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FARMACIA ASISTENCIAL 54 LA FARMACIA ES UN ESPACIO DE SALUD DONDE LA MUJER ENCUENTRA ESCUCHA, ACOMPAÑAMIENTO Y CONFIDENCIALIDAD aumento de peso, sobre todo por obesidad abdominal, caída del pelo, sequedad en piel, sequedad ocular y uñas frágiles”, informa Climent Catalá. La pérdida de masa ósea y salud cardiovascular es otro de los problemas habituales en esta época. Hay una alteración en la fragilidad ósea que afecta a la estatura y fracturas vertebrales que pasan desapercibidas, así como alteración de parámetros como la hipertensión arterial, dislipemia y obesidad abdominal, que marcan el principal problema de la mujer a edades más avanzadas. La forma de abordarla ha cambiado notablemente, debido en parte a que anteriormente se hablaba poco de menopausia y muchas mujeres lo vivían con vergüenza y en silencio. “Los profesionales no estaban formados para atender estas necesidades. Se consultaba sobre todo por calores y reglas irregulares. Había poca oferta para el tratamiento específico de los síntomas, un predominio de tratamientos hormonales y poco enfoque preventivo”, rememora Climent Catalá. Actualmente, hay mayor visibilidad y naturalización del problema, incluso hay información en redes sociales y medios. Se trata de manera “más holística”, teniendo en cuenta muchos aspectos, como los emocionales, los metabólicos, los sexuales y los nutricionales. Es decir,“crece el interés por opciones más naturales, personalizadas y menos invasivas”. En términos generales, las mujeres muestran una creciente preocupación por mejorar su calidad de vida. Para mejorar la calidad de vida en esta etapa, la farmacia, en general, ofrece una atención integral a la mujer en menopausia combinando educación sanitaria individualizada, grupal, servicios profesionales farmacéuticos, detección precoz de problemas y productos eficaces y seguros. Y cuenta con una amplia gama de productos para los síntomas asociados a la menopausia, con un vademécum en constante expansión gracias a la innovación. En educación sanitaria, en palabras de Climent Catalá, “la farmacia comunitaria ayuda al empoderamiento de la mujer, a combatir la desinformación y la prevención activa para mejorar la calidad de vida”. Ayuda a mejorar la adherencia a los tratamientos y la participación activa de la mujer en el cuidado de su salud. Igualmente, educa en hábitos de vida saludables (toma de alimentos ricos en calcio, antioxidantes), actividad física regular (especialmente ejercicios de resistencia y control de peso), o evitar el alcohol y tabaco. Otros aspectos que menciona son el uso de una higiene íntima adaptada al pH vaginal, la mejora de la sexualidad a través de información sobre productos adecuados y la normalización de los cambios propios de cada etapa. En cuanto a los productos, se debe buscar siempre la mayor evidencia científica en ellos, “que nos asegure que son seguros y eficaces”. La mejor inversión de un farmacéutico es la formación para recomendar todo lo que tiene evidencia y evitar productos no propios de un profesional sanitario. En este contexto, la suplementación adecuada cobra especial importancia.“Ejercicio, sobre todo de fuerza, una alimentación con los menos ultraprocesados posible, un buen descanso y suplementación son las claves”, asegura Asun Arias, farmacéutica y CEO de Sweet. “Un probiótico de calidad, un omega con espino amarillo y vitamina D3 son básicos para cuidar huesos, piel e inmunidad”, alega. La farmacia debe asumir ese papel de guía y acompañamiento en el bienestar femenino, “porque la suplementación es una tendencia que va en paralelo a la sociedad del bienestar”. Existen muchos principios activos que han mostrado eficacia para los síntomas. Entre ellos se encuentran isoflavonas de soja, trébol rojo y cimicífuga, para los sofocos y otros síntomas climatéricos. “Hay que conocer los antecedentes de enfermedad de la mujer”, aconseja Climent Catalá. Melatonina, magnesio, triptófano, valeriana, plantas adaptógenas; para mejorar la calidad del sueño y el estado de ánimo. Calcio, vitamina D, magnesio, colágeno, vitamina K2; para la prevención de osteoporosis y salud ósea. Probióticos específicos; para mejorar la salud vaginal y digestiva. Ácidos grasos omega 3, vitamina E; para la mejora de la salud cardiovascular y antioxidante. Lubricantes e hidratantes vaginales (con ácido hialurónico). Suplementos con biotina, serenoa repens, zinc, queratina y silicio; para piel, cabello y uñas. Se muestra de acuerdo Olivas Garrido con que, desde la farmacia, “es clave recomendar una suplementación adecuada y personalizada para cada paciente”. Opina que hay que formar parte de equipos multidisciplinares para abordar esta etapa de la vida en la que la prevención es una pieza fundamental. “La inflamación se dispara en la menopausia y aumentan el riesgo cardiovascular, los problemas digestivos, las enfermedades autoinmunes, las dislipemias, la hipertensión o las enfermedades de la piel”, puntualiza. En su farmacia aconseja la suplementación con omega 3 (2 g diarios), vitamina D3-K2 (2.000 UI), probióticos y magnesio, entre otros. Avisa de que no todos los suplementos

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