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43 como sérums o aceites, a diario”. Con estos tres puntos, afirma, “ya tienes gran camino andado”. Para concluir, la dermatóloga reflexiona sobre el futuro de la la tricología, una ciencia que, a su juicio, “está creciendo mucho a nivel conocimiento, tanto para patologías muy severas, como para la alopecia areata universal (para la cual vez tenemos disponibles más tratamientos biológicos y efectivos), como para el conocimiento del envejecimiento capilar”. “Esto nos va a permitir cada vez más emplear tratamientos más efectivos e individualizados, al tiempo que enseñar a nuestros pacientes a cuidarse en su día a día para poder conseguir la mejor versión de su pelo”, remacha. ¿Existe entonces cierto tabú a la hora de pedir ayuda profesional? Bajo la experiencia de la doctora, hace cinco años la respuesta a esa pregunta hubiera sido “un rotundo sí”. “Ahora eso está cambiando, y con la divulgación y mayor conocimiento sobre este tema por el sector salud se sabe que hay que valorar los problemas capilares”, sostiene Bernárdez. En cambio, considera que “actualmente el mayor problema es cómo o dónde solicitan esa ayuda, pues existe personal no sanitario haciendo asesorías, e incluso consultas, que hacen que los tratamientos no sean eficaces, y también puedan llegar a confundir a las pacientes en cuanto a los pasos a seguir”. “Sentir que no te reconoces en tu pelo te hace experimentar menor confianza, incluso hay estudios que indican que provoca peor rendimiento laboral y peor relación con la familia”, esgrime. Por eso, subraya la idea de que “es bueno cuidarnos siempre y no esperar a tener un gran problema”. Cuidar la salud y el bienestar influye en la calidad del cabello En este sentido, la tricóloga enumera una serie de señales de alarma que deben alertar al paciente para acudir sin demora al especialista. “Si notas cambios en tu densidad, ves más pelo caer, o te notas más el cuero cabelludo, son signos de que tu pelo necesita ayuda. Cuanto antes les hagamos caso, más opciones tenemos de mejorar”, advierte. En cuanto a las enfermedades que la especialista ve más a menudo, en el caso de las mujeres destaca las alteraciones hormonales que generan caída capilar del tipo alopecia androgenética o las caídas asociadas a estrés, cambios nutritivos o envejecimiento fisiológico, pues “todas ellas modifican el aspecto, generando las alteraciones de calidad de vida comentadas anteriormente”. El aspecto positivo es que, según su experiencia, las herramientas diagnósticas han avanzado mucho, así como también el conocimiento. “Hablando de tecnología, hace cinco años ya teníamos la posibilidad de ver un cuero cabelludo y la fibra capilar magnificada para valorar problemas. Hoy en día esto ha mejorado, teniendo ahora la opción de comparar imágenes, por lo que podemos ir viendo cómo evoluciona el pelo de forma exacta y así poder plantear tratamientos o cambios”. Además, apunta que “contamos también con mayor conocimiento, entendiendo cómo los cuadros son causados por muchos aspectos y que todos interactúan, lo que nos permite abordar el problema de forma más individualizada y correcta”. De igual forma, la facultativa hace hincapié en que “el pelo, su salud y su calidad están asociados a nuestra salud general, por lo que lo primero que debemos cuidar, si queremos tener buen pelo, es la salud general”. O, lo que es lo mismo: “Si mantenemos una dieta rica en nutrientes (proteínas, vitaminas, antioxidantes, grasas, etc.), evitamos una vida sedentaria, fomentamos nuestra masa muscular, y gestionamos el estrés lo mejor posible, vamos a estar también cuidando nuestro pelo”. “Así, disminuimos su envejecimiento y, si vamos a tener una enfermedad, aunque no la evitemos por completo, sí que nos afectará de una forma menos agresiva”, comenta. Los avances en transplante capilar Por otro lado, Bernárdez resume las novedades en otra de sus especialidades, el trasplante capilar, “una microcirugía compleja que ha ido mejorando la capacidad de extraer unidades foliculares con sus células madre de zonas donantes e implantarlas en las zonas donde falta pelo, llamadas receptoras”. A su modo de ver, “los avances nos están permitiendo hacer ambas acciones algo más rápido, permitiéndonos ampliar los trasplantes y que cubran zonas mayores. Asimismo, las mejoras técnicas consiguen que un trasplante bien hecho sea muy natural y podamos incluso llevarlo a cabo sin necesidad de rapar todo el pelo”. “También está cambiando mucho la preparación y el seguimiento postrasplante, que constituyen además las principales diferencias con los trasplantes ‘low cost’ que se realizan en otros países”, continúa explicando. No en vano, “no es una cirugía que se haga al momento y veamos el resultado, sino que requiere de un seguimiento para controlar el crecimiento capilar y también un estudio previo en profundidad para plantear asociar tratamientos. Este estudio en detalle, así como el seguimiento, son una de las principales diferencias con los que se realiza, por ejemplo, en Turquia, asociado a que si tienes un problema es muy probable que no vuelvas allí, y obviamente que no conoces en detalle al equipo que te va a intervenir”, avisa la dermatóloga. Por otro lado, Claudia Bernárdez también es especialista en todo lo relacionado con cosmética capilar, “un mundo muy amplio” cuyas claves para tener un pelo de aspecto fuerte y sano recoge en su libro La biblia del cuidado del cabello. Fundamentalmente hay tres aspectos a seguir: “Una vida sana para que el pelo nazca sano; una buena higiene del cuero cabelludo con lavado siempre que lo notemos sucio y, si tenemos el pelo medio-largo, cuidar la fibra con productos nutritivos, “EXISTE PERSONAL NO SANITARIO HACIENDO ASESORÍAS, E INCLUSO CONSULTAS, QUE HACEN QUE LOS TRATAMIENTOS NO SEAN EFICACES, Y TAMBIÉN PUEDAN LLEGAR A CONFUNDIR A LAS PACIENTES EN CUANTO A LOS PASOS A SEGUIR”

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