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EL FARMACÉUTICO 18 De esta forma, se aprovecharía mucho más el potencial que ofrece el farmacéutico en términos de salud si se le dotara de mayores competencias y se crearan equipos multidisciplinares en constante comunicación. Tiene claro que “siempre se asocia la farmacia a la dispensación de medicamentos, pero yo siempre hago ver que, cuando un paciente entra por la puerta, no hay que pensar que viene buscando un medicamento, sino una solución”. Y es que, pese a que en la mayoría de las ocasiones se concrete en una especialidad farmacéutica, muchas otras viene acompañado de una recomendación u otro tipo de servicio farmacéutico. Para María Luisa, lo ideal no es el medicamento en sí, sino todos los servicios farmacéuticos profesionales que puedan aportar éxito a un determinado tratamiento y, en consecuencia, a la salud del paciente. “LO IDEAL NO ES EL MEDICAMENTO EN SÍ, SINO LOS SERVICIOS FARMACÉUTICOS QUE PUEDAN APORTAR ÉXITO A UN DETERMINADO TRATAMIENTO” “PARA QUE LA FARMACIA SEA SOSTENIBLE A LARGO PLAZO ES PRECISO QUE LA ADMINISTRACIÓN CREA E INVIERTA EN ELLA” Se queja de que “el modelo retributivo actual no es el más adecuado porque se basa exclusivamente en el número de envases dispensados y no en un modelo mixto con el pago de servicios”. Una situación que afecta principalmente a las farmacias rurales, “que son las que están sustentando el tan elogiado modelo mediterráneo con una capilaridad ejemplar y que, al tener muchas de ellas menos de 1.000 habitantes, llegan a ser inviables económicamente”. El objetivo es una farmacia asistencial, bien integrada en el sistema nacional de salud y que aproveche todos los recursos, tanto personales como tecnológicos, a su alcance. Para ello, “es necesario que, tanto nuestros representantes como nuestras autoridades sanitarias, apuesten de manera decidida por el cambio. Los farmacéuticos de a pie estamos sobradamente preparados y motivados a ello”. De lo que no hay duda es de que el futuro será sí o sí asistencial, y pasará irremediablemente por una colaboración entre los diferentes niveles sanitarios que garantice el abordaje integral del paciente. “Desde mi farmacia tenemos el compromiso de trabajar para mejorar la salud y el bienestar de nuestros vecinos”, concluye. Raquel Herrero (Cáceres) Raquel tiene su oficina de farmacia en Plasencia, al norte de Cáceres. “Me gustan muchas categorías de la oficina de farmacia: la dermocosmética, la nutrición... Pero, especialmente, me apasiona todo lo relacionado con el medicamento y el trato directo con el paciente, aportar mis conocimientos para mejorar su calidad de vida”, confiesa. Entregada a su labor sanitaria, cuida con mimo el trato con sus clientes: “¡Somos casi de la familia para muchos de ellos! Sobre todo mi compañero Félix, técnico de farmacia, que creció en el barrio y lleva trabajando desde los 14 años”. Con una población mayoritariamente anciana y polimedicada, la función del farmacéutico es clave en estos casos, “sobre todo en lo que se refiere a la adherencia terapéutica y la comprensión de las indicaciones dadas por los profesionales sanitarios”. Para Raquel, lo que define a la farmacia es, sin duda, el medicamento, aunque el resto de categorías y servicios son un complemento fundamental hoy en día. “La situación actual de la farmacia es complicada por diferentes motivos: las continuas bajadas de precios, los desabastecimientos, la fuerte competencia de la venta libre en grandes superficies, etc., aunque nosotros seguimos ejerciendo un papel fundamental gracias a nuestra accesibilidad”, reflexiona. No en vano, la farmacia es la primera toma de contacto del paciente con el sistema sanitario. Además, “tenemos la capacidad de redirigir a pacientes no diagnosticados y de orientar a sus cuidadores, de manera que garantizamos un uso seguro, efectivo y eficiente de los medicamentos”. En esta línea, en los últimos años el papel del farmacéutico ha evolucionado hacia una farmacia más asistencial. “Se está trabajando para que nuestra imagen no se limite sólo a la dispensación de medicamentos”, sostiene Raquel, y añade que los servicios profesionales, en este sentido, juegan un rol esencial siempre y cuando sean remunerados y reconocidos socialmente. Y es que, para que la farmacia sea sostenible a largo plazo, es preciso que la Administración crea e invierta en ella. “Llevamos años sufriendo recortes de márgenes y sucesivas bajadas de precios que ponen en peligro la viabilidad económica de muchas farmacias, y está comprobado que no suponen un verdadero ahorro ni solucionan la ineficacia del sistema”, asegura. En otro orden de cosas, Raquel lamenta que no se utilice más el enorme potencial de la farmacia, por la facilidad de acceso, con el paciente ambulatorio: “Es incomprensible que, en la actualidad, no haya comunicación directa con otros profesionales sanitarios de los centros de salud o de otros niveles asistenciales a través de la receta electrónica”. “ESTÁ COMPROBADO QUE LOS RECORTES NO SUPONEN UN VERDADERO AHORRO NI SOLUCIONAN LA INEFICACIA DEL SISTEMA”

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