11 Esperanza del Campo (La Rioja) Desde muy pequeña, mientras veía el desvelo y la dedicación que su padre mostraba por la profesión, Esperanza ya sabía que quería ser farmacéutica. Su gran pasión siempre ha sido el contacto directo con el paciente. “Si tengo que definir mi oficina de farmacia, diría es una farmacia de barrio. Atendemos en su mayoría a personas de una edad media-avanzada y también polimedicados, por lo que uno de los servicios más demandados es la toma de la presión arterial”, describe. Precisamente, hablando de servicios, considera que “el futuro está en evidenciar todas las posibilidades y servicios que ofrecemos: desde la farmacia social hasta la farmacia que participa en prevención a través de educación, pasando por la farmacia que participa en campañas sanitarias”. Todo ello, por supuesto, sin olvidar que la farmacia se define por el acto de dispensación, “un acto de dispensación que debe ir acompañado de una visualización global del paciente para detectar interacciones, incumplimientos de posología o efectos adversos”, asegura. Y es que no hay que olvidar que la farmacia es el establecimiento de salud más cercano y accesible al ciudadano, y que gracias a su capilaridad, los farmacéuticos llegan casi el 100 % de la población. “Esta es nuestra gran fortaleza y el sistema es consciente de ello, solo hace falta ponerlo en valor”, apunta la boticaria riojana. “Cada vez hay más farmacéuticos en la Atención Primaria enfocados al paciente más susceptible de sufrir interacciones y efectos secundarios. Creo que es una oportunidad de punto de unión entre la farmacia comunitaria y el sistema”, reflexiona Esperanza, en cuya farmacia ofrece el servicio de medición de la presión arterial, así como la determinación del perfil lipídico y hemoglobina glicosilada. Sin olvidar su otro pilar fundamental: la formulación magistral, que hacen “para nuestros clientes y también para otras farmacias”. Entre sus principales preocupaciones relacionadas con el sector, destaca que “una de las grandes amenazas es la falta de farmacéuticos disponibles en las bolsas de trabajo para la oficina de farmacia”, y añade: “Me preocupa especialmente esa baja disponibilidad de profesionales que, de continuar así, terminará haciendo mella en el modelo”. En cuanto a la inclusión de tecnologías como la robotización, la inteligencia artificial (IA) o el big data, considera que “todo es bienvenido siempre y cuando se les dé un buen uso”. Entre los beneficios, destaca que “ayudan a disminuir la carga burocrática y nos facilitan más tiempo para dedicárselo al paciente”. Con todo, Esperanza tiene clara la hoja de ruta a seguir en los próximos años. “Debemos ser proactivos e implementar unos servicios farmacéuticos de calidad, protocolizarlos y llegar a acuerdos con la Administración”, concluye. Inmaculada Magaña (La Rioja) Nuestra siguiente protagonista cuenta con una amplia trayectoria profesional. No en vano, Inmaculada lleva ejerciendo como farmacéutica dese 1999. “Comencé trabajando como sustituta y adjunta en varias poblaciones; más tarde conseguí mi propia farmacia en Viniegra de Abajo, y en 2015 me instalé en Azofra, donde además doy servicio como botiquín a dos poblaciones cercanas”, empieza a relatarnos. Inquieta y entusiasta, confiesa que “lo que me gusta de mi labor sanitaria es el compromiso y la vocación de servicio con los pacientes a los que asesoramos, acompañamos y damos apoyo a diario”. Ella está al frente de una botica rural, con una población envejecida y mayoritariamente pluripatológica y polimedicada. “Mi perfil de paciente son personas de edad avanzada, aunque en periodo estival hay gran afluencia de peregrinos”. Ubicada en pleno Camino De Santiago, asegura que “lo que más demandan los pacientes es el consejo farmacéutico y el saber escuchar”. De lo que no hay duda es de que, en muchas ocasiones, el farmacéutico rural es el único referente sanitario para la población, “de ahí lo importante que es la educación en salud que se les da”. Por ello, para Inmaculada es crucial la relación con los médicos y las enfermeras, tanto del pueblo como de los botiquines: “Esta relación es clave para el seguimiento y la adhesión del tratamiento farmacológico, así como para detectar faltas en las tomas de medicación, duplicidad de medicaciones, etc.”. “EL FUTURO ESTÁ EN EVIDENCIAR TODAS NUESTRAS POSIBILIDADES: DESDE LA FARMACIA SOCIAL HASTA LA QUE ACTÚA EN PREVENCIÓN Y PARTICIPA EN CAMPAÑAS SANITARIAS” >>
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