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124 ESPECIAL CBD al Congreso, que un porro nunca será cannabis terapéutico. Si algún día se encontrase dicha propiedad a esta sustancia, la farmacia sería el lugar de custodia, y el farmacéutico el único encargado de su dispensación. Justifican que la bata blanca obliga a ser respetuosos con el paciente y a poner a éste en el centro, lo que exige ser rigurosos con el surtido que se elige trabajar dentro de las boticas. Hace unas semanas, se retiraban del mercado lotes de productos con CBD por poner en su cartonaje o prospecto que servían para tratar el dolor o similares, y esto es debido a que la evidencia científica actual no ha podido demostrar que este compuesto tenga dichas propiedades analgésicas, por lo cual se estaba incumpliendo el reglamento europeo (artículo 20, nº 1123/2009). “En el presente, en nuestras ciudades, proliferan de manera exponencial tiendas de productos de CBD, al que, de manera ilegal, se le atribuyen propiedades curativas dignas del mejor medicamento jamás descubierto, como la acción analgésica, la actividad ansiolítica, antidepresiva, curación de la psoriasis, anticonvulsivante, antiemético o antiinflamatorio; publicidad engañosa que puede confundir a nuestros pacientes, pero no debería conseguirlo con los farmacéuticos, al fin y al cabo, nosotros sabemos que, si existiese una molécula, de este carácter casi milagroso, que tuviese tanta repercusión terapéutica, ¿quién sería el encargado de custodiarla? Efectivamente, solo podría ser el farmacéutico”, inciden desde SEFAC. Gasparyan remata que la planta de cannabis tiene más de 500 compuestos distintos, de los que unos 120 son compuestos cannabinoides (el resto, flavonoides y terpenos, principalmente). Dentro de ese gran grupo de sustancias, podemos encontrarnos con compuestos que presentan acciones contrarias, como ocurre por ejemplo con el THC y el CBD: “El THC induce síntomas psicóticos, mientras que el CBD tiene acciones antipsicóticas”. Por ello, opina que es un error hablar del cannabis medicinal. Por otra parte, el uso lúdico de cannabis o análogos sintéticos del THC se ha asociado con una mayor vulnerabilidad de presentar síntomas psicóticos. Como farmacéuticos, “deberíamos de promover el uso de los principios activos aislados, dentro de una formulación, una dosis y posología, asegurando el acceso a medicamentos seguros y eficaces para el adecuado abordaje de los pacientes”. Recientemente, en un estudio realizado en su grupo de investigación, han demostrado que “el CBD puede reparar el daño inducido por el consumo de alcohol durante el embarazo y lactancia”. Su tratamiento temprano conseguía revertir la ansiedad, depresión y los problemas cognitivos que presentaban los ratones expuestos al modelo animal del espectro alcohólico fetal. No obstante, sus acciones pueden ser claramente diferentes cuando se administra en una etapa muy vulnerable de la vida, como la gestación y la lactancia, sin que haya realmente una necesidad clínica. “Su uso en este grupo poblacional tiene cada vez más peso, para calmar los nervios o los cuadros de ansiedad que presentan las gestantes o las madres lactantes. En los últimos años, varios estudios de investigación han señalado que la administración del CBD en estas etapas tan tempranas interfiere en el correcto desarrollo cerebral de los fetos, produciendo una serie de consecuencias devastadores e irreversibles. Muchas veces, dichos efectos se observan muy a largo plazo, en la etapa adulta, y tienen un impacto importante en la calidad de vida de esos sujetos”, cuenta. Por ello, aprovecha la oportunidad de añadir lo que estime oportuno para señalar “la potencial utilidad de este fármaco que, administrado en forma de un medicamento, con una dosificación, posología y necesidad clínica, puede ser una herramienta fundamental en el tratamiento de distintas enfermedades”. Del mismo modo, “el riesgo que supone su consumo cuando realmente no existe una necesidad clínica o cuando se realiza en etapas vulnerables para el desarrollo del feto, e intentar concienciar a la población acerca de ello”. Cree que los farmacéuticos comunitarios tienen un papel muy importante en la educación sanitaria de los pacientes para que conozcan no sólo los beneficios sino también los riesgos, además de promover un uso seguro de CBD como medicamento. Por último, Torres determina que “principios activos con actividad deben ser controlados y distribuidos como medicamento y dispensados e informados desde la farmacia y el farmacéutico, igual que cualquier otro medicamento”. Defiende que este principio activo, por todo el entorno, creencias y modas que le rodean, “debe ser sometido a las mismas exigencias que cualquier otro principio activo, pero también liberarlo de la leyenda que le rodea”. Confiar en los profesionales farmacéuticos siempre es una garantía para su uso adecuado, más aún si es sin receta, puesto que será el único que aconsejará con criterio y conocimiento como obtener el mejor resultado. EL CANNABIDIOL ESTÁ AUTORIZADO COMO MEDICAMENTO PARA TRATAR ALGUNAS EPILEPSIAS HASTA AHORA REFRACTARIAS AL TRATAMIENTO

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