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EL FARMACÉUTICO 18 Para ella, el servicio estrella es el servicio en sí mismo: “Estamos de guardia las 24 horas todos los días laborables, tenemos un stock suficiente y un sistema de reparto que garantiza un buen servicio al paciente”, sostiene antes de añadir que “acudimos con una periodicidad semanal a otras localidades cercanas, la mayoría de las cuales no tienen farmacia, por lo que somos el único sanitario disponible”. En cuanto a la inclusión de servicios asistenciales, “me gustaría poder implantarlos, pero para ello deben estar remunerados”. Una buena convivencia entre servicios asistenciales y las actividades clásicas de la farmacia pasa también “por un cambio de la normativa y la burocracia. Cada CC. AA. tiene su situación, y sería bueno unificar criterios”. Entre las innovaciones que Olga está poniendo en marcha destacan dos iniciativas: “Nos presentamos hace aproximadamente un año en una plataforma de ventas. Tenemos un cliente que no nos ocupa demasiado tiempo, nos permite estar accesibles a nuestros clientes desde su casa y nos conocen otros que, si no tuviésemos presencia digital, nunca llegarían a nosotros. A ello se suma la subvención ‘kit de digitalización’ del Estado paraña gestión de las redes sociales, “una manera de tener un escaparate online. No nos requiere mucho tiempo y económicamente es viable”. Se despide de nosotros con un mensaje claro y conciso: “Debemos estar unidos como sector, en contacto con Atención Primaria, y conseguir una estrategia de futuro que aporte tanto al sector farmacéutico como a nuestro fantástico sistema de salud”. “ACUDIMOS CADA SEMANA A OTRAS LOCALIDADES CERCANAS, LA MAYORÍA DE LAS CUALES NO TIENEN FARMACIA, POR LO QUE SOMOS EL ÚNICO SANITARIO DISPONIBLE” Juan Vidal (Zaragoza) Zaragoza reúne 1.394 farmacéuticos de los 1.917 que hay en Aragón. Juan Vidal es uno de ellos: “He vivido la farmacia desde pequeño a través de mi madre, que me explicaba antes de dormir cómo actúa nuestro sistema inmunitario ante antígenos, el efecto que producen los antibióticos y curiosidades sobre moléculas químicas”. Una historia conmovedora y prueba de cómo los farmacéuticos comunitarios viven su profesión. La botica de Juan, que también es docente de Farmacia en el centro de FP Océano Atlántico, está situada en el barrio de Actur, en Zaragoza, rodeado de centros comerciales, polideportivos, colegios y universidad. “Tenemos una clientela muy variada que engloba todas las edades e intentamos asesorar dando un servicio sanitario integral”, explica. El papel que ejerce el farmacéutico comunitario en Atención Primaria es incuestionable, especialmente en la detección y disminución de los errores de medicación. En este sentido, “contribuimos a descongestionar los centros sanitarios y detectamos posibles efectos adversos en los pacientes polimedicados, haciendo seguimiento de la adherencia y tolerancia de los tratamientos”. Con todo, entre los mayores problemas actuales están los desabastecimientos: “La falta de fármacos es cada vez más numerosa y dificulta nuestra labor asistencial”. Junto a ello, se encuentra lo que Juan denomina la nueva tendencia en el modelo de compra de parafarmacia. “Precisamente ahora es cuando la oficina de farmacia cobra mayor importancia por su proximidad y cercanía”, reflexiona. Y es que, al mantener el foco en la salud de las personas, “podemos poner nuestros conocimientos y nuestro personal en un punto de asistencia único, como son nuestras farmacias”. Para nuestro entrevistado, una de las cuestiones clave es la atención profesional sanitaria diferenciada: “Nuestro contacto personalizado al paciente, ese trato de cercanía y la asistencia personal, son nuestro sello de diferenciación en la era digital”. En cuanto a la posibilidad de remunerar ciertos servicios, Juan se muestra favorable, aunque lamenta que “hemos acostumbrado a nuestros pacientes a que el servicio que se les da en la farmacia es gratuito. Quizá ese sea nuestro mayor problema: cambiar esa tendencia y hacer valer esos servicios extra”. Y es cierto que algunos de los nuevos retos a la que se va a enfrentar la farmacia comunitaria vienen de la mano de la digitalización, el big data, la robótica o el marketing digital, pero, avisa, “el tratamiento de datos personales del paciente es una información codiciada por muchos, la cual pertenece al ámbito privado del paciente y debemos custodiar”. “CONTRIBUIMOS A DESCONGESTIONAR CENTROS SANITARIOS Y DETECTAMOS POSIBLES EFECTOS ADVERSOS EN LOS PACIENTES POLIMEDICADOS”

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