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ESPECIAL DERMOFARMACIA 52 INTERAPOTHEK Marta del Rey Responsable de marca 1. ¿Qué tecnologías o ingredientes activos considera que marcarán el futuro de la dermocosmética en los próximos cinco años? En los próximos cinco años, la dermocosmética se centrará en la innovación biotecnológica, sostenibilidad y personalización, con ingredientes como postbióticos, péptidos biomiméticos y activos de neurocosmética que mejoran la piel y el bienestar. En Interapothek, ‘ia’, apostamos por productos innovadores, como nuestro gel solar facial invisible con tacto seda SPF 50 que incluye ashwagandha, un adaptógeno antioxidante que protege y mejora la piel. La inteligencia artificial y la nanotecnología permitirán fórmulas personalizadas y más eficaces, mientras que ingredientes vegetales como centella asiática, granada y vid roja, presentes en nuestros productos, aportan beneficios regeneradores, calmantes y reafirmantes. La dermocosmética del futuro será inteligente, ética y sostenible, visión que impulsamos desde Interapothek. 2. ¿Cómo contribuye el farmacéutico a la educación del consumidor en torno al uso correcto de la dermocosmética? El farmacéutico desempeña un papel esencial como agente de salud en la educación del consumidor sobre el uso correcto y racional de la dermocosmética. Su conocimiento especializado en principios activos y formulaciones lo posiciona como un asesor de confianza que va mucho más allá de la venta de productos. Desde la oficina de farmacia, el farmacéutico informa, orienta y personaliza recomendaciones en función del tipo de piel, la edad, el estilo de vida y las posibles patologías dermatológicas del paciente. Además, ayuda a desmontar mitos, corrige hábitos incorrectos y promueve rutinas eficaces y seguras, fomentando una visión realista y basada en evidencia científica sobre los cuidados cutáneos. Su labor educativa también se extiende a la prevención, la adherencia al tratamiento dermocosmético y el seguimiento de resultados, especialmente en pieles sensibles, con patologías como el acné, la rosácea o la dermatitis. En este sentido, la dermocosmética no se entiende solo como una cuestión estética, sino como parte integral del bienestar y la salud cutánea, y el farmacéutico es una figura clave para lograr ese equilibrio entre eficacia, seguridad y personalización. LABORATORIO GENOVÉ Estela Bravo Farmacéutica y responsable de formación 1. ¿Qué tecnologías o ingredientes activos considera que marcarán el futuro de la dermocosmética en los próximos cinco años? La dermocosmética evolucionará todavía más hacia un enfoque integral centrado en la personalización de rutinas de cuidado y la integración de la nutricosmética como complemento esencial a éstas. La creciente limitación regulatoria de ingredientes impulsará la búsqueda de nuevas moléculas alternativas e innovadores sistemas de liberación de activos tanto para uso tópico como oral. Seguro que veremos avances en el uso de herramientas digitales, como la inteligencia artificial, que ayudará a conocer de forma más precisa las necesidades de cada usuario para poder ofrecer soluciones más dirigidas e individualizadas. Ingredientes como los antioxidantes avanzados y los protectores del microbioma se integrarán en estrategias dirigidas a rutinas que pongan el foco en la prevención, yendo más allá del tratamiento reactivo de problemas ya existentes. A esto se suma la apuesta por envases más sostenibles, funcionales y pensados para mejorar la experiencia del usuario, sin dejar de lado el compromiso con el medioambiente. 2. ¿Cómo contribuye el farmacéutico a la educación del consumidor en torno al uso correcto de la dermocosmética? Una farmacéutica a la que admiro definió una vez el médico como“el rey de la patología, y el farmacéutico como el rey de la prevención”. No puedo estar más de acuerdo con ella. La dermocosmética funciona mucho mejor cuando va acompañada de un buen consejo profesional. Es más, el mejor cosmético del mundo puede ser ineficaz o incluso contraproducente si se usa de forma inadecuada. Por eso mismo, es casi obligatoria la formación y actualización constante en novedades y protocolos que permita no solo recomendar productos, sino explicar bien cómo y cuándo usarlos. Además, la cercanía y la accesibilidad del farmacéutico permite un seguimiento continuo, la adaptación de las rutinas a las necesidades cambiantes o, incluso, derivar el paciente al dermatólogo.

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