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EL FARMACÉUTICO 16 Isabel Pérez-Zubizarreta (Cáceres) “El medicamento es y será el eje de nuestro trabajo y para lo que estamos formados”, asegura Isabel, cuya historia está estrechamente ligada con la farmacia: “Mi casa se comunicaba con la farmacia, y vi a mis padres ejercer su profesión. Tuve muy claro cuál era mi futuro”. Testigo vivo de una saga de farmacéuticos, ya sus tatarabuelos Eulogio y Manuel eran boticarios allá por el año 1877. “Eulogio tuvo su oficina de farmacia en Deva (Guipúzcoa) y después se trasladó a Morata de Tajuña (Madrid), y Manuel se instaló en Trujillo”, comienza a relatarnos, y continua: “Desde mi tatarabuelo hemos continuado aquí mi bisabuelo Narciso, mi abuelo Manuel, mis padres Isabel y Manolo y yo, que soy la quinta generación de farmacéuticos en la familia”. Además de farmacia, Isabel se especializó en análisis clínicos y está formada en ortopedia, lo cual le permite ofrecer un servicio más en su oficina de farmacia de Cáceres. “Si bien está claro que el medicamento es nuestra razón de ser, también se puede complementar con la venta de otros productos garantizando una calidad, asesoramiento y una seguridad que no existe en otros canales”, reflexiona. Su idea de farmacia está basada en la confidencialidad y en el asesoramiento profesional, y así lo lleva a la práctica día a día. Además, reconoce que “nuestros pacientes son habituales, lo que permite una mejor atención farmacéutica, pues conocemos su medicación y problemas de salud”. Toda una labor que no solo va a favor de la salud, sino que también supone una aportación social importantísima Con todo, ¿considera que el modelo está en crisis? “El modelo de farmacia se sigue caracterizando por la accesibilidad del medicamento a la población gracias a la red de farmacias, pero esto desaparecerá si dejamos que las amenazas como el delivery o el hecho de que no sea un farmacéutico el titular único de la farmacia, se hagan realidad, ya que, en este caso, primará una cuestión económica sobre la salud”. Isabel apuesta por una farmacia fuerte y adaptada a los nuevos tiempos: “La farmacia debería crecer y poder dar cada vez más soluciones a las demandas de la población mediante servicios como las SPDs, la colaboración con hospitales para la dispensación de medicamentos hospitalarios, la dispensación de metadona, cribados etc., pero esto se debe hacer no a cualquier precio”, advierte, y continúa: “Deben estar bien implantados y siempre con la cooperación de todas las partes responsables en cada caso”. La farmacia se ha visto azotada por las constantes bajadas de precios y los recortes. ¿Cómo se está viviendo esto desde Extremadura?, le preguntamos: “La reducción de los precios está suponiendo, en muchos casos, desabastecimientos por la diferencia de precios con respecto a otros países, lo cual, a su vez, provoca -y esto es lo más preocupante- problemas de cumplimiento farmacoterapéutico”. A ello se une el trastorno y el tiempo que supone esta situación para el farmacéutico, que intenta buscar alternativas para poder garantizar el suministro. Pese a todo ello, Isabel es optimista. Vive y siente la farmacia en primera persona y sabe que saldrá fortalecida: “Veo el futuro con mucho trabajo pero con ilusión y con la esperanza de que todo el sector unido luchemos por defender nuestra profesión y por seguir dando lo mejor de nosotros mismos a la sociedad”. María Luisa Alarcón (Madrid) Nuestra siguiente entrevistada aprendió el oficio de la mejor persona: su madre. La botica familiar abrió sus puertas cuando María Luisa contaba solo con ocho años: “La vida nos cambió a todos en la familia, porque a partir de entonces estuvimos totalmente pendientes de cuándo no tocaba guardia”. Y desde aquellos años de la infancia hasta ahora, su vinculación con la botica ha sido total. “Lo que más me gusta es la vertiente humana que conlleva nuestra labor sanitaria, porque no es sólo ayudar al paciente en su medicación, sino que es acompañarle en todas las etapas de su vida”, confiesa. A su farmacia rural acude principalmente una persona mayor y polimedicada. En este sentido, asegura que “los farmacéuticos de oficina de farmacia estamos totalmente capacitados, como expertos en el medicamento, para poder sustituir una determinada forma farmacéutica o, incluso, realizar una ‘dispensación excepcional’ en determinadas situaciones”. Es el caso, por ejemplo, de los desabastecimientos o la anulación errónea de prescripción. “También aportaríamos un gran ahorro al sistema nacional de salud y una mejor atención sanitaria al paciente si pudiésemos tener acceso al historial clínico, de manera que podríamos detectar problemas de seguridad de medicamentos, adherencia al tratamiento, etc.”. Todo ello, claro está, en colaboración estrecha con los médicos y demás sanitarios de la zona para consensuar criterios. “EL MODELO RETRIBUTIVO NO ES EL MÁS ADECUADO PORQUE SE BASA EN EL NÚMERO DE ENVASES DISPENSADOS Y NO EN UN MODELO MIXTO CON EL PAGO DE SERVICIOS” >>

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