IMFarmacias_136

81 Silvia Palma-López, farmacéutica comunitaria en Farmacia Nuria Mola, en Las Palmas de Gran Canaria, comenta que las lesiones de parásitos e insectos son picaduras o mordeduras que provocan hinchazón, picor y/o enrojecimiento en mayor o menor medida. Se muestra de acuerdo con que “los mosquitos son la mayor fuente de transmisión de enfermedades del mundo, y en primavera y verano se ve reflejado un aumento de picaduras”. Considera que, desde la farmacia comunitaria, se puede abordar con el servicio de indicación farmacéutica en síntomas menores la profilaxis de picaduras de mosquitos, otros insectos y pediculosis, el tratamiento de indicación, consejos higiénico-sanitarios y la consiguiente derivación al MAP, si cumple unos criterios consensuados. Una de las amenazas a las que nos enfrentamos es la transmisión de enfermedades no endémicas como el dengue. Anima a que se lleve a cabo en las farmacias campañas sanitarias donde se conciencie a la población del uso adecuado de los repelentes en ropa y piel, aplicándolos según prospecto y limitando el uso a niños. La oficina de farmacia es un establecimiento sanitario idóneo para transmitir una concienciación poblacional. Andrés Torres Llamas, farmacéutico adjunto en farmacia comunitaria y estudiante de doctorado en el programa de Doctorado en Farmacia de la Universidad de Granada, asevera que las medidas de control y profilaxis juegan un papel muy importante para frenar la propagación interindividual, así como el uso de repelentes, sobre todo cuando se realizan viajes a zonas endémicas. Cree que “es una estrategia óptima para prevenir la posible adquisición de una enfermedad transmitida por artrópodos vectores a través de picadura”. El papel del farmacéutico, en este caso, es asesorar al paciente y transmitirle el mensaje del prospecto “de una forma sintetizada, clara y concisa”. Bruna dice que, una vez que ya se ha producido la picadura, hay que intentar tratarla para que la persona esté lo más cómoda posible y vigilarla para que no se produzca una sobre infección y, en caso grave, derivar al médico. Torres Llamas puntualiza que “se debe realizar una exploración física del paciente, para valorar la severidad de la sintomatología derivada de la picadura de ciertos insectos y arácnidos”. En ese sentido, “el farmacéutico debería ser capaz de identificar el tipo de picadura, ya sea de mosquitos, arañas, ácaros, pulgas, etcétera”. Si no se presenta una sintomatología grave, existen medicamentos (ya sean de venta libre o con prescripción médica) disponibles para el abordaje terapéutico, como antihistamínicos o pomadas/cremas con corticoides como principio activo. “Es importante que el equipo de trabajo de la oficina de farmacia sepa distinguir las erupciones y exantemas derivados de la picadura de estos artrópodos de otros signos clínicos, una tarea que puede verse complicada en muchos casos”, declara. Desde este punto de vista, “sería interesante que la figura del farmacéutico tenga nociones de aquellas zonas o países donde el vector está presente y preguntar al paciente si ha realizado en las últimas semanas algún viaje a estos lugares”. Por otra parte, se debe tener siempre presente los criterios de derivación al médico, ante el caso de duda o una sintomatología que requiera un diagnóstico más exhaustivo y preciso. Poseer pequeñas nociones sobre el estilo de vida de los insectos vectores de parásitos, así como los distintos hábitats y biotopos necesarios para su desarrollo, “podría tener un gran impacto positivo”: aquellos lugares donde abunden grandes ríos, lagos o zonas de costa, probablemente favorezcan el aumento de densidad de mosquitos de desarrollo acuático, como los culícidos. En cambio, en zonas donde abunde la materia orgánica, probablemente se propicie un aumento de densidad de flebotomos, siendo la hembra de estos últimos los vectores del protozoo Leishmania infantum, especie responsable de la leishmaniosis canina y humana en España.Torres Llamas remarca que“conocer estos datos facilita que el farmacéutico sepa orientar al paciente en tomar medidas cautelares”. Desmentir mitos ¿Cuál es el trabajo de educación del farmacéutico a la hora de desmentir mitos y de asesorar? “Tenemos que informar sobre los riesgos para la salud pública”, contesta Gozalo. “Es importante que expliquemos que los repelentes autorizados y registrados por las autoridades competentes son bastantes seguros si se utilizan conforme a sus recomendaciones y durante períodos de tiempo cortos”, expone. “Nos preocupa el uso de concentraciones inadecuadas y el principio activo incorrecto”. Acentúa que “los preparados más concentrados pueden presentar más toxicidad, y es conveniente utilizar el repelente más adecuado para cada situación y dejar los más potentes para situaciones realmente necesarias, como viajes a países exóticos, áreas con prevalencia del mosquito Aedes o personas muy sensibles a las picaduras”. No todos para todos y no la misma concentración para todo el mundo. No es lo mismo un bebé que un niño que un adulto, que una embarazada o lactante. Avisa de que “la utilización de un repelente incorrecto nos puede dar una sensación de falsa seguridad, y esto es especialmente grave en zonas donde pueda haber riesgo de contraer enfermedades”. Bruna ratifica que “se debe dar un asesoramiento integral desde la ciencia, con base científica”. Palma-López determina que el trabajo de educación del farmacéutico a la hora de desmentir mitos y de asesorar es muy importante, porque es el sanitario más accesible para los pacientes que acuden a la farmacia en busca de un remedio o una dispensación. “Y puede realizar campañas sanitarias que disminuyen el colapso del sistema sanitario”, opina. Torres Llamas razona que el acceso global a internet es bien sabido que ha sido la revolución tecnológica más importante de las últimas décadas. Si bien, la información que se puede encontrar en la red tiene dos vertientes: “Aquella en la que se encuentran bases de datos de organismos o instituciones oficiales respaldadas científica y legalmente, y la otra versión en la cual la información sobre algún tema sanitario es difundida por personas no cualificadas”. Obviamente, los profesionales sanitarios están preparados para discernir entre hechos respaldados científicamente y aquellos sin ningún fundamento, pero se debe tener claro que, en ningún caso, va a suceder igual con muchas otras personas. “Las redes sociales ofrecen una oportunidad de dar voz a cualquier perEL ABORDAJE DE LAS PICADURAS DESDE LA OFICINA DE FARMACIA DEBE SER CENTRADO EN LA PREVENCIÓN, PARA EVITAR LA CONSIGUIENTE TRANSMISIÓN DEL PARÁSITO

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=