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EL FARMACÉUTICO 26 De hecho, la farmacia, asegura, ha dejado de ser un mero punto de dispensación: “Nos centramos en la atención integral del paciente. Ofrecemos consejos de hábitos de vida saludable, suplementación y prevención”. Entre los servicios que ofrece su botica destaca el SATI, que enseña la correcta utilización de inhaladores. A corto plazo, prevé incorporar un servicio de atención a la mujer durante la etapa de la menopausia. Pero para que el modelo rural sea sostenible, es necesario un cambio estructural. “En farmacias como la mía, si no se remuneran los servicios y solo se disminuye el gasto farmacéutico, al final no se pueden sostener. Si las cosas siguen así, los pueblos pequeños se van a quedar sin farmacia”, advierte. Alba también ve en la digitalización una gran oportunidad. Considera que “toda digitalización es buena para la gestión diaria de la farmacia porque ayuda. Hay que utilizar este boom digital para hacer divulgación científica”. En este sentido, la farmacéutica, que es muy activa en redes sociales, aprovecha su perfil profesional para educar y acompañar. “Me gusta enseñar a la gente, y que me digan que les ayudo. Estoy terminando la página web”, comenta con entusiasmo. Finalmente, mira al futuro con esperanza y determinación, y considera que “servirá para dar a nuestra profesión el valor que se merece”. Para ella, el reto está en fortalecer el vínculo con la Atención Primaria, garantizar el acceso del farmacéutico a los datos clínicos y poner en marcha programas piloto que impulsen la colaboración. “Nos lo tenemos que creer más, somos el centro sanitario de proximidad”, afirma. En cuanto a la relación con los pacientes, lo tiene claro: “Podrán interactuar con su farmacia desde el móvil, pero manteniendo la cercanía del trato humano”. “SI NO SE REMUNERAN LOS SERVICIOS Y SOLO SE DISMINUYE EL GASTO FARMACÉUTICO, LAS FARMACIAS RURALES NO PODRÁN SOSTENERSE” Teresa Palau (Tarragona) A Teresa Palau lo de ser farmacéutica le viene de familia. Su madre, también farmacéutica, le transmitió desde pequeña la pasión por lo que considera “el oficio más bonito del mundo”. Tras varios años trabajando junto a ella como adjunta, decidió emprender su propio camino. “Para mí, ser farmacéutica es sinónimo de ayudar a las personas a llevar una vida más saludable”, afirma con convicción. Define su farmacia como una botica cercana y centrada en el paciente, pues “el hecho de estar situada en un pueblo relativamente pequeño me permite conocer a la gran mayoría de mis clientes”. A su mostrador acuden tanto personas mayores polimedicadas como familias jóvenes con bebés y niños, y “ofrecemos un trato al cliente cercano y profesional, así como una gran variedad de stock capaz de dar respuesta a las necesidades de nuestra clientela”, explica. En la actualidad, Teresa considera que la farmacia desempeña un papel clave dentro de la Atención Primaria. De hecho, “para muchos pacientes somos el primer contacto con el sistema de salud público. Por este motivo debemos implicarnos en la prevención, por ejemplo, a través de campañas de medición de la tensión arterial que permiten detectar personas hipertensas no diagnosticadas”. Y, si bien es cierto que el sector ha cambiado, especialmente con el auge de las compras online, que ha desplazado parte de la venta de parafarmacia, Teresa destaca que las farmacias han sabido reinventarse: “Hemos encontrado un papel fundamental en los servicios profesionales”. En su botica ya ofrecen medición de la tensión arterial y prevé incorporar nuevos servicios como la medición de glucemia, colesterol y triglicéridos. “Los clientes todavía asocian a la farmacia con la venta de fármacos como actividad principal, pero debemos dar a conocer los servicios profesionales, que irán creciendo”, reflexiona. La prevención, asegura, es una de las áreas donde más puede aportar el farmacéutico. “Yo apostaría porque estos servicios los pagara íntegramente el sistema público, ya que supondría descargar a los centros de Atención Primaria”, sostiene, y añade: “Además, de esta manera las oficinas de farmacia se beneficiarían al integrar servicios que permiten un seguimiento farmacoterapéutico más cercano de los pacientes y una atención farmacéutica más personalizada”. Con todo, reivindica el papel del farmacéutico como experto del medicamento. “Acepto que la venta de parafarmacia haya pasado al canal online, pero el medicamento debe permanecer siempre en las oficinas de farmacia”, afirma con firmeza. Y, con la vista puesta en el futuro, se muestra optimista: “Si desde los órganos de poder defienden nuestro modelo actual, potenciando la implicación de las farmacias en los servicios profesionales, auguro un buen futuro para nuestro sector”. “LA FARMACIA HA DEJADO DE SER EL PUNTO DE REFERENCIA DE VENTA DE PARAFARMACIA, PERO HEMOS ENCONTRADO UN PAPEL FUNDAMENTAL EN LOS SERVICIOS PROFESIONALES”

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