IMFarmacias_134

EL FARMACÉUTICO 10 Ana Isabel González (Badajoz) Ana Isabel, que aprendió el trabajo de su madre, siempre ha estado apegada a la farmacia. Licenciada en Farmacia, Máster en Atención farmacéutica y Farmacia Asistencial y Grado en Nutrición y Dietética, es una mujer preparada para su tiempo y su mayor apuesta es la formación. “En nuestra farmacia rural, el farmacéutico es el profesional sanitario más accesible y localizado. Además, abrimos un botiquín en otra pequeña pedanía, situada a 5km, al que nos desplazamos todos los días, y durante unos meses al año también dispensamos la medicación a una residencia de ancianos”. Desde su farmacia rural en Valle de Santa Ana, un municipio al sur de Badajoz, ejerce un papel esencial para todos los vecinos de la zona: “Nuestro per l de paciente es de avanzada edad, con múltiples patologías y polimedicado, que presenta unas importantes necesidades sanitarias, lo cual requiere de un tipo de farmacia más asistencial”, re exiona. En esta línea, las farmacias están experimentando un constante cambio. Por un lado, se ha ampliado la prestación de servicios profesionales y ha mejorado la atención farmacéutica. Por otro lado, se ha avanzado en la trazabilidad de los medicamentos a través de SEVeM, y tanto la interoperabilidad de la receta electrónica entre CC. AA. como la gestión de los vales electrónicos de estupefacientes, han agilizado las dispensaciones. Sin embargo, todos estos esfuerzos chocan con el ahorro sanitario, que Ana Isabel considera que “se ha dirigido fundamentalmente a abaratar el coste de los medicamentos, una medida que hace peligrar la continuidad de las farmacias con menos recursos”, y con los desabastecimientos, ”en su gran mayoría de uso común, causados -entre otros motivos- por las continuas bajadas de precio”. Ella, en su botica, se dedica sobre todo a dispensar medicamentos nanciados, y en menor medida medicamentos publicitarios y de parafamacia. “Es por ello que intentamos centrar nuestra labor en educar a los pacientes sobre su tratamiento mediante la adherencia terapéutica para evitar posibles errores en la medicación”, explica. En relación con los servicios profesionales, asegura que son el futuro de la farmacia porque ponen en valor los conocimientos del farmacéutico y, al mismo tiempo, ayudan a que la farmacia sea sostenible a largo plazo: “Es algo muy positivo y complementario a nuestro trabajo diario, por lo que debemos ampliar este tipo de servicios y establecer su correspondiente remuneración”. Junto a ello, la toma de medidas biométricas en la farmacia o el SPD contribuyen “por un lado, a descongestionar los centros de salud y, por otro, a que las personas mayores mantengan una mayor autonomía y control de sus patologías”. Pese a todo el aporte al sistema sanitario, Ana Isabel considera que la profesión está infrautilizada. Por ello, propone “seguir luchando para que la Administración nos tenga más en cuenta e integre a los farmacéuticos en las estrategias de salud pública, desarrolle nuevas fórmulas para concertar los servicios farmacéuticos en el sistema sanitario y nos otorgue mayor autonomía”. María de Felipe (Madrid) María tomó las riendas de la farmacia familiar unos meses antes de la pandemia, lo que supuso un auténtico reto dadas las circunstancias. Cogía el relevo de su madre, también boticaria, que estuvo al servicio de sus vecinos durante 45 años. “Los comienzos fueron muy duros, prácticamente aprendíamos a marchas forzadas. Unos meses después decidimos introducir algunos cambios, actualizar y renovar la farmacia y los horarios, pero siempre tratando de mantener la esencia de la farmacia de barrio que de manera exitosa había liderado mi madre”, recuerda. La farmacia cada vez más ofrece valor añadido a la mera dispensación. “Nuestros pacientes no solo buscan medicamentos, sino que vienen con otras necesidades asociadas o problemas diversos”, nos cuenta, y añade: “Nos gusta que los pacientes acudan no solo a ser dispensados, queremos darles un trato personal, cercano y de con anza”. El seguimiento individualizado o los controles de parámetros como tensión o glucosa son acciones que caracterizan a la farmacia de hoy día: “Se realiza mucha atención farmacéutica con el objetivo principal de mejorar la salud de nuestros pacientes”. Al modelo asistencial más tradicional se están uniendo otros servicios complementarios que no solo modi can el modelo, sino que lo mejoran y contribuyen a reforzar al farmacéutico como agente clave de salud. Pero “para garantizar su viabilidad a largo plazo, el papel de la farmacia tiene que dar respuesta a las demandas de los pacientes”. Demandas que pasan por la incorporación de servicios complementarios relacionados con la prevención y la promoción de la salud. >> Autonomía que se podría materializar, por ejemplo, en la posibilidad de sustituir formas farmacéuticas o en prescribir medicamentos para patologías menores. En definitiva, “debemos evolucionar a la par que lo hace la sociedad, desarrollando servicios más personalizados y adaptados a las nuevas tecnologías”, asegura, y continúa: “Junto a ello, debemos eliminar tareas burocráticas, que consume una gran parte de nuestro tiempo diario que podríamos dedicar a nuestros pacientes”. Con todo, Ana Isabel no duda en que “seguiremos formándonos y reinventándonos para ofrecer un servicio de máxima calidad y profesionalidad”.

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=