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EL FARMACÉUTICO 16 Fernando García-Lozano (Ciudad Real) “Mi padre tenía una farmacia en Puertollano, aunque años más tarde nos trasladamos a Ciudad Real. Y recuerdo de niño pasar horas en la farmacia con mis hermanos jugando en la rebotica. Los pedidos se enviaban a través del teléfono, y recuerdo que me gustaba esa máquina que se enganchaba en el auricular y pitaba para realizar el envío”, recuerda Fernando, cuya infancia y juventud están marcadas por la botica familiar. Para él, “la vocación farmacéutica es esforzarse a diario para hacer que el paciente se vaya de la farmacia sin ninguna duda; y el hecho de que lo agradezca es irrecompensable”. Define su farmacia como asistencial, con un perfil de paciente formado por “una población mayormente envejecida”. Por ello, “realizamos servicios como SPDs o toma y seguimiento de la presión arterial”, aunque, puntualiza, “no tratamos de destacar sobre el resto de farmacias, ni competir contra nadie, solo intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible”. Y eso lo hacen enfocando la atención al paciente e intentando ofrecer el mejor servicio con toda la profesionalidad posible. “Cada vez hay más evidencias de que los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales contribuyen a un ahorro del sistema”. Sin embargo, “los farmacéuticos vemos que esta transición es muy lenta, que no llegamos a convencer a las administraciones que quieren soluciones a corto plazo, pero lo cierto es que poco a poco se está generando un cambio”. Lo cierto es que la labor que realizan las farmacias en cribados, revisión de botiquines, alianzas con asociaciones de pacientes o campañas de prevención, es impagable. Pero el modelo farmacéutica va cambiando, a la par que lo hace la sociedad. Así,“las necesidades son diferentes, y la farmacia termina adaptándose a esas demandas. La venta online, la dermocosmética o los servicios como cesación tabáquica, son elementos estrella hoy en día en la farmacia”. El modelo mediterráneo apuesta por la cercanía con el paciente, pero ¿cómo asegurar la sostenibilidad a largo plazo? “Primero apoyando a la farmacia rural, que es un elemento clave para fijar población. Y, segundo, necesitamos enfocarnos hacia un nuevo paradigma donde pongamos fin al obsoleto sistema de precios de referencia, nos demos cuenta de dónde viene de verdad el ahorro al sistema, y empecemos a cobrar por lo intangible más que por lo tangible”. Para nuestro entrevistado, en el futuro van a coexistir varios modelos: unos más comerciales, y otros más asistenciales, consolidándose estos últimos. “Veo un futuro donde la farmacia y el farmacéutico tengan mayor responsabilidad, donde tomaremos parte activa en el tratamiento del paciente y trabajaremos codo con codo con Atención Primaria”, vaticina. En este sentido, un servicio clave para Fernando es la elaboración de SPDs: “Con él se reduce al mínimo la aparición de eventos, PRM o RNM, ya que este servicio va asociado forzosamente a otros, como seguimiento farmacoterapéutico, adherencia, etc.”. “En el momento en que esos servicios sean remunerados, la percepción del farmacéutico cambiará, la descarga de trabajo de los centros de Atención Primaria será evidente y el estado de salud de los pacientes mejorará, disminuyendo así el gasto sanitario”, considera Fernando, que se despide de nosotros cargado de optimismo. Olga Bernal (Teruel) Aunque los comienzos de Olga no fueron fáciles, hoy, con más de una década como boticaria, atesora un sinfín de conocimientos y experiencia. Su botica rural es su mejor obra, pero, antes, trabajó “como farmacéutica adjunta entre 2013 y 2017, y recuerdo las tardes como el momento más tenso de la jornada por ser el momento en el que más pacientes venían a pedir consejo farmacéutico, y temía defraudar como profesional”. En 2017 compró la farmacia de Cantavieja, en Teruel: “Fue una jubilación, una de las pocas farmacias de la comarca del Maestrazgo de la que somos naturales tanto mi marido como yo, por lo que se convirtió no solo en un proyecto profesional, sino también personal”. “Un farmacéutico asistencial no nace, sino que se hace. Es duro porque requiere gran dedicación, el coste económico es un elemento a valorar y precisa de una formación multidisciplinar (laboral, marketing, gestión, sanitario, etc.), pero el feedback del paciente no tiene precio”, confiesa Olga antes de añadir que, en su farmacia, “tenemos la población muy envejecida y dispersa en distintas localidades, con una logística complicada”. “Los consultorios médicos cada vez tienen menos horas de consulta y más irregulares, por lo que no podemos ni siquiera coincidir muchas veces con el médico”, se lamenta. No en vano, ella atiende cuatro botiquines en los que se demanda sobre todo medicamentos crónicos y tratamientos agudos, pero “también hacemos una labor social: más que consejo farmacéutico atendemos a la población, somos sus compañeras y confidentes”. “Somos unos profesionales bien capacitados y con una gran dispersión por todo el territorio nacional. La Atención Primaria está decayendo, y lo más importante del sistema sanitario es una atención precoz y eficaz que garantice la derivación al especialistas y el posterior diagnóstico”, expresa Olga, que considera que la profesión está infravalorada. >>

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