EL FARMACÉUTICO 22 todos los centros de Atención Primaria. Esta experiencia me ha valido para comprobar la evolución positiva en este sentido. Formamos parte activa como agentes de salud”. Además, su farmacia participa en las áreas integrales de salud y en los Consejos de Salud de barrio. El papel del farmacéutico en cribajes de cáncer, campañas de vacunación y programas de educación sanitaria es, según ella, esencial. Con más de 40 años de trayectoria, Imma conoce bien las fortalezas del modelo farmacéutico español. “En todo este tiempo hemos aprendido que lo importante no es solo nuestra oficina de farmacia, sino el conjunto de ellas y lo que la sociedad espera de nosotros”, reflexiona. Para Imma, el servicio estrella sigue siendo el consejo farmacéutico. “La farmacia asistencial no estará amenazada si el farmacéutico conserva el rol de la proximidad, la presencia en el territorio y sigue jugando un papel importante como agente de salud”. Comprometida con la modernización del sector, también apuesta por la tecnología. Para ella, “la digitalización de los procesos del día a día es imprescindible. En nuestro caso, hemos implantado el sistema de etiquetas electrónicas con buenos resultados”. Finalmente, con la perspectiva que otorgan más de cuatro décadas dedicadas a la profesión, Imma vislumbra el futuro con realismo y esperanza: “La farmacia tiene claro el papel que juega y la calidad de prestación que quiere ofrecer, pero la ampliación de horarios y servicios conlleva tener equipos muy formados y motivados, y hoy en día esto no es fácil”. Lluís Rigat (Barcelona) Lluís Rigat no es un farmacéutico al uso. Tras más de 30 años de trayectoria en la industria médica, decidió dar un giro a su vida profesional. “Me compré la farmacia hace pocos años para cambiar un poco el estilo de vida. Y aquí estoy, con gran pasión y cada día más consciente de la labor crucial que realizamos desde las farmacias a la comunidad, al barrio y a nuestros clientes”, empieza a relatarnos. Su farmacia está ubicada en el barrio de Sant Roc, uno de los más vulnerables de Cataluña. Allí, la cercanía y el compromiso social son imprescindibles. “Está claro que nos tenemos que adaptar al perfil de cliente del barrio: personas sin muchos recursos, generalmente sin estudios y con dificultades, pero también clientes muy amables e inmensamente agradecidos que nos valoran como un servicio básico del barrio”, explica. En su botica, el trato humano es la esencia del día a día. “En las farmacias de barrio sabemos todo de los pacientes: vida, entorno, patologías, preocupaciones, alimentación... Nos gustaría que se pudiera coordinar todo este conocimiento del que disponemos con la Atención Primaria”. El farmacéutico catalán reconoce que el sector atraviesa varios desafíos. “Me preocupan los desabastecimientos -cada vez más comunes-, los precios de determinadas moléculas y la falta de farmacéuticos”, afirma. Y no es para menos: el Pharmaceutical Group of the European Union (PGEU) calcula que las farmacias dedican 11 horas semanales a la gestión de la escasez. A ello se suma la falta de profesionales, especialmente en zonas rurales, debido a jubilaciones, distribución desigual y aumento de la demanda. Aun así, Lluís reivindica la fortaleza del modelo comunitario. “Sin duda, el servicio que nos define como farmacias comunitarias es la atención personalizada y los SPD”, asegura, aunque también lanza una advertencia: “Está bien que la Administración regule estos servicios para que tengan las máximas garantías para el paciente”. Los servicios farmacéuticos, dice, son el presente y el futuro de la profesión. “¡Y lo serán mucho más!” No en vano, el 80 % de los españoles reclama más servicios asistenciales desde las farmacias. “El problema aún no resuelto es el tema de la retribución. Se trata de un debate que debemos tener sobre quién los debería pagar y cuál es la retribución justa”, apunta. Sobre la digitalización, Lluís se muestra tajante: “El concepto ‘farmacia online’ es un oxímoron. La base de la farmacia comunitaria es la atención farmacéutica, la escucha activa y el consejo farmacéutico, y esto nunca puede ser online”. Y aunque reconoce la fuerza del comercio electrónico, insiste en diferenciarlo: “Es muy difícil luchar con la parafarmacia online. Es otro modelo de negocio que no tiene nada que ver con nuestra farmacia”. Comprometido con la salud de su comunidad, este boticario de Sant Roc tiene claro el camino a seguir: “Debemos aprovechar las sinergias con Atención Primaria. Las administraciones de salud deben perder recelos a integrar a las farmacias como un elemento más en sus sistemas de salud. Todos buscamos el mismo objetivo: mejorar el estado de salud de los ciudadanos”. “LA BASE DE LA FARMACIA COMUNITARIA ES LA ATENCIÓN FARMACÉUTICA, LA ESCUCHA ACTIVA Y EL CONSEJO FARMACÉUTICO, Y ESTO NUNCA PUEDE SER ONLINE” “LA FARMACIA ASISTENCIAL NO ESTARÁ AMENAZADA SI CONSERVA EL ROL DE LA PROXIMIDAD Y SIGUE JUGANDO UN PAPEL IMPORTANTE COMO AGENTE DE SALUD”
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