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EN PROFUNDIDAD 108 de atención sólo podría estar justificada para determinada población vulnerable y al amparo de un modelo regulado. Juan Uriarte, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia (COFBi), comenta que la atención farmacéutica domiciliaria “obviamente debe ser realizada por farmacéuticos y desde el punto más cercano al domicilio del paciente”. “La faceta asistencial del profesional farmacéutico se ve enriquecida con la cercanía y el conocimiento del paciente. Es esta la manera de dar un trato más cercano y humano, a la vez que profesional, y debe estar en nuestras manos”, añade. Llevamos años en los que se está potenciando la farmacia asistencial como modelo. Raquel García, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza (COFZ), alega que hay que ser capaces de aumentar la capacidad asistencial del Sistema Nacional de salud (SNS) y, en especial, de la Atención Primaria, a través de la concertación de nuevos servicios de atención farmacéutica en la farmacia. Está segura de que el sistema sanitario y los pacientes lo agradecerán y serán los primeros beneficiarios. Pone el ejemplo de la puesta en marcha de los Sistemas Personalizados de Dosificación; o el seguimiento de los medicamentos que utilizan pacientes crónicos y polimedicados para detectar posibles problemas con la efectividad y seguridad de su tratamiento. O la atención farmacéutica domiciliaria, “un servicio dirigido a las personas que tienen dificultad para desplazarse a las farmacias”. Necesidad individual Manuel Ángel Galván, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, habla de necesidad individual para casos tasados, protocolizados, para pacientes con dificultades de movilidad, que pueden ser de distinta índole, desde factores limitantes por su patología y edad o de tipo cognitivo, pero no de una necesidad social generalizada. “Nuestro país, afortunadamente, se caracteriza por su modelo de éxito de farmacia de proximidad, que posibilita que haya una farmacia muy próxima a los domicilios de los pacientes, aportando por esa circunstancia un conocimiento del paciente y de su entorno familiar y local, que redunda en un mejor servicio al paciente, precisamente por ese conocimiento”, manifiesta. Considera, por consiguiente, que “la necesidad social real es la de que siga existiendo una farmacia de proximidad y que se den las circunstancias propicias para que siga existiendo y el farmacéutico dé un servicio profesional que complemente la labor de la Atención Primaria, donde la haya en proximidad”. Si no la hay, que dé los soportes necesarios con los conocimientos que tiene y ofrezca determinados servicios para paliar esa falta de la Atención Primaria. Los farmacéuticos deben estar siempre junto al paciente cuando tiene una necesidad. Antoni Real, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de las Islas Baleares (COFIB), dice que están de acuerdo con desarrollar una atención farmacéutica domiciliaria, “pero siempre dentro de un marco estrictamente regulado” y en la que los farmacéuticos puedan aportar su criterio en su elaboración. Sin duda, la amplia red de farmacias, su proximidad y compromiso con el paciente, lo deben hacer factible.“Lo demostramos ya durante los momentos más complejos del estado de alarma, donde conjuntamente con Cruz Roja, y también de forma independiente, los farmacéuticos nos desplazamos a los domicilios de los más vulnerables en situaciones muy concretas”, asevera. Ésta es la muestra de que funciona y los farmacéuticos deben cubrir esta necesidad social y sanitaria, aunque de forma regulada y organizada. Juan José Hernández, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cáceres, puntualiza que “la atención farmacéutica domiciliaria sólo es una necesidad real en muy pocos casos y de forma excepcional”. A su parecer, lo más importante es detectar estos casos y definir cuándo es necesario que un farmacéutico acuda al domicilio de un paciente, y que esta labor no se convierta en modelos de envío a domicilio, sin ninguna aportación adicional. Para la atención domiciliaria, piensa que “es fundamental trabajar junto con los cuidadores y asistentes sociales, y conseguir acuerdos para la financiación de Sistemas Personalizados de Dosificación, la mejor herramienta para mejorar la adherencia de pacientes vulnerables y polimedicados y para combatir posibles problemas relacionados con la medicación, tomando una posición más activa en cuanto al seguimiento y control de la medicación de los pacientes más vulnerables”. Igualmente importante es la atención sociosanitaria y regular los depósitos de medicamentos que deben tener todos los centros sociosanitarios, estableciendo cómo se tiene que llevar a cabo la prestación farmacéutica en los mismos, garantizando que esta prestación se lleve a cabo de forma cercana por una farmacia de la localidad en la mayoría de los casos, dejando en manos de la farmacia hospitalaria los centros más grandes con una gestión más compleja. Mario Domínguez, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de La Rioja, resume que “vamos hacia un modelo en el que se garantice la planificación y ordenación de la prestación farmacéutica, y en el que se asegure que los pacientes dependientes y vulnerables tengan acceso a la atención farmacéutica necesaria, con la garantía siempre de la actuación profesional del farmacéutico”. Asimismo, hay que ir,“necesariamente”, a una colaboración entre la farmacia hospitalaria y la farmacia comunitaria. Del mismo modo; Alberto Mantilla, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Navarra (COFNA), sopesa que nos dirigimos a un modelo asistencial de atención farmacéutica domiciliaria que “busca el seguimiento farmacoterapéutico y la adherencia de los pacientes en una población envejecida y que, en muchos casos, viven solos”. En resumen, esa atención farmacéutica diaria tiene que ser real, de alguien que no puede salir de casa: personas dependientes, incapacitadas, etcétera. Como, según Paula Payá, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Murcia (COFRM), “personas que necesiten la asistencia a domicilio de un profesional sanitario titulado, regulado y ligado a un establecimiento con su licencia”. O sea, “nada que ver con el modelo Amazon, con el modelo americano, ya que nuestra geografía no tiene parangón con ese diseño”. Tenemos que ir hacia un modelo regulado. No puede ser de otra forma. Francisco Javier Jimeno, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Toledo, reitera que un modelo regulado,“porque esto no es un ‘delivery’, esto no es una atención farmacéutica domiciliaria para todo el mundo”. Destaca que tiene que ser una atención farmacéutica regulada para determinados pacientes que, mediante un equipo multidisciplinar entre médicos, farmacéuticos de Atención Primaria, farmacéutico comunitario, enfermero y asistente social, decidan a qué pacientes va destinado este servicio. “Y no es llevar una bolsa. No es acercar el medicamento mediante el sistema personalizado de dosificación”, concluye. LA SOLUCIÓN PLANTEADA ES TRASLADAR AL DOMICILIO LA MISMA ATENCIÓN PERSONALIZADA QUE SE OFRECE EN LAS FARMACIAS

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