61 La caída del cabello constituye una de las principales consultas de salud capilar en la oficina de farmacia. “Se trata de un motivo frecuente de preocupación entre los pacientes por su impacto estético, psicológico y social”, nos explica Aina Salom, (@ainasalomfarma), farmacéutica experta en cosmética y cuidado de la piel. Por ese motivo, la farmacia, como espacio sanitario de proximidad, “juega un papel fundamental en la detección, el consejo y el acompañamiento en estos casos”. Antes de desarrollar las dudas que los farmacéuticos responden más asiduamente sobre este tema, cabe delimitar el concepto de alopecia y diferenciarla de la caída capilar. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) la describe como “la pérdida del pelo, localizada o generalizada, temporal o definitiva”. Sin embargo, indica que “la alopecia no es sinónimo de caída de cabello, ya que el cabello cae de forma constante, pero se renueva. Sucede cuando este ciclo se altera y, o bien no se recupera el cabello perdido, o el que nace es un cabello de menor grosor o tamaño (miniuaturización)”. Cada pelo presenta tres etapas en su desarrollo: la primera, de crecimiento o anágena, dura entre dos y seis años; la segunda, de reposo o catágena, ocupa alrededor de tres semanas, y la tercera, de caída o telógena, transcurre a lo largo de tres a cuatro meses y supone la pérdida de 80 a 100 cabellos al día. Para llevar a cabo un pronóstico es importante conocer que existen dos grupos dentro de la alopecia. Uno la conforman las formas cicatriciales, con destrucción del folículo piloso y, por tanto, irreversibles, como la frontal fibrosante, el liquen planopilar, la foliculitis decalvante o la FAPD. Por otro lado, se encuentran las formas no cicatriciales, que son potencialmente reversibles. Entre ellas, la alopecia androgenética es la más común y afecta principalmente a hombres; la alopecia areata, de origen inmune en la que el propio organismo ataca a la raíz del cabello, y el efluvio telógeno, que produce una alteración del ciclo del crecimiento del cabello. Dudas más frecuentes en la farmacia Una vez aclarado el concepto de alopecia, Aina Salom desgrana las dudas más habituales que, bajo su experiencia, recibe el profesional farmacéutico en su mostrador en relación a la caída capilar. Entre ellas destaca, en primer lugar, la distinción entre fisiología versus patología. “Hay que diferenciar la caída fisiológica (50-100 cabellos diarios) de una caída excesiva que pueda requerir derivación”, aclara. La caída de pelo es algo fisiológico, normal, si bien en función del color y del grosor del cabello puede ser más o menos llamativa. “No debemos preocuparnos en exceso por el efluvio telógeno agudo, ya que es un proceso que remite, es pasajero, forma parte del ciclo folicular normal y suele ser más frecuente en las mujeres. Debemos consultar con los especialistas en el caso de observar que se prolongue más de seis semanas o notemos que es mayor de lo que se percibió en años previos, haya pérdida de densidad o placas de alopecia marcadas (zonas de cuero cabelludo sin pelo)”, comenta por su parte Irene Pinilla, especialista en Tricología del Servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario (Madrid). Según Pinilla, una de las técnicas que se sigue en consulta para diagnosticar un efluvio telógeno (donde se produce una caída del cabello muy llamativa en un margen de tiempo reducido), es recomendar a los pacientes que cuenten los pelos que se caen a lo largo del día y que coloquen una gasa en el desagüe de la ducha, para que, de esta manera y tras lavarse el pelo después de siete días seguidos, traten de contabilizar el número de pelos obtenidos. Así se podrá hacer una media y conocer cuántos pelos caen al día, siempre teniendo en cuenta que tras peinar el pelo largo también se rompen algunos. La segunda duda frecuente en la farmacia, de acuerdo a la boticaria, es la temporalidad. “Es necesario distinguir la caída estacional de otoño o primavera de una alopecia persistente”, indica Salom. En esta época, el cabello se cae de forma natural. O, más bien, lo único que ocurre es que “se recambia” más que en otro momento, como destaca la AEDV. “El cambio climático influye, y esa caída natural se está adelantando a los meses de agosto y septiembre. Como las hojas de los árboles, o el pelo de los animales, el cabello humano también se cae con la llegada del otoño. Forma parte de nuestra herencia como animales mamíferos que un día fuimos, y los especialistas insisten en que es un proceso normal de renovación del pelo, que vuelve a nacer transcurridos unos meses sin necesidad de recurrir a vitaminas ni lociones anticaída”, avisa Ramón Grimalt, profesor de Dermatología en la Universitat de Barcelona y miembro de la AEDV. Asimismo, el especialista expone que hay épocas del año en las que el pelo se “recambia” más que en otras, “y aunque algunas especies mudan todo su pelaje de golpe en una sola época del año, en el caso de los humanos esta ‘muda’ es progresiva”. “De cada 100 pelos que tenemos, siempre hay un 12-15 % en fase de recambio, de manera que tardamos alrededor de cuatro años en renovar completamente la cabellera. El cráneo se irá repoblando de manera aleatoria durante toda la vida; aunque no de manera inmediata: los pelos tardan unos tres meses desde que mueren hasta que se caen definitivamente (y los vemos en la almohada o en el baño)”, añade. Por eso, que esta pérdida sea más evidente en otoño tiene que ver con el ciclo de nacimiento y crecimiento del pelo. “En general, el pelo muere en primavera, aunque suele tardar tres meses en caerse y no hay que olvidar que si un pelo muere es porque hay otro detrás empujando para nacer. Los especialistas insistimos en que casi todos los cabellos que se caen en otoño se recuperan y reaparecerán al cabo de tres o cuatro meses, tanto si tomamos suplementos de vitaminas con como si no”, incide Ramón Grimalt. Por otro lado, la farmacéutica experta en cosmética y cuidado de la piel apunta que en la caída del cabello influyen otros factores predisponentes, como “estrés (la alopecia nerviosa puede afectar hasta un 70 % de los folículos pilosos de la cabeza), cambios hormonales, déficits nutricionales, fármacos o patologías asociadas”. Por ejemplo, en el efluvio telógeno estos factores actúan como desencadenantes y cambian las fases del ciclo capilar. “LA ACCESIBILIDAD Y LA CERCANÍA DEL FARMACÉUTICO CONTRIBUYE A REFORZAR LA CONFIANZA Y LA ADHERENCIA TERAPÉUTICA, CONSOLIDANDO A LA FARMACIA COMO REFERENTE EN SALUD CAPILAR”
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