El mercado respiratorio pierde fuelle tras el primer verano de pandemia

Al concluir el primer verano de la pandemia de Covid-19, el mercado respiratorio perdió todo su fuelle. Ya que, al cerrar el tercer trimestre del año respecto a 2019, se apreció un retroceso en la mitad de sus seis principales clases terapéuticas de fármacos y productos destinados, aunque salieron de esta ecuación los antiasmáticos, antihistamínicos y los revulsivos percutáneos, tal como se refleja en los datos aportados por la corporación IQVIA.

29/12/2020

En respuesta a un contexto radicalmente alterado por las necesidades farmacológicas dictadas por la actual pandemia de Covid-19, el mercado para el Aparato Respiratorio (R) perdió aire el pasado mes de septiembre por desatención a las patologías respiratorias graves, en espera de que nuevos tratamientos y vacunas para el SARS-CoV-2 ...

En respuesta a un contexto radicalmente alterado por las necesidades farmacológicas dictadas por la actual pandemia de Covid-19, el mercado para el Aparato Respiratorio (R) perdió aire el pasado mes de septiembre por desatención a las patologías respiratorias graves, en espera de que nuevos tratamientos y vacunas para el SARS-CoV-2 puedan insuflar un nuevo impulso a las cuentas de las compañías que desarrollan y comercializan sus fármacos.

Sin dejar de lado que, como recuerda la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 19% de los pacientes con Covid-19 requieren un ingreso en UCI al presentar neumonías graves y que se mantiene la obligatoriedad de usar las mascarillas en toda la población general, incluidos los sujetos de todas las edades con enfermedades respiratorias pre existentes. Personas que suman 545 millones en el mundo con una enfermedad respiratoria crónica, el 7,39% de la población mundial, de los cuales 4,9 millones viven en España (7,10%).

Vigilancia de las secuelas

Como ya es sabido, la Covid-19 puede presentar secuelas duraderas para la función pulmonar, además de las conocidas en la fase aguda, como se recordó el Día Mundial del Pulmón, celebrado el pasado 25 de septiembre a iniciativa del Foro de Sociedades Internacionales Respiratorias (FIRS).

En fase aguda, la expresión más frecuente en Covid19 es la neumonía bilateral que provoca insuficiencia respiratoria grave, síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), que inflama y produce necrosis en el alveolo pulmonar con efecto expansivo y requerimientos de soporte ventilatorio como oxigenoterapia, ventilación no invasiva (VNI) o ventilación invasiva (VI).

Ante las secuelas permanentes que ya se empiezan a conocer, el neumólogo miembro del Área de Técnicas y Trasplantes de la SEPAR, doctor Francisco García Río, apostó recientemente por identificar, o descartar, complicaciones de la nueva enfermedad, porque a tiempo pueden ser reversibles con los tratamientos adecuados.

Frente alteraciones intersticiales pulmonares presentadas en fase aguda y contra la hipercoagulabilidad que puede desembocar en embolia pulmonar. Y junto a posibles daños en la microvasculatura pulmonar y sistémica, con implicaciones no sólo para el aparato respiratorio, sino también a nivel neurológico, digestivo o renal.

Según García del Río, también se dan casos de pacientes ingresados en UCI por Covid-19 y con función respiratoria normal y aspecto sano de sus pulmones a los que sobrevienen con el tiempo patrones de atelectasias y vídrio deslustrado como reflejo de daño intersticial que puede ser contrarrestado con corticoides. Además del riesgo que supone la fase aguda para el ulterior desarrollo de fibrosis pulmonar para el 15% de los pacientes, con bandas fibróticas y bronquiectasias por tracción.

En general, y tras seguimientos de hasta 6 meses durante la pandemia en pacientes Covid, se comprobó que la recuperación radiológica es más lenta con este patógeno que en las neumonías provocadas por otras causas, aunque se recupere la función pulmonar normal. Las citadas secuelas, asociadas a los casos más graves de la enfermedad y edades maduras avanzadas, se producen por tres causas principales: por la destrucción física de tejido pulmonar a manos del propio patógeno, por las cicatrices fruto de la inflamación que produce y, en tercer lugar, por la hiperreactividad bronquial a futuras infecciones respiratorias con cierre reflejo de los alveolos.

Menos contagios en asma y EPOC

Por el contrario, y como buena noticia, parece que el hábito precavido de los pacientes con asma o EPOC explica tasas de incidencia de Covid-19 inferiores a las del resto de la población general.

Mientras que para el seguimiento de los pacientes que pasaron la enfermedad se recomienda seguimiento de hasta un año, mediante espirometrías y pruebas de capacidad de difusión pulmonar, además de pruebas de imagen como radiografías de tórax y tomografía axial computarizada (TAC) para posible indicación de rehabilitación respiratoria. Sin olvidar el seguimiento de la patología vascular pulmonar y el TAC de tórax para medir la extensión de las lesiones existentes.

Además, la SEPAR recomienda cuidados respiratorios intermedios, aunque los casos graves no revistieran daños pulmonares aparentes. En este escenario, también resulta clave la figura del farmacéutico comunitario para la derivación al médico de familia o al neumólogo, según disponibilidad.

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Autor: IM Farmacias
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