39 pacientes con melanoma, cáncer espinocelular avanzado, carcinoma de células de Merkel, etc. Este es un hito total en dermatología oncológica, dado que muchos de estos pacientes morían en menos de 1-2 años después del diagnóstico, y muchos de estos pacientes tienen menos de 40 años”. Asimismo, “estos tratamientos permiten a los pacientes hacer vida completamente normal (a diferencia de la quimioterapia clásica), con una mejora sustancial en su calidad de vida”, añade. Retomando el rol de la farmacia a la hora de contribuir a fomentar la prevención, el doctor insiste en que las boticas “pueden ser un punto clave en la prevención primaria, recomendado estrategias de fotoprotección (cremas solares, gafas, gorros, ropa, etc.), así como podrían ser un actor clave en la detección precoz del cáncer de piel”. De ahí que invite a los farmacéuticos y auxiliares de farmacia a contactar con los médicos de familia y dermatólogos de su área “para establecer circuitos de derivación rápida en casos de sospecha de cáncer de piel”. Y, en última instancia, el dermatólogo concluye con una última reflexión: “Que, aunque nosotros vemos a diario el efecto nocivo del sol, este es el astro que nos aporta energía y vida en la tierra, y que su exposición es beneficiosa siempre y cuando se haga de forma coherente y con sentido común”. Así pues, a su modo ver, “no tiene ningún sentido no exponerse o taparse hasta la bandera si está lloviendo o nevando, de la misma forma que no tiene ningún sentido no ponerse nada (ropa o crema solar) si vamos a estar todo el día al sol”. “El sentido común tiene que mandar, y el equilibrio tiene que ser la fórmula a usar”, finaliza. mación y los esfuerzos de concienciación, ¿a qué se debe que el impacto del cáncer de piel siga aumentando? En opinión de Yélamos, no existe una sola respuesta, sino que hay varias hipótesis al respecto: “Por un lado, actualmente hacemos más seguimientos y usamos técnicas diagnósticas más precisas, como la dermatoscopia y la fotografía corporal total, lo que nos permite diagnosticar más melanomas que antes”. Asimismo, “estamos viendo más casos de léntigo maligno, que es un melanoma asociado a exposición solar crónica (no necesariamente quemaduras solares), y los estamos viendo en pacientes mayores de 70-80 años. Por lo tanto, esto lo que nos traduce es que una de las causas del aumento de melanoma es porque la gente vive más y coincide con la generación que empezó a exponerse al sol de forma recreativa y sin control”, expone el experto. Asimismo, enfermedades que a veces se engloban como‘alergia al sol’, pero que incluyen afecciones como la erupción polimorfa lumínica, la urticaria solar, las erupciones medicamentosas agravadas por el sol, o enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso, son también prevalentes en la consulta de un especialista en fotobiología. En cuanto a las medidas a tomar a la hora de prevenir el daño cutáneo, destaca que “aunque parezca obvio, la mejor prevención del fotodaño es la protección solar física: esto quiere decir la ropa (manga larga, sombrero, gafas de sol, etc.)”. “Si nos fijamos, a lo largo de la historia, hasta la irrupción de Coco Chanel a principios de siglo XX, la gente se protegía del sol con ropa, o directamente no se exponía al sol”, apunta. “Afortunadamente, actualmente tenemos más métodos, como los filtros fotoprotectores en crema, que nos permiten proteger zonas que no podemos o no queremos tapar con ropa”, esgrime el facultativo. En este sentido, “también disponemos de protectores solares con enzimas reparadoras del ADN (endonucleasas, fotoliasas...) que ayudan a revertir este daño, así como coadyuvantes orales que actúan como antioxidantes y disminuyen el riesgo de daño solar (Polypodium leucotomos, microscoporinas, astoxantinas...)”. A su modo de ver, “la prevención juega un papel fundamental y tendría que ser la piedra angular para reducir la mortalidad por cáncer de piel”. Sin embargo, admite que actualmente en nuestro medio es poco probable que sea eficaz por numerosas razones: “Si queremos que la prevención funcione tenemos que cambiarlo todo, empezando por el modelo económico de país. Si una de las fuentes principales de riqueza de nuestro país es el turismo, y el principal turismo que tenemos es el turismo ‘de sol y playa’, pues ya vemos que va a ser difícil conseguir cambios en este sentido”. La farmacia, aliada de la prevención primaria y la detección precoz Asimismo, “aunque ya hacemos mucha formación a la población (cómo aplicar el protector, horas en las que no se recomienda estar al sol, cómo detectar un cáncer de piel de forma temprana, etc.), dichas campañas tendríamos que realizarlas en especial en las escuelas y universidades para evitar la exposición solar descontrolada en niños y jóvenes, dado que el 80 % de la radiación solar la hemos recibido antes de los 20 años, que es cuando nuestro sistema inmune se está formando y es más vulnerable al sol”, avisa el experto. Finalmente, en cuanto a prevención secundaria (detección precoz), “también es un reto importante dado que no hay suficientes dermatólogos en España para hacer revisiones a todos los ciudadanos, y medicina familar y comunitaria está desbordada”. En este sentido, menciona ciertas campañas piloto que han demostrado con éxito que se pueden efectuar revisiones oportunistas de usuarios de oficinas de farmacia donde, solamente mirando la cara y brazos, se pueden identificar individuos de alto riesgo de padecer cáncer de piel. Por último, “parece que sistemas de detección semi-automatizados que usan inteligencia artificial podrían ayudarnos a llegar donde los profesionales sanitarios no llegamos”, esgrime Yélamos. A nivel práctico e individual, “lo recomendable es evitar quemarse con el sol usando ropa adecuada y filtros solares, evitar las horas punta (de las 11 hasta las 16h) y, en caso de detectar alguna lesión sospechosa, consultar con su médico”. Así como estar pendiente a los signos de alarma, el famoso ABCDE para recordar qué lesiones nos tienen que hacer sospechar malignidad: “asimetría, bordes irregulares, colores múltiples, diámetro de más de 5 mm y evolución (cambio, que puede ser sangrado, crecimiento súbito, dolor, picores, etc.)”. Este último punto es realmente el más importante. Respecto a los avances más significativos, “si hablamos de cáncer de piel, sin ningún tipo de dudas lo que ha revolucionado el pronóstico y calidad de vida ha sido el desarrollo de nuevas terapias para el cáncer, como la inmunoterapia y las terapias diana”, remarca Oriol Yélamos. No en vano, “con estos tratamientos hemos visto por primera vez en la historia una mejoría de la supervivencia en los “LAS FARMACIAS PUEDEN SER UN PUNTO CLAVE EN LA PREVENCIÓN PRIMARIA, RECOMENDADO ESTRATEGIAS DE FOTOPROTECCIÓN Y SIENDO UN ACTOR CLAVE EN LA DETECCIÓN PRECOZ DEL CÁNCER DE PIEL”
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