IMFarmacias_135

CUIDADO CAPILAR 82 tengan, que puede ser seco (no secreta suficiente las glándulas sebáceas), grasoso (lo contrario), mixto (cuero cabelludo graso y seco) y sensible (se irrita con ciertos productos y se vuelve frágil con el lavado)”, subraya. Bajo su experiencia, por otro lado, “por lo general, los hombres acuden a la farmacia en busca de productos anticaspa, champús anticaspa. También para productos anticaída a través de la nutricosmética, acompañados de un champú que ayuda con la caída del cabello”. Sin embargo, cree que son mayoritariamente las mujeres quienes se fijan mucho más en la composición de los productos y que sean de origen natural y no agresivos, es decir, sin siliconas, ni parabenos, ni sulfatos. Generalmente, “los pacientes acuden a la farmacia porque tienen alguna patología como la dermatitis seborreica, que si es leve se trata con champús. Otros son clientes asiduos fieles a su marca, mientras que los preocupados por la caída capilar recurren a productos nutricosméticos, a tratamientos tópicos en champú o a soluciones cutáneas con minoxidil”, comenta la farmacéutica especializada en marketing digital y en dermocosmética. Y agrega, en este sentido, que “otras soluciones que buscan son champús para la caspa y productos específicos en caso de brotes de piojos”. Además, apunta que “los pacientes cada vez tienden más a decantarse por productos de origen natural”. Pero lo verdaderamente importante, en su opinión, es que “hay que concienciar al paciente de que es necesario recurrir a un profesional sanitario experto en dermofarmacia, ya que circulan muchos bulos en internet y de personas que no son sanitarias que no tienen los conocimientos adecuados”. En cuanto a las tendencias en el cuidado capilar que veremos a corto plazo, la especialista insiste en el aumento de petición de productos dermocosméticos de la población masculina, “ya que la dermocosmética masculina está en auge”. “Estos son, sobre todo, productos capilares y para la barba. También hay un aumento de productos enfocados a la caída capilar, tanto nutricosmética como champús (que son complentarios), y productos de origen natural que no tengan una composición agresiva, es decir, sin siliconas, ni parabenos, ni sulfatos”, expone. Por último, quiere incentivar a los farmacéuticos especializados en dermocosmética “a concienciar a la población para que acudan a la farmacia y/o consulta para pedir consejo y poder llevar a cabo el análisis y seguimiento de la rutina dermocosmética más adecuada”. Cómo te cuidas por fuera influye en la salud mental y, además, estamos en una sociedad que cada vez tiene más en cuenta la imagen y la salud”, continúa. Mayor preocupación por cuidar la piel Sin embargo, la percepción de Vizmanos es que hay distinciones entre la importancia que los pacientes le dan a la piel y al cabello, en beneficio de la primera. Expone al respecto que “al cabello se le da importancia sobre todo en épocas donde se cae el pelo, o en personas que tienen alopecia o patologías como la dermatitis seborreica, o en pacientes asiduos que emplean productos de farmacia desde hace años”. “Puede ser que haya más interés en la piel porque los signos de la edad se reflejan, por lo general, más en ella; también el maquillaje influye, ya que se utiliza todos los días y, posteriormente, hay que limpiar el rostro y cuidarlo”, reflexiona. Por lo general, ella clasifica tres perfiles de pacientes. Por un lado, “los que prefieren prevenir y cuidarse y, para ello, emplean cosméticos de origen natural, cosméticos que ya conocen o, incluso, preguntan para probar nuevos productos”. Por otra parte, añade la experta, “se encuentran aquellos que tienen patologías como la dermatitis seborreica o que necesitan productos para la caída capilar”. Por último, están quienes han probado productos que no les han funcionado, “como, por ejemplo, productos anticaspa dirigidos al público general”. Basándose en su experiencia, “los clientes que recurren a productos de farmacia para su rutina capilar suelen ser personas mayores que utilizan champús de farmacia porque los han comprado durante una gran parte de su vida, y pacientes que tienen algún tipo de patología como la dermatitis seborreica”. También, “personas que requieren nutricosmética y champús en períodos de caída de cabello, o los pacientes que necesitan productos anticaspa (estos suelen ser más los hombres) o productos de origen natural (en este caso suelen ser más las mujeres)”. Considera, no obstante, que cada vez se cuidan más los hombres, sobre todo ante la caída capilar y la caspa. “Los clientes, cada vez más, demandan productos de origen natural, productos para la caída del cabello y para la caspa”, apostilla Vizmanos. Respecto a los consejos y productos con los que puede contribuir el farmacéutico a fortalecer, dar volumen y revitalizar el cabello de sus pacientes, la farmacéutica especializada recomienda “usar un champú adecuado dependiendo de cada paciente, ver el tipo de pelo, ver también si es teñido y, sobre todo, el tipo de cuero cabelludo: si es graso, seco, mixto o sensible”. En caso de tener una patología en un nivel leve se puede tratar con champús y, si no mejora, derivar al médico. Además, indica que hay que lavar el cuero cabelludo según se necesite, pues “habrá personas que lo necesiten todos los días y otros cada tres días”. “Masajear con movimientos giratorios con la yema de los dedos, nunca emplear las uñas, desde la nuca a la coronilla y desde la zona frontal hasta la coronilla. En caso de tener el cuero cabelludo seborreico, hacerlo con precaución y suavidad”, prosigue. Asimismo, comenta que los tratamientos reparadores que ayudan a restaurar el cabello son champús, acondicionadores y mascarillas.Y que“algunos factores que influyen en el cabello son la alimentación, las hormonas, el estrés y el uso incorrecto del secador o la plancha”. Del mismo modo, la especialista explica que, para evitar la caída del pelo, o dar volumen o brillo, existen componentes, en nutricosmética, de extractos vegetales y vitaminas como: biotina, cúrcuma, romero, mijo, palmito, L-cistina, melatonina y las vitaminas A, B, C, D y E; aunque “las mejores vitaminas para el pelo son las del tipo B”, señala. En cuanto a las sales minerales, destaca el calcio, el yodo, el zinc, el selenio, el hierro, el cobre, el magnesio y el manganeso. “Los elementos presentes en nuestra estructura capilar son el colágeno, que disminuye con la edad y actúa en la piel y en el cuero cabelludo para el correcto anclaje de la fibra capilar y del folículo, y la queratina, que forma parte de la fibra capilar, nutriéndola con proteínas y aminoácidos”, cuenta Carlota Vizmanos. Mejor siempre una rutina personalizada Siempre que sea posible es recomendable acompañar todos estos consejos de una rutina personalizada. “Cada persona tiene un tipo de piel diferente o un estado de la piel diferente, y lo mismo ocurre con el cabello. Para ello, se requieren diferentes tipos de producto. Primero, hay que analizar el tipo de piel y el estado en el que se encuentra. Por lo general hay cinco tipos de piel: normal, grasa, seca, mixta y sensible. Se puede analizar por medio de un test y observándola, o bien con un dermoanalizador”, explica la farmacéutica. Respecto al tipo de cabello, se dividen según su forma: lacio, ondulado, rizado y crespo; según su textura: grueso o fino, y según su mayor o menor sequedad: graso, seco y normal. “Pero lo más importante es saber el tipo de cuero cabelludo que

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=