123 EL PAPEL EDUCADOR DE LA FARMACIA El consejo farmacéutico es determinante para acompañar y empoderar a las mujeres en la prevención del deterioro articular. Explicar que el dolor no es ‘normal’ ni inevitable con la edad ayuda a fomentar una actitud activa hacia el cuidado articular. Además de recomendar el suplemento más adecuado, desde la farmacia podemos reforzar pautas esenciales: • Fomentar el ejercicio regular (caminar, nadar, pilates, entrenamiento de fuerza). • Evitar el sedentarismo prolongado. • Mantener un peso saludable. • Favorecer una dieta rica en antioxidantes y proteínas de buena calidad. • El seguimiento continuado desde el mostrador permite ajustar las recomendaciones y prevenir complicaciones. mujeres con dolor intermitente o rigidez leve, el PEA (palmitoiletanolamida) y la boswellia pueden ser un apoyo eficaz: actúan modulando la respuesta inflamatoria y reduciendo la hipersensibilidad al dolor. De 50 a 60 años Con la menopausia establecida, la rigidez y el dolor articular se intensifican. En esta etapa son recomendables los activos que actúan sobre el cartílago y la inflamación crónica: colágeno hidrolizado, boswellia, cúrcuma y MSM. El PEA puede emplearse como coadyuvante en mujeres con dolor persistente, inflamación articular leve o molestias que interfieren con el descanso, mientras que el CBD tópico es útil para el dolor localizado. La combinación de proteína y ejercicio de fuerza adaptado sigue siendo clave para mantener la masa muscular y prevenir la sarcopenia. A partir de los 60 años El objetivo es preservar la movilidad y la autonomía. Se recomienda mantener una base de colágeno, silicio, magnesio, vitamina C y antioxidantes, junto con actividad física suave y regular. El PEA y la boswellia pueden seguir utilizándose para controlar el dolor de base y la inflamación crónica de bajo grado, mientras que las formulaciones tópicas con CBD ayudan a mejorar la calidad de vida en casos de dolor localizado recurrente. El consejo farmacéutico debe centrarse en la educación sobre el uso continuado y la sinergia entre suplementos, alimentación y movimiento, reforzando que la prevención sigue siendo posible incluso en edades avanzadas. Conclusión El dolor articular femenino no solo es un problema físico, sino un reflejo de cambios hormonales y metabólicos que acompañan a cada etapa de la vida. Desde la farmacia, tenemos la oportunidad de ofrecer soluciones naturales y educación activa que ayuden a las mujeres a moverse sin dolor, mantener su vitalidad y sentirse fuertes en cada etapa de su vida. Porque cuidar las articulaciones es cuidar su bienestar, su autonomía y su libertad. * Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE, 20202021): indica que el 61 % de las mujeres mayores de 45 años refieren dolor articular o de espalda crónico frente al 39 % de los hombres del mismo rango. • Boswellia serrata. Sus ácidos boswélicos actúan como potentes antiinflamatorios naturales al inhibir la 5-lipooxigenasa. Se asocia a una reducción del dolor y la rigidez en articulaciones. Favorece la flexibilidad y el confort articular, especialmente en cuadros de sobrecarga o artrosis leve. • Cúrcuma (Curcuma longa). La curcumina posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. En combinación con piperina o fosfolípidos mejora su biodisponibilidad y potencia su acción en cuadros de artrosis y dolor crónico. • Magnesio y potasio. Esenciales para la contracción y relajación muscular, previenen calambres y fatiga, y favorecen la recuperación tras el esfuerzo físico. • Colágeno hidrolizado tipo II. Aporta los aminoácidos necesarios para mantener la estructura del cartílago y los tejidos conectivos. Su suplementación contribuye a mejorar la elasticidad, reducir la rigidez y mantener la función articular. • MSM (metilsulfonilmetano). Fuente de azufre orgánico que participa en la síntesis de colágeno, elastina y queratina. Favorece la flexibilidad de los tejidos y ayuda a reducir la rigidez articular. • Silicio orgánico. Elemento estructural esencial para la formación de colágeno, elastina y glicosaminoglicanos. Contribuye a mantener la integridad del tejido conectivo y mejorar la remineralización ósea, especialmente útil en mujeres posmenopáusicas. • Vitamina C. Indispensable para la síntesis de colágeno y la protección del cartílago frente al estrés oxidativo. Su acción antioxidante potencia el efecto de otros activos como la boswellia o la curcumina. • Ácido hialurónico. Presente de forma natural en el líquido sinovial, mejora la lubricación articular y reduce la fricción. Su suplementación ayuda a mantener la movilidad y disminuir la rigidez. Dolor articular por etapas: cada mujer, una necesidad distinta De 25 a 40 años Las molestias musculares o articulares suelen deberse al ritmo de vida, el estrés o el ejercicio irregular. En esta etapa es recomendable priorizar la prevención con magnesio y potasio para mantener el equilibrio muscular y reducir la fatiga. Los extractos naturales con CBD pueden ser útiles en casos de tensión muscular localizada, especialmente en formulaciones tópicas. De 40 a 50 años Es una fase clave en la que comienza el descenso de estrógenos y la pérdida de masa muscular. La prevención de la sarcopenia y del deterioro articular debe iniciarse aquí. Conviene incorporar proteína de calidad, junto con colágeno tipo II, MSM, cúrcuma, silicio y vitamina C para mantener la síntesis de colágeno y la elasticidad de los tejidos. El ejercicio de fuerza, practicado de forma regular, es fundamental para conservar masa muscular y proteger las articulaciones. En
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