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115 A medida que pasan los años la piel va a cambiando, exactamente igual que el resto del cuerpo. Por lo tanto, también cambian sus ritmos y necesidades. La cuestión es: ¿cómo debemos cuidarla en las diferentes etapas de la vida? La Fundación Piel Sana, una organización sin ánimo de lucro impulsada por la Academia Española de Dermatología (AEDV), recuerda que es un trabajo “a largo plazo”, por lo que su cuidado es un hábito que hay que tener en cuenta durante toda la vida, y no solamente pensando en el día a día. Existe un ejemplo muy claro que ilustra esta idea. Cada vez la población es más consciente de la importancia vital de usar protección solar a diario, sabiendo que la exposición excesiva a los rayos UVA está relacionada con más del 90% de los cánceres de piel. El daño que causan los distintos tipos de rayos en el ADN es acumulativo y, por eso, hay que prevenirlo desde edades muy tempranas. Además, la Academia Española de Dermatología calcula que el 80% de la radiación dañina se recibe antes de los 18 años, pero la falta de preocupación entre los más jóvenes es evidente, según los datos de la encuesta Heliocare que elabora Cantabria Labs, y cuya primera conclusión es que son los jóvenes en su conjunto, y los hombres en general, los dos grupos de población que peor lo hacen. Así pues, la memoria de la piel no es ningún mito, sino que se trata de un fenómeno que tiene relación con el daño celular acumulado. Para evitarlo, es indispensable empezar a cuidarla desde el nacimiento. No en vano, la piel es el órgano más grande del cuerpo humano y mantenerla sana es sinónimo de salud. La piel en la infancia, la etapa más delicada La piel de los recién nacidos es muy diferente a la piel de los adultos: es hasta diez veces más fina, se seca con facilidad y resulta más propensa a alergias e irritaciones. Es decir, tiene una serie de características propias: aún no ha desarrollado del todo las defensas que le ayudan a protegerse de determinadas bacterias, su función termorreguladora no funciona al 100%, pierde y absorbe agua con mayor rapidez, presenta una mayor reactividad vascular (se enrojece o palidece más fácilmente), sus glándulas sudoríparas son más activas, cuenta con una menor capacidad de sintetizar melanina y, en general, es menos resistente y tolerante a las agresiones externas. Por lo tanto, pasa por muchos cambios en su apariencia y textura, y hasta los tres años no se desarrolla por completo. Es sobre esa edad cuando su barrera cutánea, la encargada de defender al bebé de las agresiones medioambientales (frío, viento, sol, aire seco...), se habrá terminado de desarrollar. Todo lo cual conlleva que la piel del bebé, tan frágil y delicada, precise de un cuidado especial. Igual que es preciso cambiar los pañales del bebé habitualmente, utilizar geles neutros y secar bien las zonas con pliegues despuésdel baño para evitar humedades, utilizar prendas de algodón naturales y no utilizar cremas fotoprotectoras hasta los seis meses en el rostro, la regla de oro para un cuidado óptimo de la piel del peque es la higiene diaria, realizada siempre con productos de cuidado específicamente formulados para sus características, hipoalergénicos y probados bajo control dermatológico y pediátrico. Asimismo, convendría aplicar al recién nacido una leche infantil hidratante, dándole un suave masaje por todo el cuerpo. Y la protección frente al sol es fundamental también en esta edad: de hecho, los bebés no deben estar expuestos a la luz directa. Se deben cubrir con la ropa o gorros y mantenerlos a la sombra. Cuando van creciendo, los niños pueden empezar a participar en el cuidado de su piel, enseñándoles unos hábitos sencillos en la aplicación de las cremas hidratantes o protectoras. En este sentido, cada vez hay más pequeños afectados por piel sensible o piel atópica. De hecho, es una de las enfermedades que mayor crecimiento está experimentando en los últimos años en los países occidentales, donde se estima que entre un 14% y un 24% de la población la padece. Las razones de este incremento van desde la contaminación al estilo moderno de vida y, si bien es cierto que las causas no están muy claras, las medidas de prevención y de cuidados para evitar los brotes de dermatitis atópica, sí. La limpieza, la hidratación y la protección de la piel siempre se debe realizar con productos que no afecten negativamente la dermis. Por ello, es muy importante evitar jabones agresivos, exceso de perfumes o alcohol, parabenos, etc. El auge de los cuidados en la adolescencia y los peligros de obsesionarse con ellos La adolescencia es el momento clave para iniciarse en una rutina saludable específica del cuidado de la piel. A partir de los 12 años, el niño-adolescente debería comenzar con una rutina básica y adquirir un buen hábito donde la limpieza, el tónico y la protección solar sean los pasos necesarios si quieren tener una piel limpia, hidratada y protegida. La patología más típica de esta edad tan propia de cambios hormonales es el acné. Hasta el 90% de la población lo padece en su vida, y aparece entre los catorce y los dieciséis años. Como destaca la Fundación Piel Sana, este trastorno de la piel, que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas, puede ser una causa de complejos y obstáculos sociales para relacionarse. Se calcula que hoy en día afecta a unos ocho millones MERCADO CUIDADO FACIAL (82A) VENTAS EN MILES (MAT 12/2023) Total Limpiadores faciales mujer Hidratantes faciales mujer Unidades Evolución de las ventas Valor 4,39% 5,62% 5,60% 3,69% 9,70% 9,56% 71 3.925 3.996 1.421 60.794 62.216 Fuente: IQVIA, National Sell Out Monthly, FLEXVIEW Periodo consultado: MAT 12/23 (acumulado de los últimos 12 meses, desde enero de 2023 a diciembre de 2023) Mercado estudiado: 82A cuidado facial mujer Medidas: valores y unidades vendidas en € PVP (Precio de Venta al Público) Elaboración: IM Farmacias

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