Poco a poco los termómetros ascienden y nos avanzan la inevitable proximidad del verano. Pero esta estación, tan marcada por las vacaciones y tan deseada por todos, no siempre trae consigo alegrías. Y es que el aumento de la transpiración corporal debido a las altas temperaturas, unido, en ocasiones, a ...
Poco a poco los termómetros ascienden y nos avanzan la inevitable proximidad del verano. Pero esta estación, tan marcada por las vacaciones y tan deseada por todos, no siempre trae consigo alegrías. Y es que el aumento de la transpiración corporal debido a las altas temperaturas, unido, en ocasiones, a una mayor humedad en la zona genital por baños en playas y piscinas, puede provocar que las infecciones genitourinarias se incrementen durante el verano.
La mucosa vaginal está colonizada por miles de millones de bacterias beneficiosas, que se conocen como microbiota vaginal y que forman una barrera natural que protege esta mucosa de microorganismos patógenos, contribuyendo al buen estado de salud de la vagina y ayudando en la prevención de infecciones.
El equilibrio de la microbiota vaginal, clave en la salud y bienestar de la mujer
Los tratamientos con antibióticos, el estrés y los cambios hormonales de la mujer, tales como los que se producen en la menopausia, pueden producir desequilibrios o disbiosis en la microbiota vaginal. Mantener el equilibrio de la microbiota vaginal es fundamental para mantener la salud vaginal y de las vías urinarias y, así, protegerlas de enfermedades. Según la farmacéutica y nutricionista, Carmen Díaz-Toledo: "Una microbiota en equilibrio suele ser sinónimo de salud. En concreto, la microbiota vaginal, en su conjunto, realiza funciones como la de producir compuestos antimicrobianos, estabilizar el pH, sintetizar agentes tensoactivos o formar una biopelícula protectora. Todas ellas tienen como objetivo protegernos frente a agentes agresores e infecciones. En el caso de que se altere el número o la representación de los microorganismos deseables, es muy posible que los patógenos oportunistas colonicen el medio y comiencen a proliferar, desarrollando, por tanto, las diferentes patologías".
Las mujeres, por su condición anatómica, tienen un mayor riesgo que los hombres de padecer infecciones de las vías urinarias. En las mujeres, la uretra se encuentra más cerca de la región anal, y este hecho anatómico hace que, para las bacterias, sea más fácil alcanzar la uretra y colonizar las vías urinarias.
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