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FARMACIA ASISTENCIAL 42 Si es por un problema digestivo recurrente asociado a una disbiosis patológica, como el síndrome del intestino irritable, entonces es primordial darle consejos de salud y alimentación que le ayuden a tener una mejor calidad de vida y actuar sobre el origen del problema. Además, “como farmacéutico, se puede ayudar a las personas con problemas digestivos a desarrollar la capacidad de evaluar por ellas mismas la abilidad de las a rmaciones sobre alimentación y salud para que puedan tomar mejores decisiones para su salud digestiva”. Tanto si el paciente tiene problemas digestivos puntuales como crónicos, es necesario comprobar que no tiene síntomas graves que requieran una derivación al médico: sangre, moco o pus en las deposiciones, pérdida de peso inexplicable, anemia, enfermedad in amatoria intestinal o celíaca o edad superior a los 60 años. Principales consultas Hay unanimidad respecto a las principales consultas que llegan al mostrador sobre trastornos digestivos. En base a las respuestas de Donat Vargas; son casos de estreñimiento, diarrea o ambos (colon irritable), dispepsia o digestiones pesadas, hinchazón o distensión abdominal acompañada o no de meteorismo o atulencia, acidez y re ujo, gastritis o dolor abdominal, náuseas y vómitos. Las principales consultas, reflexiona Bueno Ibáñez, son debidas a problemas digestivos, relacionados con llagas, pequeñas heridas en la boca, problemas de re ujo, hipocloridia, acidez, digestiones pesadas, gases, SIBO/SIFO, diarreas, estreñimiento. Para Prados; están relacionadas con la dispepsia funcional, la diarrea aguda, la diarrea asociada a antibióticos, el estreñimiento, la hinchazón y distensión abdominal, los gases, el síndrome del intestino irritable y el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. De hecho,“se estima que el 40% de la población sufre algún trastorno del eje intestino-cerebro en forma de digestiones pesadas o dolor abdominal recurrente asociado a alteraciones del ritmo deposicional sin que las pruebas médicas salgan alteradas”. Palma López contesta que los síntomas menores digestivos más comunes para tratar en el mostrador por un farmacéutico comunitario son diarrea, estreñimiento, gases, dispepsia, dolor abdominal, náuseas y acidez. Las patologías crónicas son celiaquía, estreñimiento crónico, enfermedad ulcerosa, intolerancia a lactosa, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y síndrome del intestino irritable. EL OBJETIVO ES QUE EL PACIENTE SIGA UNA DIETA LO MÁS LIBERAL POSIBLE Las siguientes dietas han mostrado ser efectivas y seguras para los trastornos digestivos más frecuentes de la farmacia, según glosa Andreu Prados: • Dieta baja en FODMAPs (por sus siglas en inglés fermentable oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides, and polyols): es efectiva a corto plazo para los síntomas globales del síndrome del intestino irritable si se sigue con el asesoramiento de un profesional de la salud experto en nutrición digestiva. Para reducir su impacto negativo sobre la microbiota intestinal hay que recomendar al paciente que añada un probiótico con lactobacilos y bi dobacterias desde el principio. • Dieta con bra soluble: añadir alimentos con bra soluble (por ejemplo, avena o semillas de lino) o suplementar con bra soluble (por ejemplo, ispaghula/psyllium, metilcelulosa y goma guar parcialmente hidrolizada) es efectivo para el síndrome del intestino irritable con predominio estreñimiento y diarrea. • Dieta baja en bra insoluble: reducir el contenido de bra insoluble (por ejemplo, harina y panes integrales y algunas verduras y frutas con piel) ayuda a aliviar los síntomas del síndrome del intestino irritable con predominio diarrea. • Dieta sin gluten: se puede utilizar en los pacientes que pre eren una dieta menos restrictiva en comparación con la dieta baja en FODMAPs. La forma de implementar la dieta sin gluten sería restringiendo primero sólo los alimentos con cantidades elevadas de gluten y después continuar restringiendo alimentos con contenidos menores de gluten, hasta llegar al nivel de tolerancia (metodología bottom-up). Sin embargo, los fructanos, que se encuentran en los puerros, el ajo, la cebolla, los espárragos, las alcachofas, el trigo y el centeno, y no el gluten, parecen ser los responsables del empeoramiento de los síntomas digestivos en las personas sensibles al gluten. Si el paciente no mejora con estas recomendaciones generales y sus síntomas están desencadenados por la comida, “el segundo paso es reducir de forma temporal los grupos de alimentos problemáticos”. Sin embargo, “antes de recomendar una dieta restrictiva desde la farmacia, es importante asegurarse que el paciente muestra interés en seguirla y no tiene un trastorno relacionado con la comida o psiquiátrico”. Prados apunta que la restricción de alimentos y calorías severa se asocia con unos síntomas digestivos más graves y una peor calidad de vida. La forma más rápida de conocer el estado de la salud digestiva de una persona es a través de los signos y síntomas que comparte a pie de mostrador. Los test de microbiota en heces son la otra forma de sospechar si la alteración de la composición o las funciones del microbioma intestinal puede estar detrás de los problemas digestivos. No obstante, “no todos los test de disbiosis intestinal disponibles en el mercado son igual de efectivos y no son herramientas diagnósticas por sí solos”. El farmacéutico le puede recomendar unas pautas higiénico-dietéticas, junto con un medicamento sin receta u otro producto de autocuidado para paliar el problema de salud, si el paciente acude a la farmacia por un problema digestivo puntual, como una diarrea aguda o asociada a antibióticos. Es importante tratar desde la farmacia esta disbiosis transitoria; porque, si se vuelve permanente, puede evolucionar hacia una enfermedad tal y como sucede con las disbiosis patológicas que acompañan a las patologías intestinales. “LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS CON SÍNTOMAS DIGESTIVOS PRIMERO ACUDE A LA FARMACIA, Y POSIBLEMENTE ÉSTE SERÁ SU ÚNICO PUNTO DE CONSULTA”

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