IMFarmacias_88

el farmacéutico | 20 Mª José Alonso (León) Nos adentramos en una de las boticas más antiguas de España. Todoenellahueleapasado, los candelabros quedaban luz cuando no existía la electricidad, los frascos de cerámica, la antigua balan- za…parece como si no hubiera pasado el tiempo en la rebotica Merino, en pleno casco antiguo de León. Y es que este legendario establecimiento ha sido testigo de varias generaciones de farmacéuticos. Toda una vida entregada a la far- macia cuyo legado ha sabido recoger nuestra protagonista, María JoséAlonso: “Esta reboticaes casi unmuseo–a rmaentre sonrisas–; muchos entran sólo para verla. Hemos querido conservar su esencia dejandoa la vistamateriales de la época, se tratade un recorridopor lahistoriade la farmaciaydenuestra familia”. Desde que se fundara en1827muchas cosas hancambiadoen laprofesión, perohayalgo quepermanece intacto: “la laborasistencial yde serviciopúblicoque conserva desde sus inicios”. María José lleva 38 años regentando la botica que cuenta con una trayectoria propia. “Antes pertenecía a la familia Merino hasta que pasó a manos de mi padre en 1940. La última ubicación pertenece al arquitecto Juan Madrazo. Está tallada con madera de nogal y decorada con bustos de químicos y farmacéuticos emblemáticos de la ciudad”. Todo un museo digno de admirar. Pero si bien lo antiguo es testimonio de la época, también lo mo- derno es necesario para adaptarse a los nuevos tiempos. “Hemos tenido que hacer una reforma que nos permitiera adaptarnos a las necesidades sanitarias del momento. Debemos reinventarnos, es decir, buscar la especialización que nos permita destacar en algún aspecto”, asegura, y añade: “Nosotros, por ejemplo, nos hemos con- vertido en un referente en laboratorio y en el consejo farmacéutico”, aunque a rma “es necesario saber un poco de todo, de medicina botánica, análisis clínicos, etc.”. Y es que si por algo se caracteriza la profesión es por su versatili- dad: “Lao cinade farmaciaesunode losmuchos rolesquepodemos desempeñar en el ámbito profesional. Tenemosmuchísimas salidas: la microbiología, la bioquímica, la industria o la investigación. Es necesario reivindicar la tarea fundamental que ejerce el farmacéu- tico en nuestra sociedad”. Pero para ello hace falta más cohesión y concienciación del valor añadido que se aporta a nivel social. Una de los mayores retos es, según esta boticaria, la implanta- ción de los servicios profesionales farmacéuticos. “Se trata de una medida adecuada para asegurar el futuro de la farmacia al tiempo que nos hacemos valer, pero es necesario saber cómo implantarlos. No se pueden incorporar todos al mismo tiempo ni a coste cero”. Esto es, servicios profesionales sí, pero con un seguimiento y una adaptación al medio y al contexto de la farmacia adecuados. “No es lo mismo una o cina de farmacia rural que una urbana, cada establecimiento tiene una coyuntura y unas necesidades concretas”. Al respecto, María José señala la posibilidad de que Sanidad sub- vencione los servicios profesionales, yaque “requierendeuntiempo y de mucha dedicación”. Por último, la sostenibilidad estará garantizada siempre y cuando se asegure la asistencia y la continuidad de los servicios. “Cum- plimos una función esencial para salvaguardar la salud de nuestra población. En el momento en que cambie la gestión o el modelo, el que más perderá será el paciente”. “Debemos reinventarnos, es decir, buscar la especialización”

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