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EL FARMACÉUTICO 12 Ana Ariño (Zaragoza) NuezdeEbroestáapocomásde25minutosde Zaragoza. Ahí ejerce con entrega y dedicación su gran vocación Ana, que nos recibe en su botica rural. “Lo aprendí todo de mi madre. Era mi verdadera maestra”, nos empieza a contar con admiración. La farmacia como verdadero punto de salud, así es la farmacia de Ana en un municipio de apenas800habitantes. Una realidada laque se enfrentan las 22.198 farmaciasque se localizan en municipios rurales de pequeño tamaño. Confiesa que “lo quemásme gusta demi profesiónesel tratodirectoycercanoquetenemoscon los pacientes. De hecho, todos esos abuelos que, al principio,me parecía imposible que llegarana creerenmí,hanacabadosiendopartedemivida”. Y es que las farmacias rurales representan el 20%del total de farmacias comunitarias españolas, según el estudio ‘La aportación de valor del modelo de farmacia a la cohesión territorial y al reto demográfico’ publicado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos el pasado 17 de enero. La mayoría de ellas tienen que hacer frente a desafíos como la despoblación y el envejecimiento y, como explica Ana, “los comienzos fueron difíciles porque había personas mayores que todavía no sabían leer. Además, el hecho de que les atendiera una chica más joven que sus nietos les causaba incertidumbre”. Una vida llena de experiencias, confidencias y ayuda, mucha ayuda. Después de 20 años detrás del mostrador, nuestra protagonista ya es titular de su propia farmacia. “Trabajomano amano con la doctora e intento facilitar en todomomento tanto su trabajo como la vida de los pacientes, conservando ese trato directo que tantos problemas burocráticos y de salud resuelve”, asegura. Preguntada por cómo ve la situación actual de la farmacia, no duda en afirmar que “creo que estamosanteunaoportunidadúnica decrecimientoprofesional ydebemos ser capacesdehacernos valer”. “Somos fundamentalesparael buenfuncionamientodel sistemasanitario, ydebemos formar parte de él facilitándonos la comunicación directa con los prescriptores”, reclama antes de añadir que “no es normal que, ante una prescripción errónea, no podamos legalmente hacer un cambio y se tengaque enviar denuevo el paciente almédicoparaque lemodifique la forma farmacéutica”. En esta línea, se lamenta de la alta carga burocrática que deben soportar, provocando que cada vez tenganmenos tiempo para hacer lo quemás les gusta: atender a sus vecinos. “Se nos exige cada vez más, pero siento que no se nos da lo mismo a cambio. Creo que los farmacéuticos vamosasumiendo loquenospiden, peronuestraspeticionesnosonescuchadaspor lasautoridades sanitarias competentes”, asegura. En su farmacia, las ventas proceden fundamentalmente de medicamentos, pero poco a poco Ana va introduciendo dermofarmacia: “Creo que es una asignatura pendiente y le tenemos que volver aganar el terrenoperdidoaotras superficiesdemostrandoqueestamosaltamente formados y los productos son de calidad a unos precios asequibles”. Con todo, de farmacia rural hay para rato. Para Ana, “el futuro de la farmacia pasa por ofrecer unabuena carterade servicios, como la tomademedidas biométricas. Por unaparte ayudaríaa la sostenibilidad y, por otra, contribuiría a que las personas mayores pudieran conservar unamayor autonomía y retrasar el momento de ser institucionalizadas en centros residenciales”. “CREO QUE ESTAMOS ANTE UNA OPORTUNIDAD ÚNICA DE CRECIMIENTO PROFESIONAL Y DEBEMOS SER CAPACES DE HACERNOS VALER” ¿CÓMO HA EVOLUCIONADO EL PAPEL DEL FARMACÉUTICO? ¿HACIA DÓNDE SE DIRIGE LA FARMACIA COMO ESPACIO DE SALUD? EN ‘A PIE DE CALLE’, SIEMPRE EN CONTACTO CON LOS PROFESIONALES DEL SECTOR, BUSCAMOS RESPUESTA A ÉSTAS Y OTRAS PREGUNTAS CLAVE. A pie de calle

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