempre una aparición coincidente en el tiempo significa que el medicamento sea la causa de la lesión cutánea en cuestión.

La repercusión de los fármacos en la piel puede ser de diferente tipo: por un lado, las reacciones alérgicas a medicamentos están bien definidas y pueden deberse a mecanismos de hipersensibilidad tipo I o tipo IV. Algunas de ellas pueden ser graves. Por otro lado, las erupciones cutáneas que se presentan durante los tratamientos con quimioterapia tienen un carácter tóxico y no tanto alérgico. Por último, es interesante comentar que ciertos efectos secundarios de algunos fármacos pueden ser utilizados como tratamiento dermatológico.

Reacciones alérgicas

Reacciones alérgicas tipo I / hipersensibilidad inmediata

Estas reacciones se caracterizan por aparecer a los pocos minutos u horas de la administración del medicamento. En la piel se manifiestan en forma de urticaria. Esta se define por la aparición de habones, que se ven como ronchas rojas y sobreelevadas, que aparecen de forma súbita y originan un gran picor. Son evanescentes y desaparecen de unas zonas del cuerpo para aparecer posteriormente en otras.

Estos síntomas pueden acompañarse de otros más graves como dificultad respiratoria, dolor abdominal, diarrea o incluso la anafilaxia, que puede poner en peligro la vida.

Reacciones alérgicas tipo IV / hipersensibilidad retardada

Este tipo de reacciones están mediadas por linfocitos y ocurren de una forma más tardía, que en muchas ocasiones hace a los pacientes pensar que no existe relación entre la toma del fármaco y el inicio de los síntomas.

Existen algunos tipos de reacciones bien descritas con características particulares que describiré a continuación:

Síndrome DRESS (Drug Reaction with Eosinophilia and Systemic Symptoms Syndrome). Se trata de un cuadro grave, con una mortalidad de hasta el 10%, causado por fármacos antiepilépticos, sobre todo, pero también se ha visto a consecuencia de antibióticos, antiinflamatorios o antidepresivos. Se presenta como un rash a las tres semanas de la toma del medicamento (aunque se han descrito casos hasta tres meses después), acompañado de fiebre, adenopatías (ganglios aumentados) y ciertas alteraciones analíticas (transminasas elevadas, eosinofilia). Síndrome Stevens-Johnson (SSJ)/Necrolisis epidérmica tóxica (NET). El despegamiento de la epidermis es el síntoma clave de este cuadro (menos del 10% de la superficie corporal en SSJ y más del 30% en el caso de NET), el cual, en función de su extensión, puede tener un pronóstico fatal. Tras unos días de fiebre, días después de haber tomado el fármaco causante, aparecen rojeces en la superficie corporal, que se despegan dejando erosiones importantes. Puede afectar también a las mucosas (ojos, boca, genitales). Se trata de un cuadro grave que requiere manejo en una unidad de quemados. Los fármacos más frecuentemente implicados son las sulfonamidas antibacterianas, los antiepilépticos aromáticos y algunos antiinflamatorios. Aprende más sobre los efectos adversos de los fármacos en la piel aquí

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