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EL FARMACÉUTICO 24 Maria Teresa Casajuana (Barcelona) Hace trece años, Maria Teresa Casajuana cumplió su sueño de tener su propia farmacia, aunque el camino no fue fácil. “Era un momento muy complicado para la farmacia comunitaria en Cataluña. El proceso de adjudicación fue muy largo y duró aproximadamente diez años”, recuerda. Para ella, “la vocación farmacéutica va mucho más allá de dispensar, es la oportunidad única de ser el profesional sanitario más accesible para la población y trabajar activamente para mejorar su salud y calidad de vida”. Su botica está ubicada en un barrio con una realidad social diversa y multicultural, algo que considera un valor añadido. “Precisamente “LA FARMACIA VA A SER CADA VEZ MÁS ASISTENCIAL, DIGITAL Y PROACTIVA” Alba García (Tarragona) Desde pequeña, Alba García tuvo claro que quería ser farmacéutica. “Mi vocación es inherente porque mi madre es técnica de farmacia y siempre la he visto disfrutar de su trabajo. Trabajé como adjunta en una farmacia cerca de mi pueblo, y en 2019 compré la farmacia de Vandellós porque la titular se jubilaba”, recuerda con orgullo. De esta manera, Alba volvió a sus orígenes, al pueblo que la vio nacer, rodeada de sus vecinos de siempre. Confiesa que “lo que más me gusta de mi profesión es la cercanía con la población. Hacemos una gran labor entre la médica, la enfermera y yo, y los usuarios así lo agradecen”. Su farmacia está situada en Vandellós, un municipio de apenas 800 habitantes, donde la población es mayoritariamente de edad avanzada y polimedicada, “demandante de una atención cercana y de servicios como el SATI o el SPD”, explica. Y es que, en el entorno rural, el farmacéutico es muchas veces el primer -y a veces el único- profesional sanitario al alcance de la comunidad. “Somos la primera línea sanitaria de acceso al paciente, siempre estamos ahí”, afirma con convicción. En España existen 4.422 farmacias ubicadas en municipios de menos de 5.000 habitantes, que desarrollan una labor asistencial esencial para la cohesión territorial y la lucha contra la despoblación. “La farmacia, en la actualidad, debe centrarse en la asistencia al paciente”, señala Alba. En este contexto, destaca la importancia del consejo personalizado: “Debemos ofrecer orientación profesional y enseñar cómo utilizar los dispositivos sanitarios; en definitiva, actuar como auténticos agentes de salud”. >> esta diversidad es nuestro motor y nuestro mayor reto, pues nos obliga a ser empáticos y creativos con el fin de garantizar una atención farmacéutica de calidad para todos”, explica. En esta línea, su farmacia se ha adherido recientemente al proyecto Farmacia Apoteca Natura, que “nos permite tener una formación continua en fitoterapia avanzada y ofrecer un producto exclusivo de muy alta calidad y con una gran eficacia”. Y es que, cada vez más, los pacientes acuden en busca de consejo profesional en prevención y hábitos saludables. “La farmacia está en un momento de reivindicación y transformación”, afirma Maria Teresa antes de añadir que “estamos trabajando para que nuestro valor asistencial sea plenamente reconocido y remunerado por el sistema sanitario”. Y no le falta razón: “Para muchas personas somos el primer y único contacto sanitario”, añade. La realidad es que “la farmacia ejerce un rol trascendental para descongestionar los centros sanitarios y garantizar la adherencia terapéutica. Pero donde somos verdaderamente imprescindibles es en la prevención. Aquí es donde el farmacéutico tiene la obligación de actuar como educador en salud”. El modelo farmacéutico, asegura, está evolucionando de forma natural. “Estamos pasando de un centro puramente de dispensación a un centro de servicios de salud comunitaria”. Y su implicación en proyectos de salud pública lo demuestra: “Desde el cribaje de colon y cérvix hasta el programa ‘La meva regla, les meves regles’, pasando por nuestra rápida y efectiva respuesta con los test de antígenos durante la pandemia”. Para Maria Teresa, el futuro de la farmacia pasa por un cambio estructural en la forma de sostener el modelo: “tenemos que caminar hacia un sistema que combine la dispensación con la remuneración de los servicios profesionales farmacéuticos. Invertir en nuestra labor asistencial es ahorrar costes al sistema sanitario”, reflexiona. En este sentido, no teme la digitalización, pues considera que “ningún modelo digital puede sustituir nuestro mayor activo: la confianza, la cercanía y el trato humano que ofrecemos in situ y en tiempo real”. Optimista y comprometida, defiende un modelo asistencial fuerte y moderno: “El futuro de la farmacia pasa por consolidarse como motor de la asistencia sanitaria comunitaria. Esto significa ser un agente de máximo nivel asistencial, trabajando proactivamente en la prevención, la adherencia terapéutica y la gestión de la salud de la población”. Y, para finalizar, vaticina que “la farmacia va a ser cada vez más asistencial, digital y proactiva”.

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