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CUIDADO DEL BEBÉ 120 Por otro lado, están las famosas sudaminas, una especie de granitos enrojecidos que aparecen en las zonas de los pliegues, coincidiendo cuando hace más calor, en épocas de verano. A ellos tampoco les molesta, pero hay que intentar que la zona esté bien limpita, tenerla seca. Son procesos que se van resolviendo, sobre todo para evitar sobreinfecciones. Otra cosa que cita son esos granitos que a veces les aparecen por la zona de la frente, en las mejillas, lo que se conocía antiguamente como las engordaderas. Surgen en el rostro, a veces dentro del paladar, como una especie de granitos blancos. Es algo que se va a resolver solo, llevando una buena higiene e hidratación. Cuando se va introduciendo la alimentación, o por la dentición, es frecuente la dermatitis del pañal. Es importantísimo “estar vigilantes para que no empeoren e intentar cambiar a los niños, hacer un recambio del pañal con frecuencia”. Hay productosque se aplican después de cada cambio del pañal, que sirven como de aislante y calman la piel, para que ésta entre el menor tiempo posible en contacto con la orina y las heces. El agua termal ayuda a calmar las irritaciones. Otro motivo de consulta, en el que la farmacia es principal referente, es el de la fotoprotección. Aguado avisa de que “los bebés no se pueden exponer al sol”. En ese sentido, un bebé por debajo de los seis meses no tiene que estar expuesto al sol, tampoco sin protección. “No vivimos en una burbuja. Lo que hay que hacer es disfrutar, y los niños tienen que tener una vida sana, al aire libre, pero siempre, esa vida sana incluirá una exposición solar responsable”, manifiesta. Los niños tienen que estar protegidos, por un lado con barreras mecánicas, como son sus carritos, sus sombrillas, su ropa y sus gorritos. Y hay que fotoprotegerlos. Para ello, hay productos dermocosméticos específicos para la piel del bebé que son muy seguros. Por esa falta de lípidos de su capa córnea y porque la barrera cutánea no está madura, hay que hacer que la higiene no retire la protección natural de la piel. Avisa de que su sistema de termo regulación no es el mismo que el de un adulto. Hasta los dos años, no tendrá un sistema aceptable para adaptarse a los cambios de temperatura. Sus glándulas sudoríparas, aunque las poseen, todavía no están funcionando como las nuestras. Hay que buscar productos que no sean agresivos e intentar huir de los jabones. Son más indicados los detergentes sintéticos tipo syndet, que son más suaves y respetuosos con la piel. El pH de la del adulto se encuentra en torno a un 5.5, mientras que el de un bebé está más cerca de la neutralidad. Por ello, se optará por productos de higiene que den un pH neutro o ligeramente ácido. Matiza que poquita cantidad de estos productos es suficiente. Prefiere utilizar las manos en vez de las esponjas para limpiar al bebé, para hacer ese momento de higiene “más saludable”. Reconoce, eso sí, que se necesitarán para las zonas sucias: “Siempre tenderemos hacia una esponja lo más suave posible, natural, que recambiaremos en el momento oportuno”. A la hora de sacarlo del baño, recomienda secarlo con mucho cuidado, a toques, sin frotar. En todo momento, se huye de lo que le puede irritar la piel. Luego, llegaría el momento de la hidratación. “Tenemos que buscar, de nuevo, productos adecuados, que estén formulados especialmente para la piel de un bebé. No nos sirve una crema de un adulto, una hidratante ni un emoliente, vamos a utilizar siempre productos formulados para esa piel del bebé, que además prescindan de todo aquello que les pueda sensibilizar aún más”, dice. Y evitar los perfumes, ciertos conservantes o productos que puedan ser más irritantes. “Hoy día, tenemos en la farmacia fórmulas estupendas que, asimismo, son respetuosas no solamente con la piel del bebé, sino también con el medioambiente, y podemos encontrar productos ricos en aceites vegetales que nos van a aportar esa nutrición y esa hidratación de una forma óptima”, afirma. Defiende que una piel hidratada es una piel más sana, menos expuesta. Las dudas más frecuentes Le preguntamos por las consultas más frecuentes en el mostrador. Relata que es muy típico que algunos bebés empiecen como a ‘pelarse’ por ciertas zonas de su cuerpo, y hace que los papás se alerten. “No es ningún problema y es algo que se resuelve solo, con unas buenas medidas de higiene y de hidratación. Ese recambio de su capa córnea no lleva un ritmo adecuado y, entonces, nos vamos a encontrar con esas situaciones”, describe. A veces pasa por los plieguecitos, que parece que el bebé se está pelando, pero no le molesta. Otras consultas tienen por objeto el lanugo, ese vello muy finito con el que nacen, que al cabo de unas semanas lo van perdiendo y que es parte de su protección de la piel. Uno de las más reiterativos es el tema de la costra láctea, que no es más que una dermatitis seborreica en el lactante. Suele aparecer en la zona del cuero cabelludo o en algún pliegue, cerca de las cejas. Es un proceso en el que hay un exceso de grasa. Eso, unido a la renovación de la piel, a un acúmulo de queratina de esas células que no están teniendo un recambio óptimo, produce esa dermatitis que al bebé no le molesta. Actualmente, hay productos en la farmacia para ayudar a irlo levantando de una forma suave. Su consejo es tratarlo, porque al cabello que va brotando nuevo no le beneficia tener ahí esas plaquitas. Si las costras están muy engrosadas, precisará de un tratamiento médico, habrá que derivar al pediatra. Con el tratamiento dermocosmético no será suficiente. LA ENFERMEDAD DERMATOLÓGICA MÁS FRECUENTE EN ELLOS Raquel Aguado avisa de que, cuando vemos un eccema, es porque probablemente haya algo detrás, alguna dermatitis atópica, que es una enfermedad inflamatoria crónica que cursa con sequedad y un síntoma característico, que es el picor.“Es la enfermedad dermatológica más frecuente en los bebés, en los niños, y muchos debutan en ese primer año de vida”, expone. De hecho, se calcula que, en el primer año de vida, afecta en torno a un 5-20% de la población. Aguado prevé que son cifras que irán en aumento. Ante esta situación,“es imprescindible tener unos cuidados desde el primer momento”. Asevera que hay estudios que confirman que tener un cuidado adecuado de la piel, una hidratación y emoliencia adecuada durante el primer año de vida, puede mejorar el pronóstico de la dermatitis atópica. Aquí, una vez más, productos de higiene que respeten la barrera cutánea y que no resequen la piel, productos syndet e incluso sobregrasos para la higiene que, aparte de limpiar de una forma segura y respetando la barrera cutánea, ayuden también a calmar. La hidratación es clave, “es el pilar fundamental para esta enfermedad, le va a acompañar toda su vida”.

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