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ESPECIAL DERMOFARMACIA 10 LOS PACIENTES ONCOLÓGICOS Y SU BOCA Últimamente se está hablando mucho sobre los pacientes oncológicos. ¿Qué ocurre en su boca? Elena Hernández, farmacéutica en Farmacia La Feria (Gran Canaria), aclara que la quimioterapia y la radioterapia son tratamientos contra el cáncer cuyo objetivo es destruir las células cancerosas. Sin embargo, en algunos casos, puede afectar a algunas células sanas del cuerpo, incluyendo las de la mucosa oral. Durante este tratamiento, puede verse afectada de varias maneras muy desagradables. Las más comunes son: • Mucositis oral: es la inflamación de la mucosa oral, con signos clínicos de úlceras o eritema debido a efectos citotóxicos por tratamientos de quimioterapia o radioterapia. El tratamiento daña el ADN de las células, se mueren las células del epitelio basal, aumentan las especies reactivas de oxígeno y las moléculas asociadas al daño tisular. Puede aparecer durante o después del tratamiento antineoplásico. Al inicio hay una sensación de quemazón en la cavidad bucal, y a continuación aparece eritema y dificultad para deglutir sólidos. Si es muy grave puede provocar, incluso, dificultad para deglutir líquidos. Se puede tratar con enjuagues de clorhexidina al 0,05% de forma continua durante el tratamiento. También ayudan los enjuagues de bencidamida. Es un citoprotector con efectos analgésicos, antimicrobianos y antiinflamatorios. Según estudios, se aplican 15ml de bencidamida en enjuagues al 0,15% durante dos minutos. • Xerostomía: es la sequedad oral secundaria a una disminución en la producción de saliva. Al bajar el flujo salival aumenta la propensión a la caries, y además comienza a haber muchos síntomas desagradables: cuesta hablar, deglutir, comer, masticar, cuesta saborear alimentos, ponerse sus prótesis, y es más fácil que aparezcan úlceras en la boca. Es la complicación más frecuente del tratamiento de radioterapia. Comienza a las dos semanas del inicio del tratamiento. Para ayudar con la xerostomía se dispone de los sialogogos, que son compuestos con carboxicelulosa (lubrica la mucosa), xilitol, ácido málico, alantoína, betaína y generan salivación. Hay que insistir en una dieta sin picantes ni sal, rica en frutas y verduras, beber mucha agua y recomendar usar humidificadores nocturnos que palíen un poco la sensación de sequedad con la que se despiertan por la mañana. Productos sin alcohol como excipiente, y el uso de saliva artificial a demanda. Para evitar el sabor indeseado de estas salivas está la formulación magistral donde se puede añadir un saborizante. • Disfagia: es la dificultad para deglutir en la zona oral, faríngea y esofágica debido a la fibrosis de tejidos de hipofaringe por quimio o radio. Para la disfagia puede ayudar mucho el uso de espesantes en todos los líquidos que tome el paciente. A veces es necesario añadirlo también a las cremas y purés, en casos graves. • Caries rampantes: es la degradación de una parte de los dientes relacionada con la hipo salivación. Se empeora con la composición alterada de la saliva y los cambios en la microbiota, que se vuelve acidogénica. Es decir, los daños en el diente y en el periodonto se producen por la baja secreción salival. La progresión es muy rápida. Para la prevención de las caries debidas a estos tratamientos debemos recomendar a los pacientes que extremen la higiene oral. • Infecciones en la boca: se incrementan durante y después del tratamiento debido a alteración de la microbiota y mielosupresión, unido a la disminución del flujo salival y al daño en los epitelios por la mucositis y el tratamiento citotóxico. Con lo cual, es fácil que haya infecciones ante dicha debilidad. Para prevenir las infecciones en la boca, se recomendará extremar la higiene lingual, ya que es fundamental para eliminar el reservorio bacteriano y fúngico que queda en la boca del paciente, y añadir un probiótico que evite complicaciones al empezar los tratamientos. que sufren una enfermedad crónica de la piel. Las competencias están claramente delimitadas. Asistimos a un envejecimiento de la población y a un aumento de la cronicidad. No hay que olvidar que la pluripatología pone en juego un gran número de medicamentos, muchos de ellos con efectos adversos sobre la piel. Gozalo apunta que conocer la ficha técnica de los fármacos que forman parte del tratamiento, poder acceder a fuentes bibliográficas adecuadas y un correcto seguimiento del paciente permite tomar decisiones adecuadas. Advierte de que “hay medicamentos que están implicados en la aparición o empeoramiento de los distintos procesos, incluso que el uso de productos cosméticos inadecuados puede agravar la sintomatología”. En este punto, la intervención del farmacéutico es fundamental. A veces basta con implementar medidas higiénico dietéticas adecuadas y, en otros casos, atendiendo a los criterios de derivación, hay que aconsejar una nueva visita al médico. El potenciar la comunicación entre médico y farmacéutico es algo que se reivindica mucho desde ambas profesiones. “A lo mejor tendría que haber un canal de comunicación ágil entre nosotros, un canal que fuera oficial, al igual que tenemos la receta electrónica, que pudiéramos enviarnos un mensaje rápido para decir lo que le está pasando al paciente, que quedase grabado en la nube, donde fuera, y que al médico le saltara y lo pudiera ver cuando vuelve el paciente a su consulta, que le llegaran cuatro indicaciones que le ha podido mandar el farmacéutico”, reflexiona Tomás Muret, vocal nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Farmacéuticos. Prevé que poco a poco se irá trabajando para que esto ocurra. Conseguir adherencia a los tratamientos reduce muchos gastos, de hospitalización, de más visitas al médico, de un empeoramiento cos e innovadores, protocolos de actuación, gestión empresarial y marketing y atención farmacéutica. Farmacéuticos y dermatólogos cuentan con un amplio arsenal farmacoterapéutico y cosmético que posibilita dar soluciones muy concretas y dirigidas. Gozalo defiende que estos profesionales sanitarios tienen que colaborar y trabajar coordinados en beneficio de la piel del paciente, no solamente de la piel con patología sino de la piel sana, sin olvidar que quien diagnostica y prescribe medicamentos sujetos a receta médica es el dermatólogo en este caso y que los farmacéuticos disponen de opciones, múltiples activos, que pueden recomendar sin necesidad de receta médica. En ese sentido, los farmacéuticos han de ir de la mano con los dermatólogos y con la industria para conseguir impacto positivo en la calidad de vida, sobre todo de aquellos pacientes

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