EL FARMACÉUTICO 20 José Sendra (Valencia) Nuestro siguiente farmacéutico aprendió la profesión de quien mejor sabe: su padre. “Trabajé con él codo con codo desde 2007 hasta su repentino fallecimiento en 2015. La vocación farmacéutica es una vocación de servicio”, explica José Sendra, quien considera que “los farmacéuticos somos profesionales volcados en la salud de los pacientes”. Ubicada en el municipio de Palmera, cerca de Gandía, Farmacia Sendra, “pese a tener un porcentaje nada desdeñable de clientela de paso, cuenta con usuarios de toda la vida, gente del pueblo que encuentra en su farmacia un punto importante en el que construir comunidad”, manifiesta su titular. Considera que “favorecer la comunicación y los puentes entre profesionales es la vía de la que todos podríamos salir beneficiados si logramos integrarnos más en el sistema, especialmente esto ayudaría muchísimo a los pacientes. A partir de ahí, se puede trabajar en prevención, en cribados y en seguridad de los tratamientos”. En este sentido, continúa, “podríamos por ejemplo trabajar en prevención de casi cualquier enfermedad si nuestros dirigentes hicieran una apuesta decidida por ello”. “La sociedad tiene que tomarse en serio la supervivencia del medio rural y de sus farmacias como pilar fundamental para la subsistencia de sus pueblos”, reivindica José, y añade que uno de los puntos clave de su farmacia es la fortaleza del consejo farmacéutico, al que se une otros servicios como la dermofarmacia. “En el futuro queremos seguir desarrollando nuestro servicio de asesoramiento en riesgo cardiovascular o el SPD”, manifiesta. En este sentido, comenta que “deberíamos caminar hacia un mix que combine la dispensación con servicios que ayuden a aliviar la sobrecarga del sistema público y, al mismo tiempo, contribuyan a mejorar la salud de la población”. Con todo, “la oficina de farmacia debe ser sostenible desde diversos puntos de vista: con una política de precios razonable; promoviendo los servicios desde dentro y desde fuera de la profesión, y trabajando por un canal fuerte”. Todo ello sin descuidar la conciliación de los farmacéuticos, pues “no podemos seguir con modelos y regulaciones que esclavicen a los trabajadores del sector y que provocan una fuga de talento”. También considera que “hay que eliminar tareas burocráticas o, en todo caso, facilitarlas con tecnología. Además, debemos tomar decisiones basadas en la evidencia”. “Si queremos trabajar por una farmacia fuerte es imprescindible mejorar las condiciones, los horarios, tejer un canal robusto y que no se deje atrás a ninguna farmacia”, asevera José. José Vicente Nácher (Valencia) Nos trasladamos hasta Catarroja, en pleno Parque Natural de l’Albufera, para conocer a José Vicente. “Abrimos aquí nuestra botica allá por el año 1982. Los comienzos en la farmacia comunitaria fueron por pura vocación, ya que no teníamos ninguna tradición familiar. Tanto mi hermano como yo nos inclinamos por la rama de la farmacia, y actualmente tenemos a cuatro farmacéuticas más en la familia”, empieza a relatarnos. En su farmacia, la mayoría de los pacientes son conocidos, “lo que permite ofrecer una atención más cercana y de confianza, aportando seguridad”. En este sentido, detalla, “solemos ofrecer información profesional y científica sobre el uso adecuado de medicamentos, la revisión de la medicación si hay interacciones o duplicidades, además de controlar si hay incumplimiento del tratamiento, las mediciones de presión, de glucosa, etc. Y, por supuesto, la formulación magistral mediante tratamientos personalizados”. La realidad es que “el papel del farmacéutico ya no se limita únicamente a la dispensación, sino que está centrado en la mejora de la salud, la prevención y el manejo de las enfermedades, y está cada vez más activo dentro del sistema de salud”. Sin embargo, “pese a todos estos avances, aún queda mucho por conseguir. Por ejemplo, los servicios profesionales crecen, pero falta más reconocimiento y apoyo por parte de las instituciones”, lamenta. Sobre la venta online, considera que “no puede dar la confianza, el asesoramiento personal y el trato humano de la farmacia de toda la vida”. Si bien esto es una premisa incuestionable, José Vicente matiza que “las preocupaciones podrían aparecer si se prioriza el modelo digital sobre el humano, y no se valoran los servicios profesionales”. Con todo, tiene claro que “la farmacia del futuro será un espacio de salud donde encontrar productos y servicios para la prevención y el tratamiento de las enfermedades, así como el cuidado de la salud y del bienestar en un entorno profesional, cercano y familiar”. “DEBERÍAMOS CAMINAR HACIA UN MIX QUE COMBINE LA DISPENSACIÓN CON SERVICIOS QUE AYUDEN A ALIVIAR LA SOBRECARGA DEL SISTEMA PÚBLICO” “LOS SERVICIOS PROFESIONALES CRECEN, PERO FALTA MÁS RECONOCIMIENTO Y APOYO POR PARTE DE LAS INSTITUCIONES”
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