IMFarmacias_137 INFORME DEL SECTOR

51 autonomía es diferente, no solo geográfica y demográficamente, sino también económica, política, social y sanitariamente. ¿Habrá algunos aspectos que puedan ser de utilidad? Seguro, pero como un modelo extrapolable como tal no lo veo, lo veo más como un referente a tener en cuenta”, reflexiona. Explica que ellos se han esforzado mucho durante su elaboración y, como suele suceder en textos de este tipo, han quedado satisfechos en algunas materias. Por ejemplo, “el proceso de aperturas de nuevas farmacias está bien”. Lamenta que, justo antes de la aprobación de la Ley, se iniciara un procedimiento de bastantes nuevas aperturas a tramitar con la anterior Ley. Igualmente, cita como puntos positivos la regulación de los Centros de Servicios Sociales de carácter residencial; el nuevo escenario de cooperación institucional, donde aparecen las asociaciones más representativas del sector; el apoyo al modelo; el tema de las secciones; los criterios de planificación, en cuanto al aumento del modelo poblacional, y la atención domiciliaria. Las nombra según le vienen a la memoria, sin ningún orden. Sin embargo, “hay otros aspectos como el horario, la excesiva remisión a desarrollos reglamentarios futuros, los recursos humanos, la publicidad, la burocracia y los botiquines, sobre los que su regulación se podía haber hecho algo mejor”. Pero, en términos generales, están bastante satisfechos con la Ley, “ahora falta que sus desarrollos estén a la altura”. Le preguntamos cómo se encuentra la farmacia en estos momentos a nivel empresarial. Responde que “regular”, porque “la facturación sube muy moderadamente, pero la rentabilidad disminuye”. Argumenta que, en relación con la Seguridad Social, los precios de los medicamentos bajan todos los años, mientras que las recetas suben. Esto se traduce en más trabajo, en márgenes estancados, en salarios y gastos generales que se incrementan. Añade que, en la venta libre, “la competencia es feroz, incluso del propio sector”, y que el consumo se ha reducido enormemente, que “el online no es lo nuestro” y, “encima, más farmacias en la CAM”. “Con este panorama entenderá que la situación de la oficina de farmacia no sea tan halagüeña, aunque queremos pensar que lo que ocurre hoy no deja de ser sino una tormenta que terminará pasando. Si bien, no sabemos cuándo”, manifiesta. Considera que “el tema de los desabastecimientos es el más grave problema que afecta hoy a los profesionales farmacéuticos”. Así lo piensa porque, a su juicio, no pueden hacer nada, excepto ayudarse unos a otros uniéndose en red como la que crearon en su día Luda y ADEFARMA, “tan denostada por aquel entonces y ahora hasta copiada por nuestros refractarios”. Entre los culpables de tal situación, la oficina de farmacia se encuentra “totalmente al margen”. “No obstante, sí que somos los que sufrimos más directamente las consecuencias, cuando el paciente viene a por su medicamento y le tenemos que decir que no lo tenemos”, pronuncia. “No es la Administración ni es la industria, ni tan siquiera la distribución que, como nosotros, poco puede hacer. Somos nosotros, el último eslabón de la cadena, los que tenemos que dar la cara, y eso no debería suceder así porque es una carencia más de un sistema que no nos da ningún instrumento para evitarlas”, afirma. López de la Manzanara sostiene que el panorama es el que es: “Precios por debajo del nivel de producción, precios europeos comparativamente fuera de cualquier horquilla española y dificultad de reacción ante cambios significativos en la demanda”. Juzga que la actitud del Estado con la industria, tal vez, no haya sido la más adecuada, y que han sido los demás los que han pagado las consecuencias. Insiste en que lo mejor es incorporarse a la red digital de farmacia Luda Partners, “desde el objetivo de minimizar cualquier desabastecimiento y permitir la continuidad de los tratamientos médicos pautados”. Necesidades Respecto a las necesidades prioritarias que tiene la farmacia a nivel empresarial, López de la Manzanara opina que, con los tres textos legales aludidos, se ha generado un escenario, por lo menos para las oficinas de farmacia de Madrid, de estabilidad. Matiza que faltaría que, desde el ámbito estatal, “se abriera paso a un entorno económico diferente”. Remarca que “no se puede bajar todos los años los precios de los medicamentos”; que “los descuentos del 7,5% y del 15%, que tienen su origen histórico en el 5/2000 del Partido Popular, con carácter coyuntural, necesitan una revisión”, y que “el sistema de cobertura tiene que cambiar”, que no se puede pretender acoger farmacéuticamente a más población prácticamente con el mismo dinero. Con todo, “la situación económica en España es la que es”. Después,“está el tema de los servicios profesionales: Se le está dando mucho bombo, pero nosotros no lo acabamos de ver. Primero, porque la legislación es escasa y autonómica. Segundo, porque la Administración ya nos ha dicho en reiteradas ocasiones que no los va a retribuir, con lo cual se acabó el debate. Y tercero, porque la cultura, los hábitos de consumo y la relación competencial entre profesionales sanitarios no aventuran una implementación como la que pretendemos los farmacéuticos”. Desde el punto de vista de la empresarial de Madrid, se muestran siempre a favor de los servicios farmacéuticos, pero siempre a favor de su remuneración, porque “no nos basta con que nos digan que el margen y el modelo son los que son y que, a partir de ahí, barra libre”. Rechaza esa vía. Resume que “necesidades todas”, desde subvenciones a la inversión o a la contratación laboral que nunca les dan, según sus palabras, hasta la integración profesional en el sistema sanitario o la remuneración de guardias. El presidente de ADEFARMA determina que hay muchas maneras de integrar al farmacéutico y a la oficina de farmacia, “sustancia indisoluble”, en el sistema sanitario. En este punto, se refiere a la pandemia de la Covid-19. “La oficina de farmacia estuvo donde tenía que estar, abierta desde el día uno hasta el final y haciendo lo que le dejaron hacer, una pena porque podíamos haber hecho más y antes, pues eso es lo que pedimos, que nos aprovechen más, que podemos hacer lo mismo que otros compañeros farmacéuticos de otros países de nuestro entorno están llevando a cabo, como vacunación, prescripción, cribados, adherencia, SPD, etcétera; siempre con el objetivo de mejorar la salud de la población, paliando las carencias y los colapsos del sistema”, asevera. Destaca que, a través de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), se han llevado a cabo propuestas muy interesantes. La última, en la que ofrecían las farmacias como centros sanitarios de baja complejidad. ¿En qué punto estamos colectivamente? “En el camino a ninguna parte”, avisa. Reclama “un respeto interprofesional” y “una voluntad política”. Critica que, en estos momentos, no las hay, a pesar de que los portavoces de Sanidad de la Asamblea, en una reciente reunión, organizada por ADEFARMA, “abogaban todos por la integración efectiva y eficiente”. Asegura que seguirán “intentándolo y demandándolo”, allí donde los escuchen. Para terminar, rompe una lanza por el movimiento empresarial farmacéutico, “tan necesario en estos momentos” y “donde el actual sistema de representación colegial parece agotado, vista la situación en la que se encuentra la oficina de farmacia”. Por ello, anima a todos los compañeros de todas las provincias o autonomías de España a que se integren en sus respectivas asociaciones porque, “con toda seguridad, defenderán sus intereses mejor que nadie”.

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