Los profesionales del sector saben perfectamente que, hoy en día, en el mundo en el que vivimos y con la competitividad que existe en el mercado, para la farmacia es imprescindible realizar una buena gestión por categorías. Adecuar el espacio de ventas y mejorar la experiencia de compra y atención ...
Los profesionales del sector saben perfectamente que, hoy en día, en el mundo en el que vivimos y con la competitividad que existe en el mercado, para la farmacia es imprescindible realizar una buena gestión por categorías. Adecuar el espacio de ventas y mejorar la experiencia de compra y atención del paciente en la farmacia es imprescindible, pero además cada categoría puede presentar unas características específicas que es necesario tener en cuenta, y la de infantil es una de ellas. Se trata de un segmento muy amplio, que incluye desde alimentación y accesorios (leches infantiles, con todo tipo de leches para necesidades especiales, tarritos, chupetes, biberones, tetinas, etc.) hasta el inmenso abanico de productos para la higiene y cuidado de la piel del bebé, pasando por los accesorios de puericultura o la imprescindible protección solar.
Particularidades
Aunque pueda parecer aparentemente sencillo, trabajar la categoría infantil en una farmacia no siempre es fácil. Esta sección presenta sus propias dificultades, en primer lugar porque son productos muy sensibles a los precios, y algunos productos son muy voluminosos, por lo que ocupan mucho espacio de exposición.
Por otro lado, es un punto a favor el hecho de que los niños nacidos suelen ser muy deseados, así que los padres acostumbran a estar más predispuestos a invertir en su salud. Además, las madres y padres, especialmente primerizos, la mayor parte de las veces valorarán mucho poder resolver sus dudas y hacer consultas sobre productos. Por eso, trabajar sobre este tipo de público puede ser una gran herramienta para fidelizar a los visitantes de la farmacia. Se trata de una de las que se conocen como categorías de tráfico: generan un gran volumen de clientes, siendo las promociones muy importantes para mantener el flujo de usuarios constante.
Características de la piel
La principal característica diferencial de la piel del bebé es estar en fase de desarrollo. Esto la hace más sensible y vulnerable que la del adulto, y padece afecciones dermatológicas características. La piel infantil no se encuentra dentro de un cuadro patológico de "piel sensible", pero esas diferencias marcan las pautas para un correcto desarrollo de los productos cosméticos, que lógicamente deberán ser adaptados. Algunas de sus características son:
- Grosor disminuido: favorece la absorción percutánea y disminuye su función protec- tora frente a las agresiones externas.
- Uniones intercelulares más débiles: mayor predisposición a presentar lesiones ampo- llosas traumáticas.
- Aumento de la actividad sebácea: los adrógenos maternos producen hiperplasia sebácea "vérnix caseosa".
- pH cutáneo aumentado: disminuye la resistencia natural a infecciones.
- Falta de desarrollo del sistema inmunológico: aumenta la sensibilidad a agentes irritantes primarios infecciosos y disminuye la sensibilidad a antígenos de contacto.
- Disminución de la actividad sudoral: influye en la termorregulación.
- Menos capacidad de síntesis de melanina: disminuye la defensa natural frente al sol. La piel pediátrica es muy sensible a las radiaciones solares y se quema.
Por todas estas características señaladas, es fundamental que los dermocosméticos pediátricos cumplan una serie de requisitos: mínima irritabilidad, no deben eliminar en exceso la fracción lipídica epidérmica, máxima inocuidad de sus componentes, altamente protectores de la piel, seguridad, estabilidad y por supuesto estar testados dermatológica y pediátricamente.
Además de los productos de dermocosmética infantil a los que estamos habituados existen laboratorios que crean cosmética natural y ecológica, productos que no contienen colorantes, ni perfumes sintéticos. Están elaborados a base de materias primas naturales y de origen ecológico y formulado con el pH indicado para las pieles infantiles.
Higiene
Los primeros cuidados que se realizan al bebé a su llegada al hogar, al margen de la alimentación son los relacionados con la higiene. La primera recomendación es que tanto el jabón como el champú deben ser suaves, con un escaso contenido en detergentes (minimizando la capacidad de eliminar los lípidos cutáneos, que son tan necesarios para la piel del bebé). Además, cuantos menos conservantes y perfumes contengan, menor es el riesgo de irritación de la piel.
Por otro lado, y contra las creencias populares, no es necesario bañar a los bebés a diario, mucho menos en invierno, y en cualquier caso no es necesario utilizar jabón todas las veces que se lave al bebé. Tampoco las esponjas son recomendables, lo mejor es utilizar simplemente la mano y el jabón.
El corte de uñas es otra rutina de higiene que se realiza desde el principio, especialmente porque las uñas de los bebés son especial- mente afiladas, y se arañan, tanto a sí mismos como especialmente a sus mamás, en el caso de que tomen el pecho. Deben utilizarse ti- jeras redondeadas, no punzantes, y evitando apurar el corte para que las uñas no se encarnen y crezcan rectas. También se recomienda lavar los dientes desde su primera aparición, sin necesidad de usar pasta dental, por una cuestión de instalar hábitos que duren para toda la vida.
Para restablecer la barrera cutánea se aplicará una crema emoliente sobre toda la piel del cuerpo tras el baño. Y en cuanto a la higiene del pañal, es muy importante mantener la zona tan limpia y seca como sea posible, empleando preferiblemente agua tibia y jabón si es necesario, en lugar de toallitas.
Para leer el artículo completo, haz clic en el PDF adjunto
