79 la superficie terrestre, que puede ser visible o ultravioleta. En cualquier caso, ambas“producen alteraciones sobre la piel y debemos de tenerlas en cuenta a la hora de fotoprotegernos, pero la ultravioleta es sin duda la más nociva”, explica el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF). El índice ultravioleta indica la intensidad de la radiación solar en la superficie terrestre y, cuanto mayor sea, más elevado debe ser el nivel de protección solar empleado. Este índice lo podemos consultar en la web de la Agencia Española de Meteorología. El segundo aspecto importante es el fototipo, es decir, la clasificación de la piel según su capacidad para responder a la radiación solar. Esta clasificación se basa en la cantidad de melanina que produce la dermis y tiene en cuenta factores genéticos como el color de la piel, el cabello y los ojos. Por otro lado, “es necesario evitar la posible deshidratación que se puede producir tras una exposición solar”, señalan desde el CACOF. Sin olvidar que algunos medicamentos pueden producir fototoxia y fotoalergia. El protector solar, el mejor antienvejecimiento Y, por supuesto, no hay protección adecuada sin SPF o factor de protección solar. “El mejor antienvejecimiento que existe”, tal y como expone Julián Conejo-Mir, jefe de servicio y director de la Unidad de Gestión Clínica de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Ahora que parece que la sociedad ha creado conciencia sobre la importancia el uso de fotoprotector, muchas personas tienen la duda de cuál de todos escoger. En una entrevista para la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el doctor indica que “es frecuente que, cuando la gente ve un protector de 50, piense que es demasiado y que no va a ponerse moreno. Por lo que compran de 10 o 15”. Lo que muchas veces se desconoce es que un factor de protección solar de 50 filtra el 50 % de la radiación. El factor de protección corresponde al producto de fotoprotección, e indica el número de veces que un producto de esta categoría es capaz de aumentar la resistencia al eritema con respecto a cuándo no está protegida. Por ejemplo, “si una piel tarda en quemarse cinco minutos sin protección, si utilizamos un fotoprotector SPF 30 tardaría 30 veces más en quemarse; o sea, 150 minutos”, aclara el CACOF. Además, es importante tener en cuenta que esos niveles de protección están estudiados en condiciones de laboratorio, y las condiciones ambientales pueden modificar los resultados. Por eso, es muy recomendable aplicar el fotoprotector una media hora antes de la exposición y renovar la aplicación al menos cada dos horas, aplicando una cantidad adecuada y sin olvidar zonas como la nariz, las orejas o la calva. Factor de protección para cada fototipo Conocer los fototipos de piel, como hemos comentado, es esencial a la hora de tomar las medidas necesarias para evitar el daño solar. Se trata de determinar de manera visual el color de la piel, clasificadas entre I y VI según la escala de Fitzpatrick, dermatólogo de la Universidad de Harvard. Existen seis grandes grupos: El fototipo I lo componen personas de piel pálida, ojos claros, generalmente pelirrojos, con una piel que se quema siempre y nunca se broncea. Asimismo, suelen sufrir reacciones fotoalérgicas. El fotoprotector adecuado es siempre el equivalente a un SPF 50. Las personas de piel muy sensible y delicada, de cabellos rubios y ojos claros, se agrupan en el fototipo II. Igualmente, casi nunca se broncean y pueden padecer reacciones alérgicas tras exposiciones prolongadas al sol. Para ellas, también es necesaria siempre la máxima protección. El III es el más común en España y se corresponde a cabellos castaños y pieles intermedias que enrojecen primero y se broncean después de la exposición solar. En una piel fototipo III sana se puede bajar el índice de protección solar a una protección media-alta, siempre y cuando se evite la franja horaria de mayor radiación (de 12 a 16 horas) y la exposición solar directa en verano, en cuyo caso se debe usar siempre protección alta. Las de fototipo IV y V, respectivamente, pertenecen a las personas de pieles oscuras con cabellos morenos que se broncean con facilidad y rapidez al contacto directo con el sol y a aquellas cuya piel es más morena que las del fototipo IV. Lo ideal, también en estos casos, es recurrir a un factor de protección entre medio y alto. Por último, el fototipo VI corresponde a personas de piel muy oscura, tradicionalmente negras. Generalmente no necesitan una alta protección, ya que poseen una melanina natural de alta calidad y su piel reacciona con gran efectividad bajo el sol. Por lo tanto, con un factor de protección media SPF 30 estarían protegidas. Con todo, no hay que olvidar que, sobre todo en las primeras exposiciones solares, es aconsejable ir poco a poco y aplicar un fotoprotector de protección solar alta. Y, a ser posible, elegir siempre productos que garanticen una protección de ‘amplio espectro’. UV-Derma, consejo personalizado y a tiempo real desde el móvil En resumidas cuentas, tomar conciencia de las medidas adecuadas de fotoprotección va a permitir beneficiarnos de la fuente de vitamina D sin la necesidad de asumir riesgos para la salud de la piel. “La síntesis óptima de vitamina D para tener unos niveles saludables se considera cuando un individuo sintetiza unas 1.000 unidades internacionales diarias. Para lograrlo, solo se necesita exponer la piel un cuarto de la dosis de la quemadura solar. Esto quiere decir que, si un fototipo III se quema en 25 minutos, con 7 minutos de exposición solar de las zonas del cuerpo no cubiertas se lograría la vitamina D necesaria”, sostiene José Aguilera, coordinador del Grupo Español de Fotobiología de la AEDV. En este sentido, la Fundación Piel Sana de la AEDV, bajo la dirección y asesoramiento del profesor Aguilera, ha desarrollado un algoritmo que combina información geográfica, meteorológica y dermatológica con el objetivo de ofrecer información a quien lo desee sobre cuánto tiempo puede estar al sol sin dañar su piel. Así nació UV-Derma, una aplicación avalada por expertos en dermatología y fotobiología dermatológica de la Fundación Piel Sana dirigida a toda la población general que pretenda exponerse al sol estas vacaciones de una manera adecuada sin generar quemaduras. Se trata de una herramienta informativa que ofrece consejos para la prevención del cáncer de piel con información meteorológica a tiempo real sobre los niveles de radiación ultravioleta solar incidente en la localidad del punto informativo donde se encuentre la persona con su móvil. “Todos los consejos de fotoprotección se dan en función de los diferentes fototipos cutáneos, es decir, en función de la capacidad de la piel para responder a la radiación ultravioleta (UV), de manera que ofrece de forma aproximada los minutos que tardaría la piel en quemarse, así como los minutos para sintentizar los niveles de vitamina D ideal según la hora del día o la época del año en la que nos encontremos”, concluye Aguilera.
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