105 Asimismo, los dientes más afectados suelen ser los premolares y los caninos. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, explica que la mayoría de las sensibilidades dentales son transitorias: “Se producen como consecuencia de unos determinados estímulos que originan el dolor y desaparecen cuando el estímulo cesa”. En caso contrario, “se recomienda acudir al dentista para descartar otras causas, como determinadas caries o enfermedad periodontal, que también originan sensibilidad”. Las causas de la sensibilidad dental Así pues, el experto explica que la hipersensibilidad dentinaria es un signo de aviso de un problema subyacente de pérdida de esmalte o de retracción de encías que expone la dentina al medio bucal. “Cuando la dentina pierde su protección de esmalte o de cemento (en la raíz), se produce una irritación de los nervios de la dentina, lo cual provoca dolor al ingerir alimentos muy fríos, calientes o ácidos”, apunta el presidente del Consejo. Más concretamente, las causas que pueden originarla pueden ser mecánicas o químicas. Entre las primeras, las más comunes son el cepillado demasiado agresivo con un cepillo de cerdas duras y una técnica inadecuada. Por otro lado, señalan desde la sociedad que agrupa a los odontólogos españoles, el bruxismo o una mala oclusión también provocan el desgaste del esmalte de los dientes. En cuanto a las causas químicas, “es importante recordar que las bebidas carbonatadas con pH ácido erosionan el esmalte, por lo que es recomendable reducir su consumo”, advierten. Otra causa relativamente frecuente de la sensibilidad dental es la enfermedad periodontal, porque al producirse una recesión de la encía queda una parte de la raíz expuesta al medio bucal. Por lo tanto, la gran mayoría de las sensibilidades dentarias podrían prevenirse mediante tres consejos básicos, de acuerdo a los especialistas. En primer lugar, “usando una técnica de cepillado adecuada y siempre con un cepillo de cerdas blandas o de dureza media, nunca de cerdas duras. Es muy importante dejar transcurrir unos 20-30 minutos para cepillarnos los dientes si previamente hemos tomado ácidos o dulces”. También, “evitando el consumo de bebidas carbonatadas” y “visitando periódicamente al dentista para prevenir la enfermedad periodontal y las retracciones gingivales”. Cabe señalar que el cambio de la rutina en la alimentación durante la época estival es una de las causas comunes que puede provocar sensibilidad dental, en tanto que aumenta considerablemente el consumo de bebidas frías, ácidas y carbonatadas, así como de determinados alimentos, como cítricos, helados, dulces, etc. Desde el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV) informan, en este sentido, que en los últimos años ha aumentado la incidencia de este problema dental, especialmente en jóvenes, por los nuevos hábitos de consumo (abuso de bebidas energéticas, refrescos, etc.). También tienen un mayor riesgo de sufrir hipersensibilidad dentaria los pacientes que sufren patologías que ocasionan un medio oral ácido como úlceras, hernia de hiato, bulimia o anorexia. Además, en los últimos años vienen alertando de los graves riesgos que pueden acarrear para la salud adquirir tratamientos dentales por internet, sin el debido control y sin la supervisión de un dentista colegiado. Uno de los más frecuentes es justamente la sensibilidad dental, aunque también puede provocar la pérdida de piezas dentales, dolores crónicos, problemas al hablar, inflamación de encías y pulpitis. El presidente del Consejo General de Dentistas pone de manifiesto que la población debe concebir este tipo de tratamientos, como el blanqueamiento dental, como un proceso sanitario que tiene que ser realizado bajo la supervisión de un dentista. “Antes de someterse a él, hay que hacer una revisión bucodental al paciente para descartar cualquier patología, como caries o problemas en las encías”. Además, señala que “el dentista debe estar capacitado para manejar los agentes blanqueadores que se utilizan (peróxido de hidrógeno y peróxido de carbamida) siguiendo un protocolo adecuado de diagnóstico, planificación del procedimiento y mantenimiento de los resultados”. Del mismo modo, el profesional conoce las contraindicaciones y posibles riesgos para comunicárselos al paciente, por ejemplo, alteraciones gingivales y sensibilidad dentaria. Cómo tratarla Es importante reseñar que, si la hipersensibilidad no se trata adecuadamente, puede acabar generando molestias persistentes. Por ello es necesario que, en caso de sentir sensibilidad en los dientes, se acuda al dentista para abordar el problema o aquellas patologías que puedan influir sobre ésta. Por otro lado, los tratamientos se distinguen en dos grupos en función de su rapidez y efectividad, que a su vez pueden combinarse con algunos productos de farmacia, especialmente pastas y colutorios, cuya composición conoce perfectamente el profesional farmacéutico. Y es que la sensibilidad dental también se combate desde la oficina de farmacia. Una opción son los derivados del potasio, desde el nitrato al cloruro pasando por el citrato. Como señala el ICOEV, es el tratamiento más efectivo, pero sus efectos son a medio y largo plazo. Su acción se centra en inhibir la transmisión nerviosa que ocasiona el dolor al acceder a la pulpa por los túbulos dentinarios. Por otro lado, la proarginina, fluoruro de estaño o biocristales de fosfosilicato, cuyos efectos son a corto plazo y, por lo tanto, alivian el dolor más rápidamente. Sin embargo, su efectividad real es menor, dado que pueden desactivarse y volver a la situación inicial con el contacto con ácidos o cepillados. Su efecto se centra en el sellado de los tubos dentinarios del diente. Para el tratamiento de sensibilidad dental es fundamental una correcta higiene bucal con productos específicos: un cepillo dental con filamentos extrasuaves para una limpieza delicada, utilizando una adecuada técnica de cepillado; y una pasta dentífrica o gel no abrasivo y colutorios con principios activos para la sensibilidad dental. El uso de productos dentales adecuados es la manera de proteger las terminaciones nerviosas. En este sentido, la composición de los productos dentales (dentífricos y colutorios) destinados al tratamiento de este problema incorporan sales de potasio, agentes desensibilizantes y, en algunos, casos fluoruros. En los últimos tiempos algunos productos incluyen nanopartículas de hidroxiapatita. En otras ocasiones las superficies radiculares expuestas pueden tratarse colocándoles un adhesivo o un sellador para formar una capa protectora sobre la raíz. Y, en casos extremos, si la raíz de un diente perdió tejido gingival, esta puede quedar expuesta. En esos casos, se puede tomar una pequeña cantidad de tejido de otra parte de la boca y adherirla a la zona problemática. Este procedimiento se llama injerto, y protege la raíz expuesta, al tiempo que puede disminuir la sensibilidad. Sin embargo, hay que destacar que el mejor tratamiento de la sensibilidad dental es, en cualquier caso, la prevención.
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