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(en el caso del estrés), desarrollamos la conducta de comer alimentos de alta densidad energética. Este hecho tiene relación con la puesta enmarchadel sistemadopaminérgicode la recompensa conunefecto reforzador, en el que se activan circuitos neuronales similares a los que se accionan con el consumo de alcohol u otras sustancias adictivas. Además, la ingesta repetida de este tipo de alimentos da lugar a un efecto de tolerancia, es decir, el umbral de activación del sistema de recompensa se eleva, condición que potencialmente es capaz de favorecer una mayor ingesta y una conducta compulsiva de búsqueda de estos alimentos. En la farmacia, nos podemos encontrar con pacientes que no sean conscientes de este hábito. Por lo tanto, exponérselo y explicarles en qué consiste, puede llevarles a replanteárselo y generar un cambio en este patrón automático de recurrir a la comida cada vez que sientan malestar emocional. Aunque es importante señalar que, en el caso de detectar una situación más severa de trastorno de conducta alimentaria, ese paciente deberá recurrir a una ayuda especializada. ¿Qué relación hay entre estrés, cortisol y hambre emocional? El estrés, anteriormente mencionado y tan presente en nuestros días, influye mucho en la calidad de nuestra alimentación, predisponiendo a la elección de alimentos altamente palatables frente a alimentos más nutritivos. Por otro lado, la diferencia entre comer más o menos, probablemente dependa del tipo de estrés. Ante un estrés agudo (amenaza física inmediata y directa), lo común es experimentar inhibición del apetito. En esta situación de alerta, se activa el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), con un aumento de los niveles de cortisol plasmático, promoviendo la liberación de insulina por el páncreas, entre otros procesos, cuyo traslado al torrente sanguíneo y posterior ingreso al sistema nervioso central, entrega una señal periférica de saciedad. Sin embargo, los factores estresantes mantenidos en el tiempo de la vida diaria, generalmente promueven comer en exceso, ya que hay un desajuste en las respuestas neuro-hormonales, en la homeostasis energética y un aumento de los niveles circulantes de la hormona grelina, la cual es una señal periférica de hambre. Herramientas para combatir el hambre emocional • El botiquínemocional: consiste en proponerle al paciente escribir una lista de verbos, en definitiva, acciones (pasear, leer…) en la que se prescinda del verbo comer, con el fin de buscar otras alternativas con las que ilusionarse y gozar en el día a día. • Los antídotos emocionales: el Modelo de Emeset recogido por la psicóloga Hermínia Gomà, es una herramienta de inteligencia emocional en la que se presenta el ‘antídoto’ capaz de aminorar la intensidad de una emoción que se genera ante una determinada situación. Este modelo se puede trasladar al ámbito de la alimentación. Así, por ejemplo: ante una situación en la que nos sentimos juzgados, nos puede emerger la emoción de vergüenza con el consiguientemalestar. Si en lugar de recurrir a la comida para disminuir la carga emocional, perdonamos (ese sería el ‘antídoto’), evitamos un posible atracón. • Mindful eating: es poner atención plena al acto de comer para ser testigo de los pensamientos, emociones, sensaciones físicas y conductas que nos surjan. Su práctica lleva consigo el desarrollo de la aceptación de las emocionesque sentimos, el no juiciopor elegir un determinado alimento, el estar presente en la experiencia de comer, disfrutando de las característicasorganolépticasde los alimentos, y la curiosidad en las sensaciones que experimenta nuestro estómago a nivel de hambre y plenitud. Así pues, se le puede dar al paciente nociones y recursos para que incorpore este tipo de práctica a sumanera de comer. • Actividad física: la actividad física, además de ser de gran ayuda para controlar el peso, es capaz de disminuir la sintomatología depresiva, mejorar la percepción de la imagen corporal, favorecer la elección de alimentos saludables y contribuir a una adecuada regulación del apetito, hambre y saciedad. Se tratadeponer énfasis enestos beneficios para que el paciente encuentre la motivación que le permita incorporarla como hábito de vida. En definitiva, definiendo y profundizando sobre el hambre emocional y generando recursos alternativos al acto de comer, el paciente conseguirá crear una manera de relacionarse con la comida más sana, más consciente y más intuitiva. HAMBRE FISIOLÓGICA HAMBRE EMOCIONAL Aparece poco a poco, con rugidos en el estómago y con sensación de fatiga Aparece de repente Se satisface con cualquier alimento Necesidad de un alimento en concreto Desaparece al comer Puede continuar después de comer Podemos posponerla y el hambre aumenta gradualmente Muy difícil de posponer, hay una necesidad inmediata No provoca sentimiento de culpa Puede causar sentimiento de culpa

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