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13 Lucía Pedreira (Islas Canarias) Desde pequeña sabía que quería ser farmacéutica. Lucía atesora toda la experiencia y formación de su madre, quien le ha sabido legar el mejor patrimonio: la pasión y la vocación. Asegura, sin ningún atisbo de duda, que “lo que más me gusta de mi profesión es poder ayudar a la gente. Creo que es un sentimiento generalizado entre los profesionales sanitarios”. Define su farmacia, ubicada en el pueblo costero de Mogán, en Gran Canaria, como eminentemente turística, aunque “además de personas de paso también tenemos población residente de diversas nacionalidades. Debido a esto, cada día nos surgen cuestiones de lo más variadas, es una labor muy entretenida”. La farmacia tradicionalmente ha sido el establecimiento sanitario de mayor cercanía al ciudadano por su amplia distribución, pero “especialmente a raíz de la pandemia se ha convertido aún más, si cabe, en el primer lugar al que el paciente acude para resolver sus dudas”. Algunas de las más habituales, nos cuenta Lucía, son las que están relacionadas con los hábitos alimentarios, la vida saludable y las medidas higiénico-sanitarias. En este aspecto, asegura, “la farmacia rural cumple una función esencial, ya que es, en muchas ocasiones, el único profesional sanitario disponible en kilómetros a la redonda”. Su botica rural no está enfocada a ningún servicio en concreto. Alcanzar la excelencia en el consejo farmacéutico es su principal premisa y, además, es lo que más se demanda. Por ejemplo, “atendemos a personas que están de vacaciones que no disponen de un médico de cabecera al que acudir, y su primer paso ante cualquier problema de salud es acercarse a la farmacia”. Para Lucía, los fármacos “son y serán siempre necesarios”, pero considera que se debería impulsar más la prevención. De hecho,“servicios como la nutrición y la dermocosmética son cada vez más demandados por el paciente, que busca un bienestar físico y estético y confía en el farmacéutico para asesorarse”. Y, aunque nadie duda de que la tecnología contribuye a ser más eficientes, “el componente humano es insustituible”, defiende nuestra entrevistada, y concluye que “el futuro pasa por un mayor apoyo del sistema nacional de salud al farmacéutico, así como por una mejor comunicación entre los diferentes profesionales sanitarios”.

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